ANTOLOGIA NARCOTRAFICO
Enviado por ELCONTA • 5 de Marzo de 2013 • 4.597 Palabras (19 Páginas) • 1.069 Visitas
Asociada en gran medida al narcotráfico, la crisis de inseguridad que vive nuestro país tiene afluentes y derivaciones internacionales que deben enfrentarse de forma multilateral. América Latina, sin embargo, luce pasmada. Urgen medidas regionales y transcontinentales que permitan mitigar el problema.
1. La magnitud del problema
El tráfico de drogas, puente indispensable para inducir oferta y satisfacer demanda de estupefacientes, ha generado la creación de corporaciones delictivas con un alcance global, cuyo negocio alcanza los cientos de miles de millones de dólares. Ello representa un creciente reto a la seguridad nacional de muchos Estados y pone en riesgo la estabilidad regional en América Latina. Todo ello también constituye un problema de salud pública, al contribuir el consumo de drogas a una mayor incidencia en enfermedades infecciosas como la hepatitis C y el virus de la inmunodeficiencia humana.
En algunos países y regiones, el valor del comercio ilícito de drogas es considerablemente superior al volumen de la economía tradicional y legítima. Los montos formidables que maneja el narcotráfico abren la puerta a todo género de actividades delictivas. Esos elevados recursos facilitan también la corrupción de instituciones públicas y privadas y el reclutamiento de ejércitos de jóvenes desempleados, atraídos por el espejismo de la riqueza fácil. A pesar de que el comercio de drogas ilícitas genera ganancias multimillonarias, la enorme mayoría de aquellos involucrados en ese tráfico obtiene ingresos muy modestos. Solo una pequeña proporción de personas vinculadas con el contrabando, distribución y venta al mayoreo crean fortunas importantes.
El narcotráfico genera la multiplicación de actividades delictivas –homicidio, secuestro, extorsión, tráfico de personas y órganos, de mujeres y niños, y variadas formas de protección ilegal. Provoca, además, violencias de distintos tipos: la violencia callejera, las guerras entre cárteles de la droga para alcanzar predominio territorial y control de las plazas y de las vías de acceso al principal mercado de consumidores, así como enfrentamientos armados con contingentes policiacos y militares.
El crimen organizado y el narcotráfico han establecido redes transnacionales para cultivar plantíos en un continente, para trasladar la droga a otro continente, y para distribuir y comercializar esa droga en una multiplicidad de jurisdicciones, en ocasiones diluyendo la calidad de la sustancia con el ánimo de obtener mayores ganancias en el mercado callejero.
Los datos de Naciones Unidas para 2010 indican que el consumo de heroína se ha estabilizado en Europa y que el uso de la cocaína en Estados Unidos ha declinado. Tradicionalmente han sido esos los mercados más lucrativos para dichas drogas. No obstante, esa situación contrasta con lo que sucede en otras áreas: un aumento significativo en el uso de cocaína en Europa y en América Latina en la última década, una expansión reciente en el uso de la heroína en África y un incremento importante en el consumo de las drogas sintéticas en múltiples mercados.
No hay un solo indicador que permita asegurar que ahora es más difícil adquirir en el mercado cualquier género de droga que antes. Y, lo que es peor, no existe evidencia alguna para concluir que los programas de erradicación de estupefacientes acarrean una reducción en la producción global.
Un fenómeno reciente es el abuso de drogas lícitas amparadas por receta médica. El consumo de estas drogas, también llamadas sicoterapéuticas, ocupa en Estados Unidos el segundo lugar, después del de la marihuana. El uso no medicinal de los analgésicos, que son opiáceos menores, así como de tranquilizantes, acusa un nivel anual aún más elevado que la cocaína en ese país. Se advierte también una tendencia que favorece el consumo de una combinación de drogas, en lugar de recurrir a una única substancia, con lo cual aumentan seriamente los riesgos a la salud.
Otro fenómeno novedoso es el recurso a internet para la venta y distribución de drogas ilícitas. En Estados Unidos existen las llamadas “farmacias internet”. En 2006, 34 farmacias internet ilegales suministraron más de 98 millones de dosis de hidrocodona, un narcótico analgésico que puede crear adicción y cuya venta requiere receta médica. En el área del cibercrimen, los narcotraficantes también recurren generosamente a los mensajes encriptados por internet, contratando a especialistas altamente sofisticados para evadir vigilancia policiaca en el transporte de su mercancía ilegal, o para lavar dinero proveniente del mercado negro.
2. La magnitud del problema en México
El narcotráfico y el crimen organizado son la amenaza más grave que enfrenta México en la etapa contemporánea. Así lo advierte 82% de la opinión pública consultada y 91% de líderes pertenecientes a los sectores gubernamental, político, empresarial, académico y de medios de comunicación.1
La realidad cotidiana que padece una sociedad agraviada confirma la razón de ser de esta preocupación. En el caso mexicano, más de mil individuos mueren cada mes como consecuencia de actos violentos asociados con el narcotráfico. En algunas zonas del país, el poder de fuego del crimen organizado es superior a aquel que posee la policía municipal o estatal, cuya precariedad tiene que ser compensada con la presencia del ejército y la armada, sustituyendo indebida, pero necesariamente, a una policía federal que aún no logra cumplir cabalmente con sus funciones en materia de seguridad pública.
Un examen del entorno internacional solo sirve para acentuar la preocupación mexicana. En su frontera norte, México colinda con el mercado de estupefacientes más atractivo, importante y redituable a escala mundial, con una demanda constante de sustancias sicotrópicas del más variado género.
En su frontera sur, la colindancia de México se establece con América Central, zona considerada “la región más violenta del mundo”, en donde se “registran las tasas de homicidios más elevadas del planeta”.2 Adicionalmente, “ubicada entre los principales productores y el mayor centro de consumo mundial, y actuando como puente entre Colombia y México, América Central ha sido una ruta cada vez más importante en el tráfico de sustancias sicotrópicas, especialmente de cocaína”.3
En forma semejante a lo que sucede en México, las insuficiencias institucionales que afectan a algunos países centroamericanos impiden el control eficaz de sus espacios aéreos, marítimos y terrestres. A ello se agrega la asociación delictiva entre cárteles de Guatemala con el cártel del Golfo, con los Zetas y con la Nueva Federación de Sinaloa, formando un sistema criminal de alto poder para el trasiego de
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