ANALISÍS DE LOS CAMBIOS SOCIALES
Enviado por 5hregui • 13 de Octubre de 2016 • Ensayo • 981 Palabras (4 Páginas) • 288 Visitas
ANALISÍS DE LOS CAMBIOS SOCIALES
Los fenómenos sociales y culturales no son nunca completamente estáticos. El cambio en toda sociedad y cultura es inherente a su misma naturaleza.
El individuo como núcleo central de una sociedad es sujeto de los cambios de la naturaleza hasta llegar a un punto en que una determinada sociedad desaparece para ser remplazada por otro producto de un cambio.
“El cambio se define brevemente como una variación de un estado o modo precedente de existencia. Siempre hay alfo que está sujeto a variación y el objeto así cambiado representa una reforma y combinación de modos anteriores de existir”. Es decir los promotores que contribuyen a los cambios en una sociedad son los grupos o instituciones básicas (familiar, educativo, económico, político, religioso y recreativo) estos grupos representan un eslabón importante en los cambios sociales.
Después de la independencia de nuestro país vinieron cambios que el pueblo solicitaba a gritos, una identidad propia que se nos negaba con el dominio español que prevalecía, la esclavitud y el racismo. El motor que impulsó el cambio social y político estaba constituido por una fuerte dosis de ideología con sentido nacional, en el que se buscaba el Bien colectivo y la democracia.
Desde hace décadas en México han habido importantes cambios sociales, que han sido producto de factores culturales, ideológicos, demográficos y por supuesto tecnológicos.
Dentro de los factores ideológicos podemos mencionar el otorgamiento del voto a la mujer en 1953 y su más amena participación en las cuestiones políticas del país, promoviendo así la igualdad de género. Recordemos pues que desde el principio el hombre se ha considerado como motor de la sociedad, mientras que las mujeres habían sido denigradas.
Asimismo dentro de los cambios culturales sufridos tenemos que a primera vista se ve fácilmente que la transformación que está sufriendo la cultura en nuestro país está directamente relacionada con las turbulencias económicas, la aparición de nueva tecnología, la creación de nuevo conocimiento y la irrupción de paradigmas distintos que barren literalmente nuestras creencias y convicciones más arraigadas. La existencia de culturas diferentes ha existido siempre.
La marmita global alberga a todas las culturas y no sólo es que sean desiguales sino que además están en procesos de efervescencia distintos, se transforman a velocidades diferentes y cada una de ellas se halla atrapada por acechanzas que también que son muy diversas. Tiene que ver con lo que está en la base de la intransigencia, el recelo inter-étnico, la intolerancia y el desencadenamiento de la violencia. Todas esas cosas dependen fundamentalmente de la capacidad para asimilar novedad o al menos para tolerarla. Continuando con los factores demográficos tenemos que nunca antes se habían registrado cambios tan rápidos en la dinámica de la población como en el siglo XX. Según el censo del año 2000, el crecimiento de la población en México ha seguido un patrón más o menos similar al del resto del mundo. Igual que el resto del mundo, nuestro país presenta este patrón acelerado de “urbanización de la población”, resultado de las migraciones que se dan fundamentalmente de las zonas rurales hacia las urbanas y semiurbanas —si bien las migraciones al extranjero representan una cifra importante. Por lo consiguiente el futuro, los incrementos en la esperanza de vida dependerán de cómo se enfrenten las enfermedades que más inciden hoy en la mortalidad de la población, como son las llamadas enfermedades silenciosas: la diabetes y las cardiovasculares, ambas vinculadas con la obesidad. Los cambios poblacionales se han dado con tal celeridad que no ha sido posible ajustar el sistema a las necesidades de los habitantes, que en el caso del envejecimiento se centran en la atención a la salud y el bienestar. Otro de los factores que inciden en la estructura de la población es la migración. El crecimiento y disminución de la población, la migración y la urbanización tienen implicaciones sociales, económicas, políticas y ambientales. Por ello, tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados, el avance demográfico no debe entenderse solamente en términos de un inventario de cifras o de tasas de crecimiento. También debe estudiarse en función de valores y normas, con cambios que se enfoquen tanto en las necesidades como en los sistemas de bienestar social, la infraestructura educacional, el estilo de vida y los patrones de consumo.
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Esto no es nuevo. Pero ha sido relativamente llevadero hasta ahora porque los distintos ámbitos culturales se mantenían relativamente estancos los unos respecto de los otros y nunca se habían visto en un contacto tan inmediato como ahora.
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