¿Y Si El Desarrollo Fuese Una Emergencia Sistémica?
Enviado por janes145 • 20 de Octubre de 2013 • 2.293 Palabras (10 Páginas) • 1.557 Visitas
¿Y si el desarrollo fuese una emergencia sistémica?
Sergio Boisier, ingeniero comercial (Economista), Universidad de Chile; Master of Arts in Regional Science, Universidad de Pennsylvania, USA. Consultor internacional independiente y Presidente del Centro de Análisis y Acción Territorio y Sociedad (CATS). Jefe de la División de Análisis Cuantitativo y Jefe del Departamento de Planificación Regional en la Oficina de Planificación Nacional de Chile (década de los 60). Director a.i. de la Oficina de la CEPAL en el Brasil (década de los 70). Director Adjunto del Programa de Asesoría del ILPES (década de los 80). Director de la Dirección de Políticas y Planificación Regionales del ILPES (década de los 90). Realizó un Análisis del Plan de Desarrollo Fronterizo de Colombia, para el Departamento Administrativo de Planeación (1985). Múltiples libros publicados, aportes a libros, artículos e investigaciones empíricas.
Introducción
Boisier nos cuenta como es más y más frecuente leer interpretaciones del desarrollo que lo colocan en un contexto mucho más amplio que la economía, donde prima lo subjetivo, lo valórico, lo intangible, lo sistémico, lo recursivo, lo cultural, la complejidad, entre muchas de las características que ahora se atribuyen a la idea de un desarrollo más social. Para explicarnos como se está viendo al desarrollo más en el campo del ser que en el campo del tener, cita algunas definiciones como en la que Luciano Tomassini (2000: 63) alude al “giro cultural” relacionado con el desarrollo como que “Vivimos un ‘cambio de época’ que rechaza, en lo esencial, los modelos racionales, uniformes y cerrados que propuso la modernidad madura, en nombre de la diversidad, de la capacidad para optar y para crear nuestra identidad en sociedades más complejas, hechas posible por el avance del conocimiento, la tecnología, la información, la libertad, el consumo y las comunicaciones y por cambios profundos en la subjetividad de las personas.”. Por otra parte recuerda como Stiglitz contaba que en un pequeño país de los que ha visitado: “en lugar de proponerse elevar al máximo el Producto Interno Bruto, las autoridades se trazaron como misión nacional elevar al máximo la Felicidad Nacional Bruta”.
El peso de la noche cartesiana
A propósito del desarrollo y del crecimiento, el autor nos recalca como son conceptos estructuralmente diferentes: siendo del primero intangible y el segundo material; aunque no sean totalmente independientes el uno del otro. Propone como hipótesis que esta relación no sería ni lineal ni jerárquica, en cambio propone una relación matemáticamente compleja o una doble sionidal enlazada, como el ADN. También comenta como cree que somos víctimas de lo que él llama el “síndrome de la suma” que no es más que mantenernos en el pensamiento sistémico o a sentirnos más cómodos con la entropía que con la sinergia. Sentencia como el desarrollo no necesariamente es alcanzable con la sola suma de acciones.
Posterior a esta afirmación, el autor propone algunos puntos que usualmente son mal entendidos como acciones en pro del desarrollo, pero que realmente son impedimentos para el desarrollo, como el método analítico, la linealidad, el empirismo, la disyunción cartesiana. También opina como la inmediatez de los gobiernos con su vista de que proveer los servicios básicos a una nación es generar desarrollo y también menciona como el “electoralismo” es igual un impedimento para el desarrollo con su afán de ser visibles en la población con la inauguración de obras, que notablemente tiene fines de apoyo electoral.
La evolución del concepto de desarrollo: tratando de corregir errores
El autor inicia este tema explicando como la Carta del Atlántico representaría el nacimiento de la idea de desarrollo en el campo de las políticas públicas internacionales y nacionales, en el cual el fundamento principal para la paz es que todos los hombres libres puedan disfrutar de seguridad económica y social. El autor nos expone también como el concepto de desarrollo fue asociado al crecimiento, poniendo como prueba que Sunkel y Paz dejaban clara la identidad entre crecimiento y desarrollo, mucho antes de que se diera el enfoque actual de desarrollo.
Boisier explica cómo, de acuerdo a un informe sobre Chile hecho en 1996, y de manera conceptual, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) se acerca a ser una medición de los niveles de Desarrollo Humano de las personas, aunque solo incluía tres componentes del Desarrollo Humano: calidad de vida, longevidad, y nivel de conocimiento, pero que además tenía ligado el desempeño de indicadores sociales, como la salud (medida como la esperanza de vida al nacer) y la educación (como variable la Mediana de Años de Escolaridad de personas de más de 25 años.).
Sin embargo, en 1995 Boutros Boutros-Gali publica el informe titulado An Agenda for Development, en el que se define cinco dimensiones del desarrollo, llevándolo a un plano de lo intangible en donde la inter y la multi disciplinariedad comienzan a abrirse paso. Estas dimensiones, de manera muy resumida, fueron: (1) La paz como base. El desarrollo no puede suceder fácilmente en sociedades en que los asuntos militares son el centro de la vida. (2) La economía como motor del progreso. La aceleración del crecimiento económico es una condición para la ampliación de la base de recursos y por lo tanto para la transformación económica, tecnológica y social. (3) El medio ambiente como una base sustentable. El desarrollo y medio ambiente no son conceptos separados, y uno no puede tener éxito sin la otra. (4) La justicia como pilar de la sociedad. Las personas son el principal activo de un país. Su bienestar se define el desarrollo. (5) La democracia como buen gobierno. Es necesario el diseño y aplicación de una estrategia nacional integral para el desarrollo, que aseguren la capacidad, la fiabilidad y la integridad de las instituciones centrales del Estado moderno.
A partir de este concepto de desarrollo, aparece la propuesta conocida como Desarrollo a Escala Humana, en la versión de Manfred Max-Neef, Antonio Elizalde y Martín Hopenhayn (1986), que a juicio de muchos, fue la propuesta más acertada para un verdadero desarrollo aunque se quedó en el mundo meramente académico.
Propiedades emergentes, sinapsis neuronal, energía social y sistemas territoriales complejos. Una mirada heterodoxa al desarrollo
En este punto de la escritura el lector nos plantea la siguiente pregunta: ¿y si el desarrollo no fuese alcanzable mediante la sumatoria de acciones, como se planteaba anteriormente en el peso de la noche cartesiana, sino mediante una simultaneidad que lo haga surgir, que lo haga emerger?
A lo cual responde simplemente que si así fuese habría que repensar el desarrollo a
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