AUMENTO EXHAUSTIVO DE LOS PRECIOS POR PARTE DE LOS COMERCIANTES EN EL MUNICIPIO ANDRES ELOY BLANCO
Enviado por claudiayre • 8 de Mayo de 2019 • Ensayo • 1.934 Palabras (8 Páginas) • 162 Visitas
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL[pic 1]
DE LOS LLANOS OCCIDENTALES
“EZEQUIEL ZAMORA”
VICERRECTORADO DE PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO SOCIAL
PROGRAMA CIENCIAS SOCIALES
SUBPROGRAMA CONTADURIA
AUMENTO EXHAUSTIVO DE LOS PRECIOS POR PARTE DE LOS COMERCIANTES EN EL MUNICIPIO ANDRES ELOY BLANCO
(Ensayo)
Autores:
León Claudia CI: 20.733.731
Deivis Moreno C.I: 24.938.946
VII Semestre Contaduría
Docente: Ing. William Quintana
El Cantón, marzo 2019
En nuestro país durante el último gobierno Hemos apreciado cómo, políticas monetarias poco responsables nos han llevado a un largo período inflacionario que ha tenido consecuencias sociales y políticas que ha afectado la vida del ciudadano. Se ha jugado con las magnitudes económicas y se han impuesto controles a la economía siempre con un criterio de corto plazo, ya que cuando estas se aplican se cumplen los primeros meses y luego se olvidan del mismo, lo cual ha ocasionado una acción descontrolada por parte de los entes encargados de velar por la correcta implementación de la actividad por parte del comerciante. Venezuela, durante mucho tiempo, tuvo una envidiable estabilidad de precios. La población se acostumbró a que cada producto tuviese un precio más o menos constante, aun cuando éste no estuviera fijado por ninguna regulación oficial. Primero lentamente y luego de un modo cada vez más acelerado, las cosas comenzaron a cambiar.
Por consiguiente, se observa como este aumento de precios no ha sido acompañado de un aumento similar en los ingresos de los ciudadanos que laboran día a día. Los sueldos suben, ciertamente, de tanto en tanto, pero siempre a un ritmo mucho menor que el del aumento de los precios. El fenómeno inflacionario que vivimos a diario es una especie de enfermedad de la economía a la que nadie puede escapar porque obliga de hecho a todos los actores económicos, a quienes venden o compran, a los trabajadores y a los empresarios, a subir los precios de lo que venden para no quedarse detrás. Quien no lo hace corre el riesgo de sufrir fuertes pérdidas, de ver reducidos sus ingresos o de hacer quebrar su negocio.
A primera vista los culpables, para el ciudadano común, parecen ser los comerciantes y los productores de mercancías. Ellos, y no otros, son los que cambian los precios de lo que venden, los que especulan y remarcan sus productos, los que nos dan la terrible sorpresa de que aquello que ayer tenía un precio al día siguiente tenga otro diferente. Por eso se los acusa y se los critica, se les imponen leyes y reglamentos para controlar sus actividades, se los hace culpables de la inflación. Pero los controles, como lo muestra la experiencia venezolana e internacional, siempre acaban por fallar: después de un cierto tiempo la producción se tiende a reducir, se crea una escasez artificial que cada vez abarca más bienes y ocurre que hay que fijar nuevos precios más altos que los anteriores o abandonar la fijación de precios por completo.
Al poner en práctica un análisis de la problemática existente, nos permite comprender por qué esto sucede. Se considera al comerciante como el punto final de la cadena de comercialización, es el agente que pone en contacto los productos que se fabrican con el consumidor que los demanda. Su precio de venta al público incluye el costo de la mercancía que ha comprado y varios otros costos que no se perciben directamente por quien acude a su negocio. En cierto modo Cuando sube el valor de cualquiera de los componentes del precio final del producto, incluyendo la ganancia, éste también tiene que subir en una proporción más o menos semejante. Pero al comerciante, en última instancia, no le conviene incrementar su ganancia más allá de cierto punto. Cuanto más caro sea lo que vende, proporcionalmente, mayores riesgos correrá en cuanto a no poder vender su mercancía: habrá algunos consumidores que buscarán bienes sustitutivos, otros que reducirán el volumen de sus compras acostumbradas y otros que, en definitiva, tengan que abstenerse de comprar. Por eso no le resultará posible aumentar los precios sin medida, porque lo que ganaría por un lado lo perdería seguramente por el otro.
Tomando en cuenta la realidad que se vive en nuestro municipio el párrafo anterior no se asocia a lo que realmente ocurre en nuestra localidad, ya que aquí se implementa todo lo contario, al comerciante no le afecta en nada el alza de los precios exagerados que día a día les dan a los productos, ya que para ellos les resulta más factible no vender rápidamente los productos que tienen disponibles, porque así de esta forma les pueden ir aumentando el valor que los mismos tienen. Otra realidad que se vive es cuando los mayoristas aumentan el precio al comerciante detallista éste, por lo tanto, se ve obligado a seguir el incremento de los precios. El problema es que aun sin haber aumentos ellos les suben el precio a los productos.
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