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Caso La Lucha


Enviado por   •  18 de Enero de 2012  •  1.101 Palabras (5 Páginas)  •  1.361 Visitas

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CASO: LA LUCHA

César Taboada esperó casi 50 años para tener un restaurante que vendiera sánguches criollos. A los 60 años –luego de trabajar en compañías industriales, ejercer como contador y fundar dos empresas– creó con el apoyo de un socio La Lucha. Dice que el nombre es un homenaje a la gente trabajadora, que lucha todos los días por hacer sus sueños. Quizá también sea un homenaje a su esfuerzo.

¿Cómo notó que los sánguches criollos, de chicharrón y pavo, podían venderse al estilo fast food?

Desde joven supe que podía funcionar. Mientras estaba en la universidad, yo vendía pan con chicharrón en la puerta de la casa en que vivía (en el jirón Caracas de Jesús María). Una vecina me ayudaba a prepararlos. Era algo rudimentario. Ponía una bandeja, cubierta por una caja de vidrio que yo mismo había hecho y la gente se acercaba. No había sillas, la gente iba comiendo mientras caminaba. De alguna forma, La Lucha tiene ese mismo formato.

¿Vendía para solventar sus gastos o porque quería hacer negocios?

Siempre me gustó la actividad comercial. Creo que el modelo de mi padre, que tenía campos de cultivo de algodón en Piura influyó. Incluso cuando estaba en el colegio, yo daba en alquiler las historietas que tenía, de Superman y el Pato Donald, por ejemplo. Pero cuando llegué a Lima decidí estudiar Ingeniería Mecánica en la UNI. Como mucha gente, pensé que debía tener un título para poder vivir. Pero nunca acabé esa carrera. La dejé en el octavo o noveno ciclo.

¿Le ganó el entusiasmo por tener una empresa?

En realidad, el bichito siempre estuvo adentro. Sabía que quería tener un restaurante de sánguches desde niño, pero no lo tomaba en serio. Más bien dejé la carrera porque el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado cerró la universidad. Entonces, me fui de viaje por el sur del país. Era joven y quería conocer muchas cosas. Luego, a mediados de la década del 70, conseguí un trabajo en el Senati. Ya había nacido mi primer hijo.

¿Si usted tenía la idea de abrir una sanguchería siempre, por qué recién lo hizo hace poco menos de tres años, ya con 60 años de edad?

Es que hice muchas cosas en la vida. Una cosa me fue llevando a la otra, pero nunca dejaba la idea de la sanguchería. Sabía que la iba a tener, pero luego de trabajar en el Senati, me fui a la fábrica de plásticos Basa. Pasé de ganar S/.300 a S/.1.500. Ya tenía dos hijos. En paralelo estudié Contabilidad en la Universidad Católica. Pero no es todo lo que hice. He trabajado en el Ministerio de Economía y Finanzas, abrí mi propio estudio contable y fundé dos empresas: Graficat Service, que hacía máquinas de impresión; y Ceta Industrias, que producía materiales industriales de metal.

¿Si ya era capaz de formar una empresa y tenía capital, qué le impedía abrir su restaurante?

No conseguía la ubicación indicada. Yo sabía que quería abrir mi local en Miraflores, en esta zona (inmediaciones del Parque Kennedy). Recién una noche, en el 2008, cuando pasaba por el pasaje Champagnat, vi que una tienda estaba quedando libre. Pregunté si me la querían traspasar, pero me dijeron que no. Y me contactaron con el propietario. El dueño del local que estaba al costado era mi amigo. A él le comenté que quería abrir una sanguchería acá y me dijo que

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