Van Creveld
Enviado por mahftc • 16 de Marzo de 2014 • 2.407 Palabras (10 Páginas) • 336 Visitas
VIGENCIA DE LA VISIÓN DE MARTIN VAN CREVELD DEL PARA QUÉ SE PELEAN LAS GUERRAS.
«Un fantasma acecha los pasillos de los estados mayores y departamentos de defensa de todo el mundo ‘desarrollado’ —el miedo a la impotencia militar, incluso la irrelevancia…, aparecen como nuevas formas de multiplicar y propagar los conflictos armados, que hará que las líneas entre lo público y privado, el gobierno y el pueblo, militares y civiles se hagan tan borrosas como lo fueron antes de 1648.... Una forma muy importante en la que los hombres pueden alcanzar la felicidad, la libertad, la felicidad es (a través de) la guerra».
Martin Van Creveld, The Transformation of War
Introducción
Por lo general, las palabras tienen, si no uno, muy pocos significados y todos ellos sensiblemente parecidos. Pero tal afirmación resulta inválida si la aplicamos a la palabra guerra. Para ella existen numerosas definiciones, unas más elaboradas, otros menos, pero sin lugar a dudas la más citada por los estudiosos de las ciencias militares en todo el mundo corresponde a la célebre frase escrita por Carl Von Clausewitz (1780-1831), el más influyente filósofo de guerra, que dice: «La guerra es una mera continuación de la política por otros medios» .
Así también, la gran mayoría de las guerras no surgen de la nada sino que reflejan un proceso que se desarrolla en el tiempo. Conflictos de interés pueden llevar a crisis y las crisis, algunas veces, escalan hasta guerras .
A lo largo de la historia los fines por los cuales las personas han estado dispuestas a pelear una guerra han sido extremadamente diversos, incluyendo motivaciones como la expansión territorial, la ley, la justicia, los derechos, el poder, la religión, la propia existencia, entre otros, que han llevado a las personas a involucrarse en un conflicto armado.
Al hacer el sencillo ejercicio de buscar en Internet el nombre de Carl Von Clausewitz, obtenemos el impresionante número de 465.000 resultados en 0,23 segundos. Algo muy similar ocurre con el nombre de Martin Van Creveld: 301.000 resultados en tan sólo 0,18 segundos.
Hace menos de veinte años resultaba impensable que una postura diametralmente opuesta a la del militar prusiano pudiera ser tan ampliamente difundida y aceptada por la comunidad de Defensa , toda vez que por alrededor de 200 años han sido los planteamientos de Clausewitz los que han influenciado las doctrinas militares de occidente, las que han asumido la idea de que la guerra es un fenómeno que obedece a un raciocinio reflexivo respecto a los intereses nacionales, y la continuación de la política del Estado a través de los medios militares.
El presente ensayo no tiene mayor pretensión que dar a conocer una visión contemporánea y distinta a las que usualmente se conocen respecto a las motivaciones que podrían llevarnos a pelear una guerra, para finalmente concluir respecto de la vigencia o no de la visión de Martin Van Creveld planteada en su Para qué se pelean las guerras. Si tal propósito se logra, y este ensayo es recibido con benevolencia, se habrán satisfecho los deseos del autor.
Para qué se pelean las guerras
A lo largo de la Historia, la guerra ha sido un medio utilizado por diferentes sociedades a fin de mejorar su posición con respecto a otra. Más si bien las sociedades pueden hacer uso de otros mecanismos menos agresivos y/o más inclinados hacia la diplomacia y los arreglos políticos, éstos podrían no ser útiles cuando los intereses son contrapuestos y las partes en conflicto carecen de la voluntad para encontrar una salida pacífica a sus controversias.
Así, si hay una cosa de la que podemos estar seguros, es que las sociedades inician una guerra cuando sienten que las probabilidades de alcanzar beneficios son mayores que las de obtener pérdidas. Ya que si bien la guerra es por esencia el más violento de los actos conocidos por la humanidad, dicha violencia es aplicada de manera consciente y orientada hacia los fines perseguidos por quien la aplica.
De esta forma, la guerra, como todo fenómeno social, está en constante evolución y con ello, las motivaciones que puedan gatillar una guerra también lo están.
Hace más de doscientos años Carl von Clausewitz estableció que los dos elementos principales de la guerra eran, primero, que era necesariamente librada por un Estado y, segundo, que inevitablemente tiende hacia el uso irrestricto de la fuerza.
Derivado de esta evolución natural que ha sufrido el fenómeno social que denominamos guerra, adquieren sentido otras visiones, como la del historiador militar israelí Martin Van Creveld, quien se ha caracterizado por sus duras críticas al modelo postulado por Clausewitz y que plantea examinar un tercer elemento concerniente a ella: la guerra, más que un instrumento de la política, es un medio para la consecución de otros fines.
Son múltiples los Estados que, o bien han hecho propia esta tercera definición o la siguen teóricamente, sin haberla llevado a cabo aún. Por ejemplo, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos se caracterizan por su cercanía al modelo trinitario propuesto por Clausewitz, como se ve con sólo ingresar al sitio web www.clausewitz.com/readings y notar la procedencia y formación de la mayoría de los autores de los artículos disponibles. Pero no obstante esta cercanía y aceptación del modelo Clausewitziano, existen muchísimas publicaciones, entre ellas las U.S. Army War College Guide to Strategy, que en su página número 225 señala: “«La formulación de la estrategia nacional, como ocurre en cualquier nivel de la estrategia, emplea el proceso de pensamiento estratégico basado en el uso de los fines, modos y medios»”, dejando ver que efectivamente la estrategia, y por consiguiente la guerra, se estructuran, como señala Van Creveld, en pos de un fin.
Westfalia y el Rol del Estado
Es cierto que ya a partir del siglo XIX el pensamiento político occidental ha definido la guerra como un instrumento político en manos del Estado, pero también es cierto que, como Van Creveld demuestra en el capítulo V de su libro La Transformación de la Guerra, no sólo hoy, sino que desde siempre han existido motivaciones que trascienden a la política para que “alguien” decida pelear una guerra. Es decir, y como se deduce, a lo largo de la historia han existido diferentes motivos por los cuales se han peleado las guerras y esos motivos han constituido los “fines” mediante los cuales la guerra se ha transformado en “un medio”.
En su obra póstuma, De la Guerra, Clausewitz siempre refiere a guerras peleadas por ejércitos que actúan bajo las órdenes del Estado. Con esto, Clausewitz entendería la guerra como política, ya que dentro de su concepto trinitario acerca de la guerra
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