VIOLENCIA E INSEGURIDAD

Daniel Serrano Guzmán

Orizaba, Veracruz.- Aún no se aquilata la cultura de la población indígena, en municipios como el de Ciudad Mendoza con sus congregaciones de La Cuesta y Necoxtla, donde sus primeros habitantes mantienen costumbres, lengua y cultura que son una expresión regional de los pueblos nahuas de México, tan importantes en la historia del país, sostuvo el antropólogo Carlos Serrano Sánchez.

Serrano Sánchez es director del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, y participó -junto con Dante Octavio Hernández Guzmán, director del Archivo Municipal de Orizaba (AMO) en la coordinación del Coloquio de Historia que tuvo lugar este fin de semana, en el que participaron destacados investigadores de diferentes ramas del pensamiento.

Una preocupación de Serrano Sánchez, es el rescate de la memoria cultural de Ciudad Mendoza, donde una de las principales metas a lograr es la revaloración de la raíz indígena del municipio y se refiere a la población de lengua náhuatl que hasta hace poco quedó comunicada a la cabecera municipal por un camino que permite una conexión efectiva.

Expuso que se requiere del estudio de la lengua náhuatl de Necoxtla y el rescate etnográfico de su cultura; documentar, por ejemplo, la danza los Doce Pares de Francia, que subsiste en Necoxtla como una manifestación que refleja su vitalidad cultural desde la época colonial. Agregó que es una riqueza del municipio de Mendoza que se debe valorar como un patrimonio cultural que implica, asimismo, el respeto para los conciudadanos indígenas que han guardado esta antigua tradición.

Dio el dato bibliográfico en la literatura antropológica sobre Ciudad Mendoza, que en 1925, Stella Leche, una antropóloga de la Universidad de Tulane, de Nueva Orelans, Estados Unidos, visitó Santa Rosa con el interés de estudiar el parentesco genético de los nahuas de la sierra Madres Oriental con otros grupos indígenas de México.

Tomó las impresiones dermopapilares de dedos y palmas de las manos, que sirven para identificar a una persona y al mismo tiempo tienen una utilidad antropológica. Dijo que se tiene este trabajo que se realizó hace mucho tiempo y que nunca fue proseguido y ampliado como un ejemplo de las líneas de estudio que se deberían promover.

Pero aún más lejos en el tiempo -agregó Serrano Sánchez-, el hallazgo de restos fósiles de la gran fauna de mamíferos extinguidos en las postrimerías de la Edad de Hielo (Pleistoceno final), hace unos 10 mil años (Peña 2005), abre un camino a los estudios de paleoambiente y la posible presencia de cazadores recolectores en el valle de Orizaba, episodio que se ubica en la prehistoria de México, mucho antes de que en el estrecho valle donde se localiza la mesa de Santa Rosa, a la vera de la "ruta de los embajadores de Moctezuma" (Williams 1995), floreciera

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