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Veraneando en zapallar escenas


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2018  •  Resumen  •  6.152 Palabras (25 Páginas)  •  990 Visitas

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Veraneando en zapallar

Escena primera

-Procopio: (leyendo un diario ) se encuentran veraneando en zapallar el talentoso abogado don Procopio Rabadilla, su  esposa doña Robustina Jaramillo y sus encantadoras hijas  Amparo , Consuelo y Esperanza .¡qué tal parrafito ¡

-Robustina :procopio…no me saques de mis casillas.En lugar de agradecerme lo que hago deberías asegurar nuestro nombre por honrar nuestras hijas.

-Procopio:sí …ya lo tengo pensado         

-Robustina: intentas burlarte de mí… Procopio , vulgar , hombre inútil.

-Procopio: mujer ,no me insultes.

-Robustina: abogado sin trabajo.

-Procopio: (sin hacerle caso) veraneando en zapallar… afortunadamente no mentimos, porque en el patio de la casa se exhibe  unas hermosas matas de legumbre.

-Robustina: claro. ¿Qué habrían dicho las amistades si hubieran sabido que nos quedámos en Santiago?

-Procopio: eres insoportable mujer, tan bien que estaría yo a estas horas , dándome un paseo por las piscinas.

-Robustina: atisbando a las lolas… a las bañistas

-Procopio: lo que hay es que soy aficionado a estudiar en el terreno las rectas, las curvas, los catetos y las hipotenusas.

-Robustina: pues ,si quieres estudiar matemática, no tienes más que encerrarte en tu cuarto.

-Procopio :¡ay, la suspirada libertad! Y se dice que las mujeres no mandan                                                             -Robustina: nosotras somos las que nos sacrificamos por los deberes

-Procopio: y nosotros nos sacrificamos  para pagar las cuentas de la modista , de! Lechero y de todo…(en alta voz y paseándose a grandes pasos).

ESCENA DOS

-AMPARO: ¿nos llamabas papá?

-CONSUELO: aquí estamos.

-ESPERANZA: ¿qué deseas?

-PROCOPIO :-ah, deveras. Me olvidaba, hijas mías

-AMPARO: ¿de qué hablaban?

-ROBUSTINA: ¿saben de que, hijas mías? de nuestra situación , de que tu padre no para de protestar por el encierro a que hemos sometido para guardar las apariencias.

-CONSUELO: es una situación atroz.

-ESPERANZA: horrible.

CONSUELO (a don Procopio): ¿Cómo no lograste papá, juntar dinero para salir a las playas?
PROCOPIO: Porque los juicios son pocos. Y ustedes se lo gastaron todo el dinero en ropa.
Amparo: (
escandalizada): ¿Has oído, mamá?
ROBUSTINA: No le hagas caso. Por él ojalá salierais vosotras con trajes de percal, o sin trajes.

ESCENA TERCERA
Dichos y Luchito.

Luchito (
entrando): ¿Algun Problema?
Procopio: Sí, hijo mío tu madre...
Robustina: Tu padre era el que...
Luchito: En fin, la paz se ha restablecido                                                                                                 Procopio: ¿Estabas estudiando?
Luchito: Sí, papá, inglés. Es difícil, pero ya me va gustando.
Procopio: Muy bien. Es un ramo útil. Sobre todo para entenderse con los gringos. Tú sabes que siempre andar como nubes por todas partes
Robustina: ¿Y cómo andan los repasos de geografía?
Luchito: De geografía no me preocupo
mucho.
Consuelo: (
siguiendo la conversación que ha mantenido con sus hermanas en un grupo aparte, en primer término): ¿Qué será de Carlos?
Amparo: ¿Y de Ernesto?
Esperanza: Es terrible no tener noticias de nuestros novios.
Consuelo: De seguro que irán a Zapallar por vernos.
Amparo: ¿Y al no encontrarnos se pondrán a cortejar a otras?
Esperanza: Por Dios. No quiero figurármelo. (
Siguen conversando entre sí, animadamente).
Procopio: (
a Luchito): Es una vergüenza. Reprobado en tres exámenes. Y en cada uno con tres negras.
Robustina: Si hubiera sido con una solamente, habrías pasado bien.
Luchito: Lo mismo digo. Mi ideal era  salir con una sola negra... (
Aparte). Con una negra como: la Teresita que me quiere mucho. En fin, echaremos un vistazo a la ciudad. Treparemos al observatorio (Trepa en la escala que está apoyada en el muro.) Caracoles, ¿ Qué es eso? ¿Una humareda en la casa vecina?
Procopio (
temeroso): Deja ver (sube a la escala.) ¡Dios mío, lo que faltaba: un incendio! Habrá que ir poniendo en salvo los muebles.
Consuelo: ¡Ay, Dios mío!
Esperanza: Ampáranos, Virgen de los afligidos.
Luchito: ¡Qué situación más ridícula!
Procopio (
a Luchito): Corre, Grita. Llama a los bomberos.
Robustina: No... No.
Todos: ¿Eh?
Procopio: Pero mujer, ¿qué pretendes?
Robustina: Nada, que no podemos salir. (
Imperiosamente) ... Que no sale nadie.
Procopio: Pero ¿estás loca, mujer?
Robustina: Nosotros no estamos aquí. Estamos en Zapallar, ¿entiendes? Si la casa se quema, nos quemaremos en ella.
Procopio: No me agrada la perspectiva...
Amparo: Pero, ¿qué hacemos?
Consuelo: Hay que pensar algo.
Esperanza: Yo me siento mal.
Luchito: Yo protesto.
Robustina: Ni una palabra. El ridículo sería espantoso. A ver Luchito, sube al observatorio y ve si cunde el incendio.
Luchito: No, el humo disminuye. Parece que el fuego ha sido sofocado por los propios moradores.
Consuelo: ¡Gracias, Dios mío!
Procopio: Respiro.
Amparo: San Antonio Bendito ha hecho un milagro..
Amparo: Yo traeré un paquete de velas para su altar, para eso danos plata papá                       .
Procopio: Como siempre: yo soy el eterno pagador.  

ESCENA CUARTA

Robustina y Amparo.

Amparo: (
entrando): ¿Y papá?
Robustina: Salió ya, hija mía.
Amparo: ¡Qué contrariedad!
Robustina: Los dejas para mañana, entonces.
Amparo: ¡Qué rabia me da no poder salir a la calle, pasar al correo, ver si hay cartas!
Robustina: ¿Carta de quién?
Amparo: De las amiga. Y si hay alguna del novio, tanto mejor. ¿Qué será de Ernesto?
Robustina: ¿Cómo Ernesto? ¿No es tu novio Agamenón?
Amparo: No es; era.
Robustina: ¿Cómo así? Explícate ¿Quién es ese Ernesto?... ¿Dónde lo conociste?
Amparo: En casa de los Gómez. Simpatizamos…Es un mozo muy guapo, viste muy bien, está empleado en un ministerio.                                                                                                                     Robustina: Me alegro mucho, hija mía,, Pero Agamenón. ¿Qué irá a decir Agamenón?
Amparo: Nada, ¿Qué puede decir? No me gusta ese hombre.                                                         Robustina: Pero de todos modo, habría que darle alguna explicación.
Amparo: Ninguna, mamá.                                                                                                                             Robustina (i
nterrumpiéndola): Basta, hija mía. Se ve que ese individuo no es un hombre: es un picaflor.

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