Unidad Didáctica: Fundamentos de Gestión

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Docente: ______________________________                Nota: _________________

Alumno: Angeles Elorreaga Irving Jhonny                Fecha: 13 de Nov.-21

Sección: ______________________________                Duración: 02 horas

Práctica Calificada[pic 2]

Recomendaciones:[pic 3]

• Escriba su nombre completo en el espacio indicado para tal fin.
• Escriba ordenadamente y cuide su redacción.
• Modifique las dimensiones según la necesidad para digitar e insertar su respuesta.
• Las respuestas van en este mismo documento y se guarda en PDF.
• El archivo PDF se sube a la plataforma zoom.
• La duración del examen está indicada en la prueba.
• Para dosificar adecuadamente su tiempo responda primero los ítems que tenga mayor dominio.

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Lea el caso y responda la pregunta:

Horneado a fuego lento.

Llego de España con una esposa embarazada y sueños en el bolsillo. Hoy, 50 años después, la panadería y pastelería San Antonio es su orgullo familiar y empresarial.

Pastelero de oficio, el español José Vila Arseda llegó al Perú con los dulces sabores de su natal Barcelona, aunque él prefiere decir que su viaje lo hizo por amor. “Emilia, mi esposa, tenía a toda su familia viviendo en Lima y yo me vine con ella en 1957, recién casados”. Sus dos primeros años en Lima trabajó para otros, pero la insatisfacción fue más grande a medida que soñaba con un negocio propio y familiar. “Con otro paisano, Emilio Fernández, nos hicimos socios y abrimos el primer local en Magdalena. Todos creían que íbamos a quebrar, porque ningún negocio antes había sobrevivido”, agrega.

Así, el 21 de octubre de 1959 nació la panadería y pastelería San Antonio, en honor al patrono de Padua, santo con el que solían bendecir los panes cada 13 de junio en su ciudad natal.

En el jirón Roca de Vergallo solo había solares y una que otra fábrica. Sin embargo, la buena atención –y mano- de don José Vila Arseda se hizo pronto un lugar entre los vecinos, que fueron propagando las bondades de sus panes y pasteles dulces más allá de Magdalena.

“Perú cambia cada 10 años y yo llevo cinco décadas viviendo en Lima. He visto y sufrido de todo”. Desde el desabastecimiento de productos importados en la época de Velasco hasta los apagones del primer gobierno de García. “Lo primero lo solucionábamos trayendo productos en aviones comerciales, como la crema de leche o la harina desde Argentina. Lo segundo, con grupos electrógenos”.

Pero nada se compara con la apertura comercial que llegó en los años 90 y que, en principio, promovió la proliferación de más tiendas y supermercados, que ofrecían más variedad y menores precios por los embutidos, que San Antonio también vendía. “Aunque sentimos el golpe, para mantener el negocio decidimos abrir la cafetería”.

Actualmente la empresa factura en ventas al año 2,100 UIT.

Desde entonces, San Antonio creció imparable. Hoy tiene cinco locales en Lima, que se abastecen de una planta con la más alta tecnología panificadora y de refrigerado. “Este año ya lanzamos el San Antonio Caffé y tenemos más proyectos para el 2010”, dice Vila, lleno de ideas como 50 años atrás.

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