24 De Marzo: Hora De Animarnos A Hablar
Enviado por Guille1322 • 5 de Mayo de 2013 • 1.462 Palabras (6 Páginas) • 630 Visitas
24 de marzo: Hora de animarnos a hablar
El 24 de marzo, durante muchos años, fue un tema autocensurado por los argentinos o buena parte de ellos, por temor, intereses y algunas complicidades. Significo un pacto de silencio entre sectores siniestros de nuestro país simbolizado en las leyes de obediencia debida y punto final y, más tarde, en el bochornoso período del menemato, la ley de indulto, que mantuvieron al margen de los temas centrales la discusión y la justicia sobre la última dictadura cívico-militar instalada en la Argentina.
Durante todos estos años se resolvió no hablar del tema. La pregunta que cabe hacerse es ¿Por qué? ¿Qué se esconde detrás de esta abstención? ¿Qué hay de malo debatir, sobre todo con las nuevas generaciones, sobre lo que ocurrió hace 35 años en nuestro país? ¿Será que sólo es temor o existe algún otro factor que se intenta opacar? Son preguntas que valdría hacérselas cada tanto.
Lo cierto es que, este silencio, favoreció a una sola versión del hecho histórico. En historia, generalmente, cuando se estudia se sugiere consultar todas las partes, pero, en esta oportunidad ¿Por qué, todavía, existe una fuerte resistencia a escuchar la otra versión de la historia? La decisión soberbia y altanera de no hablar del 24 de marzo llevo a que triunfará la versión impuesta por los militares, a través de diversos mecanismos de manipulación como son los libros escolares y medios de comunicación a fines. Lograron masificar en el pueblo argentino una idea de Patria, de país, de lucha que automáticamente otros pagaron, y de alguna manera siguen pagando, con su sangre y con su desempleo.
El gobierno de Néstor Kirchner, por medio de una clara y profunda política de Derechos Humanos y la sanción, por ley, del feriado del 24 de marzo, introdujo el debate en la sociedad Argentina. Un debate que años atrás quemaba y nadie se animaba a impulsarlo. Hoy, lentamente, los argentinos comienzan a animarse a hablar del tema. A desatar los hilos que obstruían y acallaban a la historia.
Lo primero que se debe hacer al iniciar un debate de este tipo es liberarse de todo prejuicio y miedo. Ya no hay por qué tener miedo. Debemos recuperar la discusión y la libre opinión sin sentirnos presionados e influenciados por, preconceptos, que, es necesario, ponerlos en tela de juicio. Todo, absolutamente todo, hay que poner en la balanza.
En este último tiempo se estuvo hablando, con mayor intensidad, de la militancia juvenil de los 70. En este punto no se trata de pelearse o manipular la historia para tener la razón. Se trata de ser justos. Mucho se ha escrito sobre el accionar de las organizaciones político-militares refiriéndose sólo a una parte, es decir, la parte más trágica de aquellos años; la muerte. Espectaculares titulares en los diarios de aquellos años avivaban el fuego de que la lucha contra la “subversión” era, prácticamente, una guerra santa donde estaba en juego la “patria”. Todo esto socavo hondamente en la sociedad Argentina. Cuantos conceptos, manipulados inteligentemente, fueron a parar en la boca de los ciudadanos como “extremistas” “comunistas” “subversivos” “terroristas” que hasta el día de hoy persisten y que apuntaban a predirigir la opinión pública y, una prueba inobjetable de esto, porque quedo al descubierto cómo los medios repetían lo que le decía el gobierno militar, fue la guerra por las Islas Malvinas. Ahora bien, sólo una última pregunta en relación a los medios informativos ¿Cómo puede tener seriedad y veracidad las noticias que se publicaban durante un gobierno dictatorial que nada se les escapaba y que controlaba todos los medios de expresión y comunicación de la sociedad?
Volviendo al tema de las organizaciones político-militares y su rol en la historia, el diario Le monde diplomatique público una investigación realizada por el sociólogo Juan Carlos Marín, donde sostenía que de un total de 5.547 operaciones guerrilleras realizadas entre mayo de 1.973 y marzo de 1.976, el 81,8% no produjo baja alguna, mientras que de 2.945 operaciones “antisubversivas”, el 71,9% sí lo hizo. No se trata de justificar la muerte, sino, vuelvo a lo mismo, de ser justos y analizar la situación en su totalidad y no sólo una parte. El silencio de estos años contribuyó, entre otras cosas, a la estigmatización de los jóvenes militante de los 70 en “crueles personajes destinados a matar y perturbar la mente del pueblo”. En la simpleza de este calificativo e intencionado discurso, se oculta, bajo la alfombra, gran parte de la historia Argentina y ni siquiera se menciona sobre los objetivos que perseguían dichos
...