Adopción homoparental en Chile

Adopción Homoparental en Chile

La adopción según la definición clásica es el acto jurídico en virtud del cual un adulto toma como propio a un hijo ajeno, con el fin de establecer con él una relación paternofilial con idénticos o análogos vínculos jurídicos que los que resultan de la procreación, o en palabras simples tomar como hijo a alguien que en realidad no lo es genéticamente. Esto sucede porque hay muchas personas que son padres, pero no pueden tener un hijo por diversas razones, tales como; ser menor de edad y sentir que no son capaces de criar, no tener suficiente dinero, morir al dar a luz y dejar al hijo huérfano, entre otras razones. De esta forma muchos niños son dados en adopción, quedando en orfanatos o a cargo del SENAME, dependiendo del caso.

Paralelamente, se encuentran personas a las cuales les gustaría adoptar, pero solo pueden concretarlo si cumplen con las siguientes características según el SENAME:

-Ser mayores de 25 años y menores de 60. Estos límites de edad pueden ser rebajados, en forma excepcional y por motivos fundados, por el juez ante el cual se tramita la adopción, la cual no podrá exceder de 5 años. Este requisito no será exigible, cuando uno de los adoptantes sea ascendiente por consanguinidad del adoptado.

-Que exista una diferencia de edad con el adoptado de por lo menos 20 años, requisito con la misma excepción que el caso anterior.

-Si se trata de matrimonios, deben tener al menos dos años de casados, lo que no será exigible en caso de que uno o ambos cónyuges sean infértiles.

-Haber sido evaluados como física, mental, psicológica y moralmente idóneos por el Servicio Nacional de Menores o algún organismo acreditado ante éste para desarrollar programas de adopción.

Hoy en día, en Chile es difícil adoptar siendo una persona o una pareja heterosexual ya que, además de deber cumplir con los requisitos señalados anteriormente, el trámite es lento y burocrático. Al ser una persona o una pareja homosexual esta situación se vuelve mucho más complicada. Aunque se piensa que el proceso de adopción debería ser igual para ambos sin emitir tal discriminación. Por esto hay una constante lucha con el gobierno para que acepten la ley de adopción homoparental, la cual defenderé a continuación.

Según las Naciones Unidas, el derecho humano número 7 dicta que “Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación”. Dado esto, los homosexuales deberían tener los mismos derechos para adoptar que los heterosexuales, no tienen por qué ser juzgados por sus gustos o por temas de amor. Amar a alguien del mismo sexo no te hace ni peor ni mejor persona. Creer que esto si los hace una mala persona es como creer que alguien es una buena persona porque le gusta el helado de chocolate, o juzgar a alguien solo por su color de piel, lo cual no tiene lógica alguna. Estos factores no te dicen nada acerca de qué clase de persona es. Rechazar la ley de adopción homoparental esta violando muchos derechos humanos, sobre todo el mencionado anteriormente. Sin duda lo que esta pasando es y debería ser tratado como ilegal. Los derechos humanos se hicieron para respetarse y al denegar esta ley solo por una discriminación, claramente se están infringiendo.

Los problemas de una pareja homosexual al querer adoptar radican en la imposibilidad de establecer matrimonio, aún teniendo la unión conyugal. Esta no les da los mismos derechos que da el matrimonio a la pareja. La ley no les entrega el derecho de adopción, y, solamente en casos excepcionales que se deben estudiar muy bien, pueden llegar a adoptar, pero son muchos más los casos en los que no se logra concretar. Ahora bien, ¿Cómo funciona esto? Supongamos que Felipe y Max son una pareja homosexual que lleva 5 años juntos desde su unión conyugal, tienen todos los recursos necesarios para adoptar a Ana, una niña de 4 años que en este momento está en el SENAME. Ellos hacen los tramites pertinentes para acceder a su adopción y están en observación por un par de años, pero resulta que Laura y Matías, una pareja heterosexual que lleva 3 años casados y no tienen tantos recursos como Felipe y Max, también quieren adoptar a Ana. El gobierno les da a ellos, Laura y Matías, el permiso de adopción. Pasando a llevar que Felipe y Max estuvieron esperando años y salieron más capacitados para ejercer cargo por Ana. Esto es una realidad que muchos homosexuales tienen que vivir día a día, una injusticia, una discriminación injustificada por ser “anormales”, por tener gustos distintos.

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