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ADMINISTRACIÓN DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2017  •  Ensayo  •  1.877 Palabras (8 Páginas)  •  267 Visitas

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ENSAYO: ADMINISTRACIÓN DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS

Víctor Hugo Flores Gamboa

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INTRODUCCIÓN.

Hablar de educación en tiempos actuales, es un tema de relevancia por la sociedad y quienes formamos parte formal y sistemática en este proceso social. Desde distintas perspectivas vertemos opiniones que causalmente se encuentran las mismas ideas con distintas palabras que nos conducen al análisis de la calidad. Para los que estamos familiarizados de alguna manera en el ámbito educativo, sabemos (al menos lo básico) los mecanismos que se manejan en esta empresa pública que para lo sociedad en general desconoce (por decirlo así) la forma operativa de este servicio público pero sabe que si puede incidir y participar desde dentro o fuera de esta como sociedad (a su vez el estado) y exija respuestas de atención a las necesidades e intereses de las nuevas generaciones; así como la empresa educativa exhorta a la sociedad y al estado mayor participación para cumplir con su cometido, es decir la reciprocidad. La era moderna con sus avances en ciencia y tecnología ha trasformado a la sociedad, pasar de ser simple receptor, a ser una sociedad del conocimiento y de la información, por ende la educación se ha convertido en una prioridad social, económico y cultural. El avance de ciencia y tecnología trae bonanzas pero también incrementa desigualdades, el papel de la educación juega un significado mayúsculo en la sociedad actual. Por lo tanto, la educación sistémica, conduce a la forma de dimensionar su administración, conocer los protagonistas que en ella intervienen, el rol que desempeñan así como la forma de organizar y conducir el espacio que le corresponde en la vida escolar, centrándose más quien dirige esta empresa local llamada escuela, el liderazgo directivo.

ADMINISTRACIÓN DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS

La vida escolar cobra verdadero significado en las aulas, es aquí donde yace toda la teoría de la política educativa, donde aterrizan los proyectos de la visión de cada gobierno en turno en materia educativa, así como de los compromisos que se adquieren en congresos internacionales en aras de propagar una mejor educación de calidad. Para ello es indispensable conocer la estructura que presenta técnicamente el sistema educativo nacional para ir de lo general a lo particular, sin embargo nos centraremos en lo más tangible y evidentemente social que es en el plantel escolar, permitiendo ir entrando en materia sobre el análisis de este aparato educativo, su organización sistémica para el control y realización de acciones de los agentes que se involucran y conviven en el contexto escolar (directivo, docentes, alumnos y padres de familia). El cómo, qué, cuándo, quién (es), dónde, porqué y para qué, son directrices que comparten los protagonistas en la vida escolar en las distintas dimensiones curriculares del proyecto educativo.

Al respecto Pozner (POZNER, 1994) define a la gestión escolar como conjunto de acciones, articuladas entre sí, que emprende el equipo directivo en una escuela para promover y posibilitar la consecución de la intencionalidad pedagógica en y con la comunidad educativa.

La delegación de funciones (roles) en la institución son formas de coordinar los esfuerzos por llevar acabo el buen desempeño primordial que es el pedagógico sin restar importancia a los demás ámbitos o dimensiones, pero es el más trastocado de la escuela pues aquí se refleja la aceptación o en casos el repudio social.

La administración y gestión escolar ha sido un tema que desde sus orígenes conceptuales en el ámbito empresarial la han adoptado las instituciones pública y la educativa no es la excepción, con la finalidad de organizar las prácticas y pautas de trabajo y del papel de los profesores que en ella laboran en el proceso productivo, así como atender lo que la sociedad espera de ella considera la necesidad de repartir atribuciones centrales a las entidades escolares en cuestiones financieras, administrativas, normativas, directivas y pedagógicas, provisionando así (ELIZONDO, 2001):

 Gran finalidad en la obtención y empleo de los recursos.

 Habilidad para generar y distribuir recursos según las necesidades.

 Aumento de la capacidad creativa, de innovación y de experimentación.

 Aumento de la autonomía en la toma de decisiones.

 Disminución del control burocrático.

 Mayor participación e involucramiento de toda la comunidad educativa.

Ante las constantes transformaciones sociales y el avance de la ciencia y de la tecnología, el ámbito educativo presenta retos sustanciales que obliga a retomar su objetivo conferido socialmente, estableciéndose un modelo emergente basado en 2 ejes operativos, la organización escolar y la caracterización de los sujetos que coordina y toman decisiones en los procesos educativos: los directivos. Compartiendo con el modelo burocrático tres principios, calidad, competencia y excelencia, bajo las premisas de impulsar una participación democrática, otorga autonomía para el logro de propósitos y objetivos educativos, se ejerza el liderazgo compartido, el establecimiento de organización escolar así como la planeación y su respetiva evaluación bajo la implementación de un proyecto escolar como elemento operativo de la escuela.

La escuela como entidad administrativa y de gestión, requiere de una organización bajo la consigna de alcanzar sus propósitos y objetivos en base a la misión que se traza en un lapso estipulado que permitirá trascender desde su contexto inmediato al metacontexto.

Una organización que aprende es aquella en la que su gente, a todos los niveles, individual y colectivamente, está continuamente incrementando su capacidad para producir resultados sobre lo que realmente le preocupa.

Desde tiempos en que la educación paso a manos del estado, esta fue modificando su estilo instructivo a deductivo y ahora al constructivo, objeto de acumulación de teorías y corrientes educativas distintas y concepciones muy propias pero que en común han buscado consolidar y unificar en dos concepciones, enseñar y aprender. Sin lugar a duda, la escuela es el espacio propicio en la que convergen infinidad de elementos del metacontexto que si bien este ha sido parte de su creación, también es de reconocerse que ha estado en rezagos que arrastra desde antaño por políticas educativas que descuidaron varios aspectos y se centraron en la idea de reproducir replicas ideológicas tal vez para perpetuarse en el poder. Quizá desde esta perspectiva se tenía la idea que la escuela no produce (desde una perspectiva social, económica y cultural), es decir solo ofrece un servicio público consagrado en la carta magna y que la sociedad tiene derecho a recibir, tal concepción traía consigo el desprendimiento de la escuela con la sociedad y viceversa e inclusive del estado ya que no era prioridad en proyectos nacionales por consiguiente mermaron la condición del papel de la escuela. A medida de los cambios sociales a nivel mundial, la educación es vista desde otro enfoque que como bien dice Schlemenson (SHLEMENSON, 1996), la conjunción del doble aspecto (pedagógico y gerencial económico) parece ser parte de un sinceramiento básico entre los sectores que interactúan en el ámbito de la escuela; que permite, liberar el proceso de crecimiento y desarrollo que dan identidad y sentido propio a la organización de las escuelas. Dentro de este nuevo paradigma que se le atribuye a la escuela, denota el rol protagónico del liderazgo directivo que responde a una complejidad en constante integración y perfeccionamiento basado en un modelo empresarial que se le asume  a la escuela.

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