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Relaciones Afectivas


Enviado por   •  1 de Septiembre de 2013  •  432 Palabras (2 Páginas)  •  543 Visitas

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Relaciones afectivas

Amistades

Las personas cuando llegan a la adolescencia pasan más tiempo con sus amigos que con su familia. Casi que el lugar llega a convertirse, poco más que un lugar donde come y duerme.

El soporte social de los adolescentes son sus mismos compañeros ya amigos que según ellos “los únicos que los entienden”. En este periodo el joven se relaciona con muchas personas de todas las edades y clases sociales pero también empieza a diferenciar sus verdaderas amistades, considerando importantes y parte de su vida.

Durante las primeras fases de la adolescencia las amistades se caracterizan por ser exclusivas, apasionadas y casi de tipo amoroso.

Los amigos influyen en aspectos como la moda, las actividades en que se participan, el lenguaje, la conducta, pero lo más importante es la aceptación.

En ‘Juan Darién’, los hombres están representados mucho más feroces que los animales salvajes. Tal vez por eso surgen ideas como "la humanidad no es siempre tan superior como se cree" o "la naturaleza siempre se venga." La idea de que el tratamiento de Juan Darién simboliza racismo e intolerancia está sostenida por el hecho de que, a lo largo de la conquista de América, se titulaba a los indios y los negros 'bestias', 'ferias' etc. En cuanto a esto, hay también que considerar el año en el cual está escrito el cuento (1920).

Juan Darién (Resumen)

Aquí se cuenta la historia de un tigre que se crió y educó entre los hombres, y que se llamaba Juan Darién. Asistió cuatro años a la escuela vestido de pantalón y camisas, y dio sus lecciones corrientemente, aunque era un tigre de las selvas; pero esto se debe a que su figura era de hombre, conforme se narra en las siguientes líneas:

Una vez, a principios de otoño, la viruela visitó un pueblo de un país lejano y mató a muchas personas. Los hermanos perdieron a sus hermanitas, y las criaturas que comenzaban a caminar quedaron sin padre ni madre. Las madres perdieron a su vez a sus hijos, y una pobre mujer joven y viuda llevó ella misma a enterrar a su hijito, lo único que tenía en este mundo. Cuando volvió a su casa, se quedó sentada pensando en su chiquito. Y murmuraba:

-Dios debía haber tenido mas compasión de mí, y me ha llevado a mi hijo. En el cielo podrá haber ángeles, pero mi hijo no los conoce. Y a quien él conoce bien es a mí. ¡Pobre hijo mío!

Y miraba a lo lejos, pues estaba sentada en el fondo de su casa, frente a un portoncito por donde se veía la selva.

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