Inframundo

Un libro de Rafael Loret de mola. Nos habla de siete infiernos de México: el infierno de los mayas hasta el infierno de los aztecas, pasando por los empresarios, los políticos y el narcotráfico. Es una historia del México contemporáneo analítica e indispensable para el futuro inmediato, recomendable. Abrevando en las huellas ancestrales de los pueblos hispánicos, descubrimos la resistencia de los infiernos que han conducido, desde las entrañas de la tierra, la vida de una nación rebosante de contradicciones, rica en recursos y pobre en políticos; atada al pasado y a la vez visionaria. En siete capítulos se plantean cuáles son los siete infiernos de México, desde el presidencialismo que habita la gran casa, “Xibalbá” para los mayas-, hasta los Halach Winkinil, es decir los futuros gobernantes, que enfrenarán desafíos sin presentes porque los ríos de sangre han rebasado al averno como si fueran el anuncio de los antiguos Apocalipsis. Sólo el vigor de los mexicanos, su resistencia excepcional –mayor a la de cualquier otro pueblo- y su propósito de rectificar la senda andada y torcida, podrán rescatarnos de tantos personajes, descritos uno a uno, dispuestos a servir a los señores del inframundo.

Nuestro país, desde tiempos inmemorables ha sido víctima de acontecimientos sociales, religiosos, económicos y políticos que día con día debilitan su integridad. Hemos estado inmersos en una realidad latente de injusticias, falta de nacionalismo y conformismo que, hasta el día de hoy parece no crear en nosotros la necesidad de accionar en favor de un cambio profundo para México . Es por ello que podemos decir que vivimos en el inframundo, sabiendo tal vez inconscientemente cuales son las causas de los males que afronta el país, pero que sin embargo seguimos haciendo caso omiso de estas, repitiendo una y otra vez errores del pasado que hacen incierto nuestro futuro.

Uno de los mayores males para el país es sin duda el presidencialismo que ha dominado, nos hemos dado cuenta que si bien es preciso que alguien dirija nuestra nación, el poder que se otorga es mal utilizado incluso capaz de corromper a cualquier individuo .Los ejemplos de este fenómeno sobran, solo basta observar las trayectorias de quienes han desfilado por la residencia de Los Pinos, buscando un beneficio individual, jamás colectivo que refleja la falta de amor y lealtad al país. Tal vez esto es lo que hace que el presidencialismo no funcione, la ausencia de compromiso y anhelo de progreso general, ascendiendo en riqueza y poder a costa de los demás. Sin embargo también llama la atención la forma en que se desarrollaron estos dirigentes desde su niñez, pues parece que su educación está especialmente formulada para algún día ascender a la presidencia.

Está claro que la influencia de poder en nuestro país no solo proviene del presidente, específicamente es curioso el poder que ahora tiene Elba Esther Gordillo quien en un principio se antepuso al presidencialismo, ahora es un ejemplo de los efectos del poder en las personas, desde su labor como dirigente del magisterio, su apoyo a diferentes partidos políticos, incluso tuvo que ver con la creación del partido nueva alianza. Su corrupción se refleja en los recursos desviados para su beneficio y su larga permanencia en el SNTE.

Es así como muchos mandatarios se aprovechan de la gran influencia que poseen sobre personas e instituciones para perseguir sus intereses, lo realmente preocupante es que nosotros como sociedad no estamos haciendo algo al respecto, por el contrario parece ser que fomentamos nuevos males sociales como es el caso del narcotráfico.

En realidad el reciente efecto llamado “boom del narcotráfico” no es un fenómeno nuevo, es más bien el repentino crecimiento de las mafias ya existentes en el país que en muchas ocasiones son las que “hacen las tareas sucias” del gobierno.

El narcotráfico no se limita al territorio nacional, está íntimamente ligado con Estados Unidos, país que utiliza a México como vía de transporte narcótico. Sin embargo nuestra nación está siendo manipulada por este país primer mundista más de lo que imaginamos, la relación bilateral existente va desde el aspecto económico, que genera nuestra dependencia ante su inversión y despierta nuestra ambición, por ende caemos en el consumismo y demás consecuencias de la globalización ,lo que conlleva prejuicios sociales y fuertes desigualdades que hasta ahora hemos sido incapaces de controlar debido a que tristemente vivimos atrapados en una ignorancia que le conviene solo a países como Estados Unidos.

Es aún más impactante que la corrupción y fidelidad a las órdenes de nuestro país vecino haya llegado hasta el ejército mexicano, que lejos de cumplir con su deber de vigilar el bienestar de México sirve lealmente al narcotráfico.

Supuestamente el gobierno del presidente Felipe Calderón haría hincapié en la lucha contra el narcotráfico, desmantelando carteles y persiguiendo a los líderes de estos como el recientemente capturado Joaquín “el chapo” Guzmán, sin embargo la excesiva publicidad hacia estas medidas solo provocan una extrema violencia entre las mafias, así como nuevas estrategias de las mismas como el llamado “cartel del paraíso” formado por delincuentes presuntamente muertos que evitan así su captura. Esto perjudica a la sociedad infundiendo temor e inevitablemente ganando su respeto,

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