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Violencia Segun Teoricos Clasicos


Enviado por   •  29 de Abril de 2012  •  6.565 Palabras (27 Páginas)  •  1.211 Visitas

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Teorías sociológicas y derivaciones del concepto de violencia según autores clásicos como Karl Marx, Max weber, Emile Durkheim

Karl Marx

Es tal vez con Marx y ante todo con el marxismo que el concepto de violencia tiene una asociación más inmediata. Pero es también en este autor donde el concepto se ha prestado para las mayores confusiones y en mi opinión con las peores consecuencias prácticas.

Hannah Arendt ha argumentado con mucha fuerza el papel secundario que la violencia juega en el esquema conceptual de Marx. Según ella: “Si se voltea (en Marx) el concepto

‘idealista’ de pensamiento se llega al concepto ‘materialista’ de trabajo; nunca se llega a la noción de violencia” (Arendt, 1970: P.13).

Ahora bien, lo que hay claramente en Marx es una “desfechitización” del tema de la violencia y un reconocimiento del mismo como un componente de determinadas circunstancias de estructuración de la sociedad y particularmente de cambio social. En la transición entre modos de producción, cuando se presenta una tensión entre fuerzas productivas y relaciones de producción y concretamente en el surgimiento del capitalismo, la violencia ha actuado como mecanismo catalizador del reordenamiento de las viejas y nuevas relaciones sociales. Hablando de los mecanismos de expropiación en la acumulación originaria del capital, Marx plantea que: “El recuerdo de esta cruzada de expropiación ha quedado inscrito en los anales de la historia con trazos indelebles de sangre y fuego” (Marx, 1971, Vol. I: 608-609). Ciertamente, la acumulación originaria no fue solamente un proceso violento. Pero allí la violencia jugó un papel importante al afectar a bienes y personas, a partir del cambio en relaciones de propiedad. Violencia y propiedad es una asociación fundamental que establece Marx.

Ahora bien, lo que queda en el proceso histórico de la acumulación originaria es una nueva relación social caracterizada por la disociación entre el productor directo y los medios de producción. Esta nueva relación social, básica para el capitalismo, es impensable en Marx como sostenida y sostenible en primer lugar por la violencia. A propósito Marx indica: “No basta con que las condiciones de trabajo cristalicen en uno de los polos como capital y en el polo contrario como hombres que no tienen nada que vender más que su fuerza de trabajo. Ni basta tampoco con obligar a estos a venderse voluntariamente. En el transcurso de la producción capitalista, se va formando una clase obrera que, a fuerza de educación, de tradición, de costumbre, se somete a las exigencias de este régimen de producción como a las más lógicas leyes naturales. La organización del proceso capitalista de producción ya desarrollado vence todas las resistencias; la existencia constante de una superpoblación relativa mantiene la ley de la oferta y la demanda de trabajo a tono con las necesidades de explotación del capital, y la presión sorda de las condiciones económicas sella el poder de mando del capitalista sobre el obrero. Todavía se emplea, de vez en cuando, la violencia directa, extraeconómica; pero solo en caos excepcionales”

La violencia coadyuva entonces al surgimiento de la relación social capitalista pero la reproducción de esta es insostenible en términos del recurso permanente a la fuerza. Por el contrario, la relación social se reproduce ‘naturalmente’ a través, entre otros, de mecanismos que hoy denominamos como políticos o culturales. La violencia solo aparece circunstancialmente y cuando esto sucede no lo hace necesariamente desde el mismo campo económico sino a través de conflictos que involucran otras instancias de la sociedad como el Estado.

Sabemos que el esfuerzo teórico de Marx está en caracterizar la relación social capitalista como una relación de explotación. Vale entonces la pena destacar que la relación social de explotación no implica necesariamente la violencia y en menor medida es idéntica a ella.

El concepto de explotación es central en la construcción teórica de Marx, el de violencia no, siguiendo la propuesta interpretativa de Hannah Arendt. La explotación capitalista del trabajo no se puede equiparar con el concepto de violencia. Lo primero es un proceso indispensable de la producción capitalista que implica que una parte del producto se transfiere de los productores, o asalariados, a los no productores o capitalistas. Esta transferencia se hace sobre la base de mecanismos que fundamentalmente no son de violencia como ya se explicitó. Por su parte, la violencia surge como mecanismo para implantar la relación social capitalista. En casos excepcionales como mecanismo para salvaguardarla.

Hasta el momento se ha considerado el fenómeno de la violencia en Marx en torno a procesos que fundamentalmente tienen significación económica, como es el caso de la acumulación originaria del capital. Pero vale la pena destacar que la relación social capitalista supone el desarrollo de unas clases sociales cuyo conflicto se expresa también por fuera de la esfera económica de la sociedad, fundamentalmente en el campo de la dominación política. En Marx, la violencia es también una forma que puede asumir el conflicto político de las clases sociales, pero, una vez más, no es la única. La lucha política de clases no implica necesariamente la lucha violenta. En el campo político, el conflicto se centra en el dominio del Estado por las clases sociales. De igual manera a como sucede con la consolidación de la relación social en el campo de la producción, el conflicto político y la lucha por y desde el Estado, no se pueden concebir exclusivamente como fundados en la violencia. Esta aparece fundamentalmente en los momentos de transición de las formas de dominación, en los períodos revolucionarios, o cuando estas se encuentran cuestionadas en aspectos centrales de su ordenamiento. La violencia es una opción de la acción política concentrada sobre el poder del Estado; depende entonces de la situación de poder o de dominio.

Las revoluciones burguesas serían ejemplos de procesos de cambio social que se manifiestan claramente en la esfera política acompañados de fuertes dosis de violencia.

Igualmente, las revoluciones proletarias que a diferencia de las anteriores, se conciben desde un principio como violentas en su estrategia, frente a la violencia, que por su mantenimiento, desata el estado burgués. Sin embargo, es indispensable destacar con relación a los procesos revolucionarios que para Marx pueden darse circunstancias, aunque excepcionales, de una transición al socialismo de manera no violenta. Esta posibilidad se subraya para mostrar la historicidad del análisis marxista que va en contravía de las interpretaciones de “necesidad” que se han hecho de la misma teoría. En efecto, la posibilidad de una transición

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