Viviendo A La Defensiva…en Un México Magnífico.

Viviendo a la defensiva…en un México magnífico.

Misma rutina… ¡despierta, desayuna y vete a trabajar!, eran las 8:00 am cuando tomé mi carro con destino al trabajo (1 hora para llegar) el mismo tráfico de siempre, el mismo México del cual hay que cuidarse.

Como todas las mañanas conduzco a mi trabajo pasados los primeros 30 minutos y como siempre yo atorada en periférico, no hay otra cosa en que distraerse más que en la radio y en el carro que está enfrente de uno (en mi caso había un Tsuru rojo con jóvenes dentro de él jugándole al chistoso).

Nadie se imaginaba lo que pasaría en uno, dos o tres segundos…solo sigues tu rutina y piensas en que llegarás a tu destino final.

A las 9:30 am cerca del trabajo (aproximadamente a 5 minutos) me tocó el semáforo, treinta segundos después llega luz verde para llegar a mi destino. Diez segundos después de avanzar, pisé los frenos porque mis pupilas se iluminaron de rojo, eran las luces intermitentes del mismo Tsuru que me aviso ¡alto!, me detuve y en menos de 20 segundos, me abrieron la puerta, me despojaron de mis pertenecías y me obligaron a bajarme de carro.

Momento difícil para gritar o hacer algo, no pensé en nada solo en hacer caso y correr del lado contrario.

¿Capacidad, debilidad o cobardía, como se le llama a este suceso?...no lo sé, pero no podía creerlo.

Todas las personas que estaban a mi alrededor tenían una expresión de shock, un señora como de unos 45 años me extendió su mano y me dio su celular, lo cogí y no pensé en otra cosa más que llamar a mi trabajo para comentar el suceso (me temblaba la mano, mi cuerpo, mi todo) inmediatamente me respondió mi compañera y le dije lo sucedido y me pidió esperar allí para ir por mí.

La señora me abrazo y me cogió de la mano diciéndome –ya pasó- y yo lo único que hice fue llorar con un temblor dentro de mi cuerpo.

Las personas que estaban en el momento del suceso me preguntaban si todo estaba bien, en ese entonces fue para mí un tiempo eterno lleno de miedo, todos se preguntaban ¿Por qué? y, ¿en qué momento pasó?

Minutos después llegó una patrulla con dos policías jóvenes. Uno de ellos se bajo del carro me saludo preguntando cómo estaba a lo que conteste que bien y enseguida me dijo –tengo que hablar contigo- , el se puso serio y me dijo ¿Cómo te puedo ayudar? ¿Qué fue lo que pasó? (preguntas que todo mundo te pregunta en el momento) comencé a plantearle la situación y mientras más hablaba la expresión de su cara comenzó a cambiar a enojo así que decidí finalizar diciendo que ya había pasado.

El joven policía vestido de azul y sudado de la manos me pidió tranquilizarme, inmediatamente hizo un llamado con su radio a todos sus compañeros que se encontraban cerca de la zona dando mis placas y la descripción de mi carro.

Los rumores no tardaron en oírse, pues

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