Violencia En El Noviazgo
Enviado por Paolavaldes • 20 de Diciembre de 2013 • 8.149 Palabras (33 Páginas) • 215 Visitas
¿Por qué es necesario hacer prevención de la violencia durante el noviazgo?
Algunas razones son:
1. La violencia durante el noviazgo tiene una alta prevalencia. Según un estudio que realizó la OMS en 1998, el 30% de las estudiantes universitarias informaron haber padecido violencia durante el noviazgo.
2. La violencia en el noviazgo tiene altas probabilidades de dar lugar, en el matrimonio, a un estilo violento de interacción de pareja.
3. La violencia que se inicia en una relación con agresiones verbales, por lo general continúa con agresiones físicas severas. La violencia verbal en el noviazgo es un importante predictor de violencia conyugal.
4. Una gran cantidad de jóvenes, varones y mujeres, podrían modificar su conducta violenta o su sometimiento a ella, si se les ayudara a reconocer y a tratar con el problema antes de llegar al matrimonio.
5. Es muy frustrante llegar al matrimonio con sueños e ideales que se estrellan, las más de las veces, ya en la luna de miel. Muchos dolores y heridas difíciles de sanar se podrían evitar si se trabajara con la población más joven, antes de encarar sus noviazgos y al transcurrir los mismos.
¿Qué entendemos por noviazgo?
Si bien las formas y los nombres han cambiado a través de los tiempos y de las culturas, por noviazgo seguimos entendiendo una de las fases del ciclo vital de una persona; se trata de aquella que constituye una etapa de transición entre la familia de origen y la propia. Por lo tanto, debería ser una relación consentida por ambos novios, que promueva una creciente intimidad en tanto que una etapa preparatoria para la vida matrimonial (aunque no siempre concluya en un matrimonio). Al mismo tiempo, por violencia en el noviazgo entendemos cualquier forma de maltrato o abuso (físico, verbal, emocional, sexual), hacia o entre las personas que protagonizan la relación.
La descripción del maltrato en el noviazgo coincide con las características que se mencionaron en los Módulos anteriores respecto de la violencia conyugal. Del mismo modo que en el matrimonio, por lo general el maltrato es hacia la mujer, aunque existe en muchos casos violencia cruzada y en muchísima menor proporción, maltrato de la mujer hacia el hombre.
¿Qué características tienen los jóvenes más predispuestos a tener noviazgos violentos?
En primer lugar queremos aclarar que, si bien no hay un perfil típico de aquellas personas que protagonizarán una relación de violencia, ya sea como víctimas o como victimarios, no obstante encontramos factores predisponentes que facilitan la emergencia de la violencia y la tolerancia a la misma.
En segundo lugar, vale señalar que, aunque no desconocemos los factores comunitarios y sociales que desde una mirada integradora o ecológica —tal como ha sido descripta en capítulos precedentes— intervienen obviamente en el fenómeno de la violencia interpersonal, aquí nos referiremos especialmente a factores individuales y familiares. Hechas estas salvedades, podemos resaltar los siguientes factores que predisponen en los casos de las chicas y de los muchachos:
Los casos de las chicas:
•Las jóvenes que han sido víctimas de maltrato en la familia de origen, ya sea porque ellas mismas fueron niñas abusadas (emocional, física o sexualmente) o porque han sido testigos de la violencia entre sus padres u otros miembros de la familia. En estos casos, o bien la nena puede identificarse con las mujeres golpeadas y sumisas de su familia, estableciendo un terreno fértil para sufrir maltrato en su vida adulta, o bien puede reaccionar del modo en que ella piensa que la madre debería reaccionar, siendo ella misma agresiva como lo fue el varón de la familia. El modo en que se ha tratado la pareja de padres también establece un modelo a copiar o imitar cuando se encara la propia pareja. Esta identificación no es consciente de modo que quien la vive, aunque haya sufrido mucho el maltrato experimentado en el hogar e incluso se haya propuesto a sí misma no repetirlo, muchas veces se sorprende al descubrir que actúa como su papá o su mamá en su propia pareja.
•Mujeres con baja autoestima («ningún otro me va a elegir», «me voy a quedar sola», «nadie me va a querer», etc.) Es increíble la cantidad de chicas bonitas e inteligentes que piensan de una manera muy negativa sobre sí mismas y esto, como relató Yadira en su testimonio, no ayuda a formar una pareja saludable. Puede que busquen en la pareja el cariño y la atención que no han tenido en casa, o que su pareja sea quien les otorgue identidad y valoración. Tal vez provengan de familias disfuncionales que no las contienen adecuadamente, y por tanto se precipitan a una relación de noviazgo inconveniente para ellas buscando lo que sus familias no les han brindado.
•Mujeres «programadas» para cuidar y atender a otros, en desmedro de sus propias necesidades emocionales. De algún modo se podría pensar que han sufrido un tipo de abuso emocional en su hogar de origen, al no haber sido atendidas debidamente sus propias necesidades de cuidado y atención. Puede ser que hayan ocupado roles que no les correspondían asumiendo responsabilidades desmedidas en el hogar, o que se hayan identificado con una mamá de estas características. No asumen que tienen derecho a ser cuidadas, amadas, respetadas, protegidas. No pueden establecer una relación interdependiente y de mutuo compromiso. Necesitan ser «más» que el otro para sentir que valen algo y que pueden dar algo valioso de sí mismas. En la población cristiana es muy común argumentar a favor de esta actitud distorsionando mandatos bíblicos que apuntan al servicio, al cuidado del otro, al sacrificio. Carmen R. Berry llama a este tipo de comportamiento: «la trampa del salvador»:
Los salvadores tratan de ser útiles dondequiera que van. Muchos eligen profesiones que giran en torno al bienestar de los demás, tales como el sacerdocio, la asistencia social, la educación, la medicina, la psicología o el cuidado de los niños. Otros, como amas de casa, estudiantes y adultos de edad avanzada se ofrecen para diversos proyectos de asistencia. Dondequiera que puedan encontrarse salvadores, puede usted estar seguro de que estaremos ocupados cuidando de otras personas. Sin embargo, para los salvadores es fácil llegar a estar tan atareados cuidando de otras personas, que no se cuidan a ellos mismos [...] De hecho para ellos es fácil simular que no tienen necesidades ni pesares interiores [...] Estos salvadores se desatienden porque sienten que se espera de ellos que sacrifiquen su propio bienestar en aras de los demás. Esta es la definición del
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