Vicente Ferrer
Enviado por pitha17 • 26 de Septiembre de 2011 • Informe • 539 Palabras (3 Páginas) • 991 Visitas
MUXHES EN JUCHITAN
Es muy importante saber la cultura de los muxhes de nuestro municipio ya que convivimos con ellos y aceptamos como son.
Tenemos la necesidad de conocer sobre sus costumbres y formas de pensar de cada uno.
El tema que vamos a desarrollar pertenece al campo del aspecto comunicativo
Nuestro tema especifico es “el conocimiento de las costumbres y formas de pensamientos de los muxes de Juchitan”
En este poblado de Oaxaca definitivamente han aceptado a los miembros de un tercer género humano. Es un lugar donde la comunidad gay ha encontrado su paraíso.
Cuenta la leyenda que un día, Vicente Ferrer, santo patrono de Juchitán, llevaba en su espalda, por encargo de Dios, un saco lleno de homosexuales. En cada lugar por donde pasaba iba dejando uno, pero cuando llegó a Juchitán tropezó, se le rompió el saco y todos se derramaron ahí.
Pero más allá de la creencia que Dios tiró en Juchitán a algunos varones ‘confundidos’, los Muxe’s argumentan que realmente no hay más cantidad de homosexuales en Juchitán, en comparación con otros lugares de la República, sino que ahí son libres de bordar su destino y vestir con orgullo las prendas típicas del istmo de Tehuantepec.
Entre las flores de esta región, se asoma el paraíso homosexual de Juchitán de Zaragoza, donde la cultura zapoteca le abre un horizonte a la diversidad y todos aquellos hombres a quienes les gusta “la mojarrita en caldo”, se pasean por las calles con sus enaguas bordadas, convirtiéndose en Muxe’s: “auténticas, intrépidas y buscadoras de peligro”.
El término Muxe significa en zapoteco ‘cobarde o miedoso’. En el Juchitán de San Vicente, Juchitán de las Flores y Juchitán de las Locas, se refiere a todos aquellos hombres que nacieron con el deseo de ser mujeres y viven como las iguanas verdes, “de palo en palo”, encaramándose en los árboles.
La comunidad gay del territorio nacional se deslumbra ante este arcoiris oaxaqueño, donde la tolerancia de sus habitantes va más allá de las preferencias sexuales, de los pantalones y las faldas, y la vida sigue su curso.
“No se reproducen, pero cada día son más, aquí se aceptan porque se quiere al ser humano, a la sangre…”, exclama una señora juchiteca, orgullosa de sus raíces y de tener un amigo Muxe.
“No es cierto que haya más gays aquí que en otras partes, lo que pasa es que somos más visibles”, confiesa un Muxe.
Encantados de su entorno, se asumen y viven, están en las escuelas, en el mar, en sus telares, en las cantinas, en las tiendas, en el panteón y en la tierra del mercado, donde por cierto, entran con la mano en la cintura y se hacen amigos de las mujeres, se vuelven comadres, confidentes y hasta asistentes de belleza.
Ya desbordados en el documental de
...