Una vida de bullying

Universidad Católica Andrés Bello-Guayana[pic 1]

Facultad de Humanidades y Educación

Escuela de Comunicación Social

Semestre: I, Sección: 401

Cátedra: Fundamentos de la Gramática

Profesor: Manuel Trujillo

Integrantes:

Astudillo Waleska

Una vida de bulliyng

        Pasillos vacíos, escaleras solitarias, salones cerrados era lo que cualquier coordinador de disciplina podía ver mientras rondaba por los pasillos de esa prestigiosa escuela que alguna vez fue la mejor, rodeada de estudiantes prodigio… O al menos eso todos creían.

        Los adolescentes siempre juzgan, quieren ser parte de una sociedad ficticia e inmadura, buscan resaltar defectos en sus iguales para poder sentirse “superiores”. Lamentablemente no todos encajan, hay chicos que no resaltan mucho por sus atributos o cómo se expresan y terminan siendo el blanco de los chicos que se sienten superiores.

Jona era un adolescente de baja estatura, blanco, algo frágil y muy inteligente; él suele sentarse en la primera fila de su salón y no tiene muchos amigos por la dificultad que tiene para relacionarse. Los compañeros le dicen nerd, chupamedias, lerdo y un sin fin de insultos más. Jona no entiende porqué todos son tan crueles con él como si hubiera hecho algo malo para que lo traten así.

Eso hizo que Jona tuviera rencor de los abusones y no les diera el placer de ayudarlos con los deberes, ellos habrían recibido toda la ayuda si hubieran sido más amables con Jona 1; ya que, él sabe muy bien que los chicos que abusan no son más que escoria, no merecen estar en un colegio tan privilegiado… Él estaba dispuesto a recibir maltrato a cambio, pero nunca fue capaz de buscar ayuda de los adultos por miedo a que el abuso empeorara. Si él se atreviera a pedir ayuda, los adultos hubieran encontrado una solución 2.

        El caso de Jona no es único, sucede algo similar con Simon, sólo que él estaba completamente cohibido. Simon era un chico afroamericano, muy alto para su edad, estudiante promedio y muy pacifista. Un día él iba caminando, en la entrada de la escuela, vio una flor totalmente aplastada y no pudo evitar recogerla, sus compañeros abusadores desde ese momento le comenzaron a decir “marica” y su autoestima empezó a ir en descenso.

Hubo un momento en donde Simon pensó: “Soy más alto que ellos, tengo que defenderme… Estoy seguro que puedo enfrentarme a ellos”. Lo que sucedió después quedó marcado en su vida para siempre. Simon llegó al día siguiente preparado para todo, incluso fue con ropa deportiva. Estaba preparado para correr si algo malo sucedía.

Al mismo tiempo Jona estaba empezando a recibir las flechas de cupido, desviaba sus ojos a los ojos de Lucía, la chica más popular del salón. Ella estaba rodeada de todos los chicos que abusaban de él. No pudo evitar sentirse inferior y pensar que ella es inalcanzable. Pasó semanas practicando en el espejo, mientras buscaba una manera de acercarse a ella 4, inventando mil y un escenarios, de esa manera poco a poco estaba empezando a ganar confianza, pero fue una espada de doble filo… ¡Estaba empezando a obsesionarse!

        Llegó el día, tanto para Jona como para Simon, los dos antes se habían visto por los pasillos, pero nunca habían imaginado que sus vidas se iban a cruzar cuando una serie de hechos “afortunados” los juntaron 3. Simon se sentó, miró fijamente a la pizarra e ignoró todo a su alrededor. Los compañeros con ganas de buscar problemas le empezaron a tirar bolas de papel, a reírse de él y decirle negro marica. Él no prestó nada de atención. Los chicos se empezaron a obstinar e incrementaron el abuso para llamar la atención. Simon estaba consciente que a la hora de salida habría que enfrentarlos, cuando de repente atravesó el pasillo Jona 1. Jona irradiaba confianza.

...