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Enviado por monse94 • 2 de Noviembre de 2013 • 1.590 Palabras (7 Páginas) • 218 Visitas
Capítulo I.
Tránsito del conocimiento moral vulgar de la razón al conocimiento filosófico.
Comienza este primer capítulo con la frase “Ni en el mundo, ni, en general, tampoco fuera del mundo, es posible pensar nada que pueda considerar como bueno sin restricción, a no ser tan sólo una buena voluntad”, en tal sentido uno de los puntos capitales de este primer capítulo y de la obra en general es la buena voluntad, definición que pretendemos abordar.
Intentaremos abordar el término de voluntad en el ámbito filosófico, remontándonos a la filosofía clásica la voluntad es la apetencia racional o conforme a la razón , y es claramente diferente al deseo que es la apetencia sensible, en tal sentido la voluntad está asociada a la razón, según Aristóteles, obrar en conformidad con lo racional.
Ahora bien desde Kant, la voluntad, es buena, en tanto valor absoluto, buena en si misma, con total independencia de los resultados obtenidos, una voluntad buena o voluntad pura es tal cuando no está motivada por motivos empíricos. Cuando racionalmente se actúa conforme al deber.
Pretender establecer un marco definicional resulta complicado con lo intrincado de elementos complejos a definir, hablar de voluntad implica, en Kant, hablar del deber, de la libertad, libre albedrío, intentaremos abordar estos conceptos de acuerdo a la estructura organizativa de la obra.
Así pues, desde nuestra comprensión, la buena voluntad está referida al obrar de conformidad con la razón, lejos del influjo de la motivación sensible y lejos de la consecución de un fin particular, podemos aproximarnos a decir que la voluntad es buena cuando el obrar solo es impulsado por el deseo de actuar conforme al deber moral, por ejemplo, yo haré esta acción particular porque considero que es lo correcto, independientemente que los resultados sean contrarios a mis deseos o placeres. Obrar sin esperar nada a cambio, sólo la satisfacción racional de actuar conforme al deber.
Esto nos lleva al otro elemento que debemos estudiar y que representa junto a la buena voluntad el otro complemento del par conceptual de la ley moral, nos referimos al deber.
Kant recurre a tres proposiciones con las que persigue establecer claramente el concepto del deber, y establecer diferencias con argumentos ambiguos en torno a la felicidad, así citamos desde la obra:
Pero aun en este caso, aunque la universal tendencia a la felicidad no determine su voluntad, aunque la salud no entre para él tan necesariamente en los términos de su apreciación, queda, sin embargo, aquí, como en todos los demás casos, una ley, a saber:
1.- La de procurar cada cual su propia felicidad, no por inclinación, sino por deber, y sólo entonces tiene su conducta un verdadero valor moral.
Seguidamente, establece su segunda proposición:
2.- Una acción hecha por deber tiene su valor moral, no en el propósito que por medio de ella se quiere alcanzar, sino en la máxima por la cual ha sido resuelta; no depende, pues, de la realidad del objeto de la acción, sino meramente del principio del querer, según el cual ha sucedido la acción, prescindiendo de todos los objetos de la facultad de desear.
Y finalmente la tercera y última proposición:
3.- El deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley.
Para complementar la comprensión del término, citamos desde la comprensión de Abbagnano (4):
Para Kant, Deber es la acción cumplida únicamente en vista de la ley y por respeto a ella y es, por lo tanto, la única autentica acción racional, es decir, determinada exclusivamente por la forma universal de la razón… En este sentido, Kant denomina Deber a la acción “objetivamente práctica”, o sea, a la acción en la cual coinciden la máxima que determina la voluntad y la ley moral.
Así, entonces definimos el deber, como la acción racional que se realiza conforme a la ley moral y su vinculo con la buena voluntad es que actúan conforme al querer, sin expectativas en los resultados, simplemente apartando todo influjo del deseo.
Capítulo II.
Tránsito de la filosofía moral popular a la metafísica de las costumbres.
Siguiendo el hilo conductor de la obra, a continuación del desarrollo del concepto de deber, nos trae al punto central de la obra : los imperativos.
En tal sentido Kant, plantea que la moral esta fundamentada en mandatos, ordenes, un <<debe ser>>, en otras palabras un imperativo,este representa el punto de partida de la fundamentación de la moral. Citamos (5) :
<< La representación de un principio objetivo, en tanto que es constructivo para una voluntad, llamase mandato (de la razón), y la formula del mandato llamase imperativo >>
Ahora bien, aclarado el termino imperativo, debemos necesariamente distinguir los dos tipos de imperativos que Kant definió : imperativo hipotético y el imperativo categórico. Los imperativos hipotéticos son mandatos condicionales,
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