VACIO ACADEMICO

UN VACIO ACADEMICO

Eternamente hemos apreciado de una mejor manera la educación cuando se imparte de manera personal. La comunicación presencial entre alumno-docente, el debate constante entre compañeros y aquel juego con sus diferencias que les ayuda a fortalecer sus conocimientos. Son momentos esenciales para el crecimiento intelectual, para el desarrollo profesional y para el fortalecimiento de las relaciones interpersonales. La tecnología he estos tiempos nos facilitado la vida en muchos aspectos, pero en otros nos ha vuelto diferentes personas. Nos mantiene en contacto a la distancia, pero nos ha robado la experiencia de compartir.

Esta pandemia que ha llegado de una manera inesperada y sin avisar, nos ha robado la tranquilidad y nos ha cambiado la forma de vivir. Nos ha llevado a cambios improvisados y a procesos defectuosos que se mejoran sobre la marcha. Procesos a los cuales aún no nos hemos acostumbrado y que nos han perjudicado más de los que nos han facilitado la vida, y que nos han estresado más de lo que pretenden enseñarnos.

Incluso en los profesores se puede palpar la sorpresa de algo que no se esperaban o algo para lo que no estaban preparado. Estamos para aprender, pero no era el momento para hacerlo. Nos estamos haciendo daño y esperamos poder sobrevivir los nuevos procesos.

 Estamos aún muy lejos de la perfección. Tanto que la única solución es volver a lo de antes. La virtualidad inesperada nos dejará un vacío académico que solo podrá llenar el regreso a nuestro pasado o un futuro en las aulas de la Universidad.

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