America Latina En La Modernidad
Enviado por Guiulianaa • 8 de Noviembre de 2012 • 1.984 Palabras (8 Páginas) • 666 Visitas
Si en los años 30, 40 y 50, la modernidad era aún un proyecto a ser construido,
a partir de las décadas del 70 y el 80 mucho de lo que se reclamaba se
realizó. Los impactos de la primera y la segunda revolución industrial se
dejan sentir, y en países como Argentina, Brasil y México se constituyen los
mercados nacionales con una dimensión considerable. García Canclini apunta
algunos hechos que indican un cambio estructural de los países latinoamericanos:
un desarrollo económico más amplio y diversificado cuya base se
apoya en el crecimiento industrial y en las tecnologías más avanzadas; la
ampliación del mercado de bienes culturales, sobre todo en las grandes aglomeraciones
urbanas, donde hay un incremento de las matrículas escolares
en todos los niveles (primario, secundario, universitario); consolidación y expansión
del crecimiento urbano a partir de los años 40; introducción de nuevas
tecnologías de comunicación, particularmente la televisión; avance de
movimientos políticos progresistas35. Estas transformaciones son visibles en
diferentes niveles de la sociedad. Por ejemplo, en el campo gerencial. En diversos
sectores, junto al aparato del Estado y la industria, poco a poco se
impone un tipo de mentalidad en la que la dimensión racionalizadora se
hace cada vez más preponderante. En las políticas públicas las propuestas
de planeamiento confieren coherencia y sistematicidad a los planes gubernamentales.
En las industrias y junto con las nuevas técnicas de organización
del trabajo, surgen los nuevos administradores de empresas que contrastan
con los antiguos «capitanes de la industria» cuyo patrón de actuación se
pautaba menos por criterios racionales (o sea la eficiencia del mercado) que
por injerencias de estatus, favores y padrinazgos36.
En verdad el proceso de racionalización (para decirlo con Weber) se instituyó
a través de la conjunción de la acción de instituciones diversas –Estado, em-
35. Durante las décadas del 70 y 80 el tema de la «transición» dominó buena parte de la literatura
de ciencias políticas en América Latina. Básicamente, asociada a un debate sobre
la modernización de la sociedad, se ocupaba del pasaje de los regímenes autoritarios (Brasil,
Uruguay, Argentina, Chile, etc.) a las democracias representativas.
36. Sobre la transformación de la mentalidad empresarial, v. Fernando Henrique Cardoso:
Empresário Industrial e Desenvolvimento Econômico no Brasil, Difusão Européia do Livro,
San Pablo, 1972.
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presas, universidades, sindicatos– logrando que los países latinoamericanos
se distancien así de su pasado rural y arcaico. Tal vez el mejor ejemplo de
esos cambios sea la llegada de las industrias culturales. A partir de los años
60 y 70 se desarrollan tanto que llegan al punto de promover el consumo
nacional de bienes culturales a una escala hasta entonces desconocida. Se
constituye así una «cultura de masas» industrialmente producida por sectores
especializados (industria fonográfica, televisiva, publicitaria, de revistas,
etc.). Entre ellas, la televisión es, sin duda, una de las más importantes pues
en países como Brasil, Argentina, México y Venezuela, cubre prácticamente
toda la extensión del territorio llegando a las diferentes clases sociales37. En
este sentido, la noción misma de cultura popular se modificará. En los 30, 40
y 50 lo popular se encontraba íntimamente asociado a la idea de raíces locales
(nacional o regional). Cultura popular significaba tradición. La industrialización
de los bienes de consumo redefine lo popular en términos de
modernidad. Por ejemplo, la fabricación de un producto como la telenovela
supone diferentes etapas: tecnológica, administrativa, mercadológica y, por
último, estética38. Ella presupone la existencia de organizaciones industriales
consistentes, de una estrategia publicitaria a nivel nacional, de mercados
de bienes materiales y simbólicos consolidados (como la presencia de un conjunto
estelar de artistas de radio y televisión), de un sistema televisivo amplio
y, por último, del hábito de ver televisión. Si Televisa (México) y Globo
(Brasil) pueden apropiarse de sus mercados nacionales, e incluso impulsar
un mercado latinoamericano de telenovelas, para competir con las series
norteamericanas, es porque existe una sofisticada elaboración de un producto
industrial articulado a sus estrategias de mercado39.
Las industrias culturales introducen además nuevos estilos-de-vida, lo que
significa la emergencia de nuevos patrones de sociabilidad y de legitimidad
cultural. La industria cultural, por su fuerza y extensión, se vuelve una instancia
de socialización que ahora entra en competencia con otras instancias:
la familia, la religión, la vida en las regiones rurales, etc.40. No debe olvidarse
que en América Latina la escolarización de los sectores populares es extremadamente
deficiente. Al contrario de lo que ocurrió en Europa y EEUU, el
37. En esos países la televisión llega a más del 85% de los hogares; v. L’Amérique Latine et
ses télévisions, Anthropos, París, 1995.
38. Sobre la telenovela consultar Renato Ortiz et al.: Telenovela: história e produção, Brasiliense,
San Pablo, 1989; Jesús Martín-Barbero: Televisión y melodrama, Tercer Mundo, Bogotá,
1992.
39. En los países latinoamericanos la audiencia de las telenovelas supera en mucho a la de
las series norteamericanas. Debido a esta popularidad, cuando las empresas tienen problemas
de audiencia, muchas veces prefieren, como estrategia de mercado, importar telenovelas
de otros países latinoamericanos que sustituir su programación por programas americanos.
40. Los demógrafos han llamado la atención sobre la importancia de la televisión como instancia
de cambio comportamental. En el caso brasileño, sin haber una política oficial de planeamiento
familiar, ocurrió una abrupta baja de la tasa de fecundidad: 1940: 6,16; 1960:
6,28; 1980: 4,35; 1997: 2,2. Los estudiosos atribuyen a la televisión, y particularmente a la
telenovela, la responsabilidad de haber difundido patrones de comportamiento que influyeron
decisivamente en los hábitos familiares; v. Vilmar Faria: «Government Policy and Fertility
Regulation:
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