Vampiros: Antes Y Ahora

Los vampiros: antes y ahora

Los vampiros han cautivado a las generaciones durante siglos. Todos hemos escuchado acerca de estos seres bebedores de sangre, que nos seducen con su piel pálida y sus ojos profundos. A lo largo de la historia han existido numerosas versiones acerca de cómo estas criaturas surgieron. En la actualidad, los vampiros son los protagonistas principales de series de televisión, películas taquilleras y novelas. Las características particulares de los vampiros han ido variando drásticamente con el paso de los años, adaptándolos y modernizándolos para vivir en la sociedad actual.

Aunque la Biblia no lo especifica, Caín es considerado el primer vampiro, puesto que tras matar a su hermano Abel se le imponen ciertos castigos que lo condenan a una muerte en vida. No podía caminar bajo la luz del sol, no podía arar los campos para cosechar comida y estaría condenado a vagar eternamente errante por la tierra.

Desde tiempos muy antiguos se hablaba ya de criaturas que absorbían la vida de los viajeros y que bebían su sangre para conservar su juventud. Sin embargo, estas criaturas no poseían el atractivo seductor de los vampiros de las novelas contemporáneas. Eran espantosos monstruos que habían regresado de la muerte para torturar a los vivos. En la edad media los avances médicos eran escasos, la expectativa de vida era sumamente corta; se consideraba afortunado vivir hasta los 40 años de edad. En aquel entonces, se acostumbrada exhumar a los cadáveres después de una luna llena para verificar que seguían muertos. La gente se horrorizaba al ver que las uñas y los cabellos de los cadáveres habían crecido, lo cual los llevaba a pensar que seguían vivos y aprovechaban el velo de la noche para torturar a las personas.

A partir del siglo XIX, con la publicación de la novela El Conde Drácula de Bram Stoker, la afición por los vampiros se vio incrementada. El famosísimo vampiro está basado de hecho en un conde rumano de la vida real llamado Vlad Draculea III o Vlad Tepes, mejor conocido como “Vlad el Empalador”. Draculea significa “hijo del dragón” en rumano. Vlad era famoso por su insaciable sed de tortura y sangre. A menudo se comentaba que disfrutaba ver el sufrir de sus enemigos y coleccionaba sus narices después de empalarlos.

Con el surgimiento del cine no tardaron en llegar numerosas adaptaciones de la novela de Stoker a la gran pantalla, que sólo aumentaron la curiosidad de las personas e hicieron de los vampiros casi una necesidad para la cultura de masas.

No tardaron en llegar nuevas versiones de cómo deberían de verse y comportarse los vampiros. En los libros de Anne Rice se describe a los vampiros no como cadáveres vueltos de la tumba sino como hermosos seductores de pelo largo y piel pálida como la porcelana. Entrevista con el Vampiro se ganó su propia adaptación cinematográfica en los años 90.

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