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LÉASE EN CASO DE BULLYNG


Enviado por   •  20 de Octubre de 2013  •  3.534 Palabras (15 Páginas)  •  284 Visitas

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Si te preguntara quien es Jake Lloyd y te diera tan solo 5 segundos para que me contestaras probablemente tal vez no lo podrías hacer en tan poco tiempo, pero si le hago esta pregunta a un gran fan de las películas de ciencia ficción inmediatamente me diría que Jake Lloyd fue el niño actor que interpretó a Anakin Skywalker en el primer episodio de Star Wars: "La Amenaza Fantasma"

En lo personal creo que fue una gran actuación la que realizó y como muchos pensé que su futuro en Hollywood era muy prometedor, pero tristemente no fue así, cuando leas el siguiente artículo que salió en un periódico sabrás porqué…

Jake Lloyd (de 23 años), el actor estadounidense que personificó al pequeño Anakin Skywalker en "La Amenaza Fantasma" (1999), aseguró que sus compañeros del colegio le tenían celos y llegaron a hacer de su vida "un infierno".

"Cada vez que me veían, empezaban a hacer el ruido del «sable laser». Eso me estaba volviendo loco. Toda mi vida escolar fue vivir en el infierno y tenía que dar sesenta entrevistas al día", aseguró Jake Lloyd.

Y es más: el actor, que ahora vive en Chicago, rompió todos los recuerdos de su actuación, aunque acepta participar en ferias de cómics y eventos afines de vez en cuando, también confesó que "aprendió a odiar" a las cámaras que lo enfocan, ya que quedó saturado de ser el centro de la atención.

Imagino lo que deben haber sentido los padres de Jake Lloyd al ver la carrera artística de su hijo hundiéndose en el fondo del mar por culpa de las burlas de unos “mocosos” en la escuela y sin poder hacer nada al respecto.

Yo soy papá de dos preciosos bebes y como todo padre podría hablar por horas acerca de ellos, hablar de lo maravillosos que son, de sus cualidades, de las cosas que harán y de los lugares a donde sueño que llegarán, pero si soy honesto, a veces me preocupo, porque sé que no voy a poder estar con ellos en todo lugar y en toda su vida para ayudarlos y sobre todo para asegurarme de que lleguen a ser lo que tanto anhelo que sean, y eso fue exactamente lo que le preocupó a mi mamá también.

¿MALO PARA LAS MATEMÁTICAS?

Honestamente por años me pregunté si las matemáticas se “untaban” o se “fumaban”, jamás pude con ellas, hasta que algunos años después cuando tuve la oportunidad de continuar mis estudios, para mi sorpresa, saqué “puritito” 10 y uno que otro 9 en dicha materia.

Me di cuenta que en verdad se me facilitaban mucho y (porque no decirlo) hasta me gustaban, era el primero en terminar los exámenes y tuve un alto promedio.

Cuando estaba en la primaria recuerdo que yo disfrutaba mucho las matemáticas, yo era el que más participaba en clase y el que terminaba más rápido los problemas que nos daban los maestros, cuando llegaba a casa le contaba con mucha alegría esto a mi mamá y supongo que ella podía ver en mi a un “ingeniero” en potencia o algo así.

Recuerdo que ella me llevó a unas clases particulares donde me enseñaron matemáticas con un método muy innovador el cual me sirvió bastante, mi mamá invirtió mucho dinero y tiempo en mi para que lograra llegar lejos, pero como en casi todas las historias… siempre hay un pero.

Cuando entré a la secundaria el panorama de nuevo era muy prometedor para mi, en matemáticas volvía a ser el que más participaba en clase y el que terminaba más rápido los problemas, era evidente que la ayuda que recibí con los cursos que me pagó mi mamá me habían servido mucho y no solo comencé a obtener buenas calificaciones sino también la atención y la aprobación de todos mis maestros, además de la envidia de “algunas” personas en el salón de clases.

CON TAN SOLO UNA “PALABRA”

Lo recuerdo como si hubiera sido ayer, estaba en la tres veces honorable ESCUELA SECUNDARIA TÉCNICA NO. 13 MANUEL HEYSER JIMENEZ en la Ciudad de México en 1987, sentado en mi clase de matemáticas en el primer año, aún recuerdo el nombre completo de mi “compañero” que se sentaba detrás de mi y que por motivos de confidencialidad llamaré “Juan Pérez”.

Cuando el maestro de matemáticas hacía una pregunta yo levantaba la mano para contestarla mientras mencionaba el típico “¡¡yo maestro, yo!!”, hasta donde me acuerdo yo sabía todas las respuestas y no podía evitar contrastar con la falta de las mismas de mi “compañerito” sentado detrás de mi.

Cuando “Juan Pérez” se dio cuenta que le contestaba todo al maestro, se limitó a hacer algo muy sencillo pero que casi me destruyó, cuando yo levantaba la mano y decía “¡¡yo maestro, yo!!” el pasaba la voz a los compañeros que nos rodeaban para que se fijaran en lo que iba a hacer, entonces solo se acercaba y gritaba a mi oído: ¡cállate!

Esto por lógica me asustaba mucho porque no me esperaba eso, estaba poniendo toda mi atención en las indicaciones del maestro como para estar prevenido de lo que pasaba a mi alrededor y si le sumamos la burla de los que veían mi reacción y sobre todo que cuando llegaba a casa estaba solo porque mi mamá trabajaba todo el día, esta “broma” se convirtió en una asesina de mis sueños y de los de mi mamá también.

Como muchos jóvenes a esa edad, yo anhelaba ser aceptado y al ver que todos se burlaban de mi dejé de levantar la mano para responderle al maestro y también dejé de poner atención en las clases, mi promedio durante toda la secundaria fue de 7 y me deformé de tal manera que no logré seguir adelante en mis estudios cuando salí, esto continuó hasta que Dios llegó a mi vida años después y me salvó en todos los sentidos.

Dios salvó mis sueños, y ahora soy lo que mi mamá soñó en vida que sería, pienso que Dios también salvó los sueños de ella.

DEJENME ENTRAAAAAR!!!

Hoy la tecnología ha

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