Escena de la campana en Andrei Rublev
Enviado por xeremies • 3 de Septiembre de 2011 • 770 Palabras (4 Páginas) • 598 Visitas
¿Qué es un artista?
Para intentar responder esta pregunta me centraré en la escena de la campana en Andrei Rublev.
Responder a un pregunta como esta no es una tarea fácil. Preguntas de este tipo han llevado de cabeza a pensadores occidentales sobre las cualidades que de las que gozan los artistas. ¿Qué es el arte? ¿para que sirve? ¿qué es un artista?
El Renacimiento supuso una gran brecha entre el mundo europeo occidental y Rusia, quizá la mayor. Mientras en Europa el hombre se convertía en el centro del universo y se alejaba de los preceptos de la Edad Media, en Rusia se continuaba con los sistemas medievales, fuertemente influenciados por la religiosidad ortodoxa. Es evidente que los conceptos que se tendrán sobre el arte y la figura del artista serán entonces diferentes.
De Andrei Rublev hasta Tarkovski, pasando por Dostoievski, la esencia que generan sus respectivas obras tienen una misma raíz y un mismo destino: la espiritualidad y la purificación del alma. El arte tiene que tener una utilidad vital, no se puede entender como una obra cerrada en sí misma al estilo “L'art pour l´art”, sino que su obligación es la de trascender, educar, mostrar al mundo la espiritualidad que nos une… En esa importante labor recae la responsabilidad del artista. Ha de ser capaz de transmitir, de contagiar, y, especialmente, de captar una verdad para que los espectadores puedan conocer, sí: el arte es la forma excelentísima de comunicación
“Nunca he podido comprender que un artista pudiera crear solo para sí mismo. Convencido de que nunca habrá nadie que utilice su obra…” ¿Qué es una campana? ¿Os imagináis una campana tal en una casa solitaria de la que solo pudiese gozar su creador? A eso es lo que se refiere Tarkosvski, y que mejor ejemplo que una campana, que como un grito espiritual es escuchada por todos los individuos de un pueblo: será para ellos.
La escena de la campana es el fiel reflejo de lo que debe ser un artista. El muchacho Boriska, que sin saber como se hace una campana, se deja la piel tras su intuición. Su impulso por hacer, por ir más allá, lo convierten en el espejo en el que se mirará Rubliev. La fe que había perdido por culpa de los hombres, la ve, la siente, en el joven e impulsivo Boriska. Tener fe es la clave para poder mover una montaña; tener fe es lo primordial para ser un artista. Solo teniendo una fe ciega en lo que se siente, solo así, se puede crear y emocionar, sentir y transmitir, unir y educar. Solo así se puede explicar el motivo de nuestra existencia. El artista debe exigirse “una verdadera entrega de sí mismo, en el sentido más trágico de la palabra” Y que mejor ejemplo que Boriska. Rubliev también puede actuar de espejo para Boriska. Me explico. El auténtico artista no crea por crear, solo lo hace cuando capta aquello que es necesario transmitir y si no lo consigue, aún habiendo recibido dones
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