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Yo Soy El Jefe


Enviado por   •  11 de Febrero de 2015  •  1.464 Palabras (6 Páginas)  •  227 Visitas

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Cómo asumir con éxito la dirección de un equipo de trabajo ya

organizado

Liderar un equipo de trabajo ya formado requiere un periodo largo de

adaptación y mucha mano izquierda. Además de diseñar un buen plan de

trabajo, el nuevo jefe tendrá que hacer frente a los conflictos personales

que puedan surgir.

En el actual mercado de trabajo la mayoría de los mandos

intermedios cambia de equipo cada dos o tres años. Esto significa que

muchas veces deben asumir la dirección de un grupo de trabajo ya

organizado, un reto difícil incluso para quienes ya tienen experiencia como

jefes.

Todo cambio de dirección, sea del nivel que sea, "necesita un largo y

continuo proceso de adaptación del líder al equipo, y viceversa, puesto

que los roles y las situaciones son totalmente dinámicas y cambiantes. Sin

duda, en el momento de ensamblaje se van a producir tensiones en el

grupo", explica Juan Antonio Fernández, consultor de recursos humanos

de Deloitte &Touche.

Por eso, los expertos recomiendan centrar los primeros esfuerzos en

empatizar con el equipo. "Si el jefe entra como un elefante en una

cacharrería tendrá en el futuro un montón de desavenencias y conflictos",

añade Fernández.

De hecho, la capacidad para manejar y tratar con el equipo y las

personas clave de la organización es lo que va a determinar el éxito del

nuevo jefe. Más, incluso, que los conocimientos técnicos de éste", apunta

Roberto Bandrés, de la empresa de selección Stepstone.

Contactar con tacto

Una de las primeras dificultades para que el ajuste se realice con

suavidad es el desconocimiento mutuo entre el nuevo líder y sus propios

colaboradores. La expectación que se produce dentro de un equipo ya

formado ante la llegada de un nuevo cargo se debe fundamentalmente a la

incertidumbre de lo que va a suceder en el futuro y el miedo a perder

prestigio o parcelas de libertad en el trabajo. No es de extrañar, por tanto,

que en los primeros días algunos sean reticentes a los cambios; pero, si

existe una buena comunicación, lo habitual es que la mayoría se muestren

dispuestos a colaborar.

"El nuevo líder debe mostrarse, sobre todo, dispuesto a escuchar a

su gente para ganarse su respecto", explica Roberto Bandrés. Aunque lo

habitual es que al hacerse cargo del equipo tenga sus propias ideas sobre

cómo organizarlo, debe pensar que en los primeros meses va a tener que

aprender más que enseñar. Sería un error que pretenda saber más que

otras personas que llevan años en la empresa. Además, sus subordinados

verán esta actitud como una muestra de reconocimiento hacia su trabajo,

más que como un síntoma de debilidad.

De profesión equilibrista

Otro aspecto que no se debe olvidar es que el cambio afecta tanto al

propio equipo como al resto de la organización. Desde el momento en que

el nuevo líder se hace cargo de su puesto se pueden producir desajustes

en la forma de organizar el trabajo entre los distintos departamentos, en

las relaciones internas de poder... Y en este sentido, las dificultades para

adaptarse pueden depender de distintos factores:

El conocimiento de la empresa. Según los expertos, las personas

que pertenecen a la empresa suelen actuar con más acierto a la hora de

dirigir un equipo ya formado que las que proceden de fuera. La razón es

que las primeras se adaptan con mayor rapidez a la nueva situación “ya

que tienen la ventaja de que ya conocen las normas, valores, cultura y

funcionamiento de la empresa”, apunta Juan Antonio Fernández. “Sin

embargo, el cambio en el seno de ciertas organizaciones puede originar

recelos, miedos o envidias que supondrán un obstáculo para el nuevo

líder, a veces más difícil de salvar que los surgidos con un jefe procedente

del exterior”, añade.

Experiencia. Antes que el conocimiento de la propia empresa, “se

valora cada vez más la experiencia en resolver situaciones similares y

manejar distintos equipos”, indica Roberto Bandrés. Así, una persona que

haya pasado por varios empleos en los que ha tenido que desempeñar

labores de dirección será más eficaz a la hora de transmitir la seguridad

necesaria para alcanzar los objetivos previstos que otra que no tenga

ninguna experiencia en dirección.

No obstante, “los jefes con experiencia deben poner especial cuidado

para no caer en el error de aplicar la receta que les ha funcionado bien con

otros equipos y recordar que cada situación es diferente", asegura

Rodrigo Barahona, de la consultora Tea Cegos.

El apoyo de los superiores. Otro factor fundamental para no

fracasar en la nueva tarea es el apoyo de los superiores. "Si éstos no

respaldan las decisiones del nuevo líder y no asumen los cambios

necesarios para lograr los objetivos, es seguro que el nuevo jefe fracasará

en su misión. Éste debe ser capaz de convencer a sus superiores de que

es la persona más indicada para resolver sus problemas”, apunta Felipe

Uría, director de la consultora Arco Creade.

Misión. Por último, los motivos por los que se haya producido el

nombramiento van a condicionar las

...

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