You Make My Dreams Come True
Enviado por AnyRaquelBlanco • 16 de Septiembre de 2013 • 707 Palabras (3 Páginas) • 373 Visitas
UNA CLAVE DE LA NATURALEZA DEL HOMBRE: EL SIMBOLO.
La capacidad de crear símbolos ha permitido que nos adaptemos a nuestro ambiente y ha marcado una diferencia importantísima entre el mundo material, separándonos de las reacciones meramente orgánicas.
Para Cassirer el hombre ya no puede vivir de cara a su realidad, necesita de símbolos que le arropen y le den fuerza para enfrentarse a su compleja y problemática existencia. Al haber sido apartado del mundo sensible el hombre creó un sistema (quizás a manera de mecanismo de defensa) para enfrentarse a un mundo ante el que se percibe como algo más que un mero organismo, una criatura que puede cambiar la existencia entera y que es consciente de ello.
Conforme avanza en sus hipótesis, el autor da un salto cualitativo al definir al hombre y lo hace con dos sencillas palabras: animal simbólico.
Según nuestro autor, todo el proceso de la cultura se encuentra cimentado en el pensamiento simbólico de que esta provisto el hombre, por ello es enfático al diferenciar que es un símbolo y que no lo es; concibe a los símbolos como “designadores” de sentido. Con lo que se abre un universo de posibilidades para el simbolismo, llegando incluso a darle sentido a la desafiante psique humana.
Es por ello que sin el simbolismo, advierte Cassirer, el hombre se vería confinado meramente a necesidades biológicas y a intereses meramente pragmáticos, pues el mundo ideal de la religión, las artes, la filosofía y las ciencias se han abierto ante nuestros ojos por la capacidad simbólica que hemos desarrollado.
El simbolismo humano posee cualidades tan interesantes como; la universalidad, donde cada cosa tendrá un único nombre; al mismo tiempo los símbolos son extensamente variables, ya que el símbolo no está limitado a las barreras idiomáticas y los que llegan a estar circunscritos a un idioma pueden ser expresados con una gran infinidad de términos.
Cassirer advierte que podemos decir que el hecho humano del “tiempo” y el “espacio” trascurren en niveles diferentes; un nivel organístico y uno de naturaleza simbólica. El autor parafrasea a Kant para señalar que el tiempo es una vivencia interna del ser humano mientras que el espacio es nuestra experiencia externa del mundo que nos rodea.
Entonces podemos captar que el simbolismo se desenvuelve en el tiempo pensado como; pasado, presente y futuro. Es precisamente nuestra capacidad simbólica la que nos arrastra en ese mundo de imágenes de añoranza, nostalgia y melancolía por lo que fue o será.
El tiempo y el espacio simbolizados son sin duda lo que ha permitido la existencia, avance y permanencia de las culturas, pues solamente buscando dejar huella en el tiempo (a través de nuestro pasado o de un futuro indeterminado) y en el espacio es como podemos entender la creación, casi innata,
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