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Actitudes éticas En El Trabajo


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2013  •  1.555 Palabras (7 Páginas)  •  584 Visitas

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Introducción

En el presente trabajo se daran a conocer aspectos principales dentro de la ética, tales como, actitudes ética en el trabajo focalizado en la prudencia, buen criterio en lo que se debe hacer, equilibrio entre cautela y diligencia, además de la experiencia, atención y prevención en la vida laboral.

La ética es una parte fundamental en la practica profesional de los trabajadores sociales, su capacidad y compromiso para actuar éticamente es un aspecto esencial de la calidad del servicio que ofrecen a quienes hacen uso de los bienes de trabajo social.

También la ética profesional en el trabajo, se caracteriza por que permite a las persona no solo comprender el mundo en el que le corresponde actuar sino también que le ofrece criterios orientadores para entenderse con los otros en acciones cotidianas y comunes.

Actitudes éticas en el trabajo.

Ética profesional.

La Ética se define como la ciencia que estudia la bondad o maldad de los actos humanos.La profesión se puede definir como la actividad personal, puesta de una manera estable y honrada al servicio de los demás y en beneficio propio.

En virtud de la profesión, el sujeto ocupa una situación que le confiere deberes y derechos especiales:

La Vocación Disposición que hace al sujeto especialmente acto para ejercer una determinada actividad profesional.

Debe ser el bien común, la capacitación que se finalidad de la profesión requiere para ejercer un trabajo debe estar orientada a un mejor rendimiento para el beneficio de la sociedad.

Las actitudes son tendencias relativamente duraderas de sentimientos, creencias y comportamientos dirigidas hacia personas, grupos, ideas, temas u objetos específicos además reflejan los antecedentes y las diversas experiencias del individuo.

Una actitud consta de tres componentes:

Cognitivo – Lo que usted piensa. (Discriminar está mal).

Emocional o afectivo - Lo que usted siente. (A mí no me agrada Juan porque él discrimina).

Conductual - La manifestación de lo que usted piensa y siente. (Yo evito a Juan porque no me agrada).

El origen de las actitudes son innatas, se forman de las experiencias y de la manera como reaccionamos ante ellas. El ambiente circundante contribuye en la formación de nuestras actitudes y al reforzarlas, sean positivas o negativas, se hacen más resistentes además los otros contribuyen a fortalecer o debilitar nuestras actitudes.

Nuestras actitudes determinan nuestro enfoque en la vida, debido a que es imposible hacer las situaciones a la medida para que se ajusten a nuestras vidas perfectamente.

Además determina nuestra relación con la gente. Si no sabemos establecer relaciones adecuadas con los demás, no importará cuánto conocimiento o experiencia poseamos.

Las actitudes éticas en el trabajo son de vital importancia, debido a que está constituida por ciertos valores y principios que se deben cumplir para desenvolvernos adecuadamente en el mundo laboral. Uno de los valores que podemos destacar es prudencia, que a continuación daremos a conocer.

Prudencia.

A pesar de la vertiginosidad a la que cualquier profesional debe atenerse para realizar su labor dentro de la sociedad actual, necesita ser prudente en cada decisión que toma, ya que las consecuencias que pueden devenir de un mal resultado de su trabajo, no solo afecta a quienes se relacionan a su labor, sino también a su propia carrera, su economía y hasta sus objetivos profesionales y personales.

Continuamente, el profesional se ve presionado a tomar decisiones que van desde la operatividad directa hasta juicios de valor, afectando a una amplia diversidad de destinatarios, entre los que se encuentran objetos, aplicaciones, materiales, pruebas, relaciones con terceros, animales y personas, siendo responsable de todas las consecuencias surgidas, tanto buenas como malas.

La dificultad de ser prudente en este ámbito radica en distintos aspectos que han de ser tenidos en cuenta en forma permanente.

La prudencia es tan discreta que pasa inadvertida ante nuestros ojos. Nos admiramos de las personas que habitualmente toman decisiones acertadas, dando la impresión de jamás equivocarse; sacan adelante y con éxito todo lo que se proponen; conservan la calma aún en las situaciones más difíciles, percibimos su comprensión hacia todas las personas y jamás ofenden o pierden la compostura. Así es la prudencia, decidida, activa, emprendedora y comprensiva.

El valor de la prudencia no se forja a través de una apariencia, sino por la manera en que nos conducimos ordinariamente. Posiblemente lo que más trabajo nos cuesta es reflexionar y conservar la calma en toda circunstancia, la gran mayoría de nuestros desaciertos en la toma de decisiones, en el trato con las personas o formar opinión, se deriva de la precipitación, la emoción, el mal humor, una percepción equivocada de la realidad o la falta de una completa y adecuada información.

La falta de prudencia siempre tendrá consecuencias a todos los niveles, personales y colectivas,

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