Una reflexión crítica sobre “La experiencia y sus lenguajes” de Jorge Larrosa

Una reflexión crítica sobre 

“La experiencia y sus lenguajes” de Jorge Larrosa

Alexa Ugarte Fuentes
Artes Integradas

Luego de leer minuciosamente el texto de Larrosa y reflexionar sobre él, me surgen varias dudas y cuestionamientos a lo propuesto por dicho autor, basándome en mis creencias y vivencias personales y colectivas. A continuación trataré de fundamentar el porqué de mis discrepancias.

En el comienzo del texto Larrosa plantea que tanto los científicos y los “críticos” ya no tienen nada más que decir sobre educación, pues todo lo que puedan realizar en términos de creación pedagógica, aunque parezca nuevo o innovador, está sujeto a un marco general de argumentación y pensamiento de los cuales tanto los científicos como los críticos no se salen.
La verdad es que no estoy en absoluto de acuerdo con eso, ya que a lo largo de la historia la educación, o el acto de enseñar, esta ha sufrido múltiples cambios de paradigmas, enfoques, concepciones, y objetivos. Por tanto, ese supuesto marco general de argumentación y pensamiento está sujeto también a la contextualización del periodo histórico y en la cultura en la que estamos enmarcados hoy, entonces nada asegura que ese marco no se modifique con el paso de los años. Por tanto, yo creo que tanto los científicos como los críticos están diciendo cosas nuevas a la par que va cambiando nuestra sociedad.

En lo que respecta el valor de la experiencia, creo que el menosprecio que menciona Larrosa se debe más que por una desvalorización de la experiencia como tal, a que tanto la filosofía como la ciencia y sus campos de estudio responden a fenómenos sociales y científicos, que tienen la característica de ser generales, o que se repiten en más de un individuo u objeto de estudio. Por tanto, la experiencia entendida como un fenómeno individual y subjetivo, pierde su validez para el estudio de las disciplinas ya mencionadas.

Ahora bien creo que la experiencia de per se, tomándola como el conjunto de vivencias de una persona, no es algo favorable ni desfavorable para el ser humano, si no que la interpretación de esta y el fin con el cual se recurre a ella son las dos componentes que permiten que determinada experiencia sea un aporte individual o colectivo a futuro.

En el punto dos del texto el autor pone énfasis en mostrar ciertas precauciones en torno a la experiencia y una serie de otros elementos con los cuales se le suele vincular, tales como confundirla con experimento, quitarle todo espacio de dogmatismo, separarla de la práctica, evitar hacerla un concepto, evitar convertirla en un fetiche y la necesidad de transformarla en una palabra difícil de usar. Si bien tengo diferencias menores con la mayoría de los puntos, quiero detenerme en el cuarto ya que a mi parecer, es el más polémico.

Según yo, se debe avanzar en una conceptualización de la experiencia si es que se quiere utilizarla de manera favorable en todo espacio, incluido el pedagógico, porque no se puede utilizar una herramienta si no se sabe ni cómo ni para qué sirve, porque de no conceptualizarla cada persona tendría una visión distinta de que es la experiencia y debido a la discrepancia entre las diferentes posiciones que se generarían, no se podría utilizar la experiencia como recurso útil.

Desde mi punto de vista la experiencia si se puede considerar como un factor influyente en los procesos pedagógicos. Para dar un ejemplo se pueden hacer grupos de estudiantes con experiencias similares para focalizar mejor la entrega de contenidos, o realizar actividades en las cuales a partir de la experiencia personal de cada estudiante se pretenda reforzar ciertos aspectos que tengan débiles. Pero esto sólo sería posible si se tiene una idea clara de que es la experiencia, porque si no, se estaría utilizando un recurso sobre el cual no se maneja ni se conoce a cabalidad.

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