Ética del estudiante de medicina

Elaborado por Jesús Hernández Gordillo, estudiante de la licenciatura en Médico Cirujano en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, alumno del 3er ciclo, grupo A de la asignatura Bioética impartida por el Dr. Eduardo del Carmen López López, en el ciclo largo agosto 2016-enero 2017.

EL ESTUDIANTE DE MEDICINA.

La ética es fundamental en el ejercicio de la medicina, por ello desde culturas arcaicas se ha buscado tener una buena imagen del médico. Ya que éste era considerado una persona especial, privilegiada con el don de la curación, por eso quien quería aprender medicina debía ser una persona joven, respetuosa, con un lenguaje adecuado, vestir con decoro, en general, tener un aspecto de pulcritud.

Ante cualquier circunstancia se debía procurar hacer el bien por encima de todas las cosas, sin ver a quien (primum non nocere), y si no se tenía el conocimiento para tratar cierto padecimiento era mejor no hacer nada, con el fin de no ocasionar mayor daño al paciente. No se estaba facultado para aplicar medicamentos experimentales; para prescribir un fármaco se debía tener la plena seguridad de sus componentes, así como de sus posibles efectos adversos.

Además, debía ser una persona alejada de la ambición por las riquezas, que junto a la avaricia corrompen los principios médicos en busca del bienestar personal alejándolo de esa pasión por la medicina con la que dio inicio a su formación; incorruptible, tener bien claros sus principios éticos, no hacer el mal a cambio de dinero o emitir diagnósticos erróneos a petición del paciente o del familiar de éste; no abusar de sus pacientes a la hora de recibir sus honorarios, siendo muy analítico y asertivo;  así como también debía evitar recibir pagos con servicios sexuales. Con esta breve descripción se puede tener un claro panorama de la buena imagen de un médico.

“El médico debe trabajar duro, por lo que no puede serlo quien se emborracha o se entrega a los placeres del sexo y la comida”; esta frase puede parecer muy simple, pero si es analizada correctamente tiene gran profundidad, una persona que se emborracha no es ética, porque no busca el preservar uno de los valores primordiales que es la vida, además no se encuentra con la lucidez mental requerida para su aprendizaje y el correcto ejercicio de su profesión; de la misma manera que quien abusa del sexo es distraído por  éste, y si vive una sexualidad irresponsable carece del valor de la salud, por lo tanto deja de ser ético. Al igual que el abuso de la comida atenta contra la salud e incluso la vida, hay un dicho popular que menciona eficazmente la intención de la comida: “no se vive para comer, se come para vivir”.

En la actualidad esta buena imagen propuesta por nuestros antecesores se ha ido difuminando, no quiero generalizar, pero esto se debe a personas irresponsables, débiles de espíritu y pobres en principios con comportamientos no éticos que se dejan influenciar por los estereotipos que les venden los medios masivos de comunicación (v.g. las redes sociales).

Para mí es exasperante ver a estudiantes de medicina fumando cigarrillos, incluso dentro de la facultad misma. Hay quienes tienen el atrevimiento de ir a los antros u otros centros de vicios con el uniforme de médico, esto es muy enfadosos y denigrantes para la profesión, lo que causa que la sociedad generalice estas conductas incluyendo a quienes sí viven la ética; además de esto, también se puede observar en los baños y mesas de la facultad algunos rayones grotescos, muestra de la falta de educación en quienes lo hacen. Puede que sea justificable en personas con una mala calidad de vida y deficiente educación, pero en estudiantes de medicina es totalmente inaceptable, ya que estos debieran tener una vida ética y estar libres de desórdenes en su conducta.

Estos actos desprestigian la noble y respetable profesión que es la medicina. Quienes son estudiantes de la salud y tienen estos comportamientos se escudan en que quienes establecieron la forma ética del comportamiento médico vivían en otro contexto, sin las tecnologías actuales y que por lo tanto ya es pasado, dicen que la ética conforme ha pasado el tiempo ha cambiado; que vivimos en pleno siglo XXI y todo es válido, que son de “mente abierta”, y que a estas alturas los vicios deberían considerarse algo normal en la juventud, y quienes contradicen sus actos son etiquetados de retrogradas, con “mente cerrada”, “fuera de onda”, etc.  Es absurdo pensar que una persona que se embriaga o con hábitos desordenados pueda expresar una buena imagen, y quizá sí pueda estudiar medicina, llevar buenas notas, pero no basta con eso, para ser médico, se necesita de mucha disciplina, responsabilidad, pasión y en especial ÉTICA.

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