Amor romantico y violencia de genero

Amor romántico y violencia de género, relación y posibles soluciones.

Liliana Abril López Peralez. 195021.

Introducción.

El amor romántico y los mitos que se asocian a éste puede definirse como una serie de creencias y practicas que delimitan las relaciones amorosas como relaciones de poder donde el más débil debe subyugarse al mas fuerte, esto mediante una serie de practicas que dañan a los involucrados de manera psicológica y hasta física.

En este ensayo exploraremos qué es el amor romántico de forma mas concreta y cuál es su relación directa con la violencia de género que imposibilita que las mujeres tengamos vidas normales, libres de violencia.

Desarrollo.

El amor es el opio de las mujeres, la socialización que atravesamos durante nuestras vidas es una prueba de esto, desde pequeños a los hombres se les educa para ser los proveedores, para ser fuertes, para solo mostrar ciertas emociones. Por el contrario, a las mujeres se les educa para servir, para ser dulces y entregadas y se nos dice que el amor es la máxima aspiración que podemos tener.

“Así, la consecución del amor y su desarrollo siguen siendo el eje en torno al cual gira de modo completo o casi completo la vida de muchas mujeres, mientras en la vida de los varones lo prioritario sigue siendo el reconocimiento social y, en todo caso, el amor o la relación de pareja suele ocupar un segundo plano.” (Ferrer Perez Victoria, 2013)

Las consecuencias de esta socialización en cuanto al amor dan como resultado que hombres y mujeres, que han sufrido procesos de socialización diferentes, entiendan también de forma diferente, lo que es el amor y lo que es amar.

Esto nos lleva desarrollar relaciones desiguales, donde la mujer se posiciona como objeto vulnerable, cuyo único propósito es servir, proveer de labor emocional y cuidar del otro, en cuanto al hombre, este se encarga solamente de proveer de la mínima cantidad de afecto (que a las mujeres se nos enseña que los hombres con solo estar con nosotras nos aman y que no debemos pedir mas amor del que se nos da) y se vuelve receptor del cuidado de su pareja sin tener ninguna responsabilidad afectiva a ella. Esto genera entonces dos bifurcaciones posibles; en la primera, la mujer sufre la violencia de genero en forma de “gaslighting” y de micro agresiones, como ser silenciada y menospreciada por su pareja o que sus emociones y preocupaciones no sean tomadas como reales, recordemos de nuevo, que las mujeres permitimos esto porque nuestro proceso de socialización esta ligado nuestra autoestima, y se nos enseña que sin el amor de un hombre no podemos estar completas, aunque este hombre nos trate mal. Esta violencia va a escalando, y la necesidad por controlar y someter a la pareja da lugar a otras manifestaciones de violencia mas fuertes, como el abuso físico y/o sexual aunado al psicológico.

“Así, la creencia en que el amor (y la relación de pareja) es lo que da sentido a sus vidas y que romper la pareja, renunciar al amor es un fracaso puede retrasar la decisión de romper o de buscar ayuda; la creencia en que el amor todo lo puede llevaría a considerar (erróneamente) que es posible vencer cualquier dificultad en la relación y/o de cambiar a su pareja (aunque sea un maltratador irredento).” (Ferrer Perez Victoria, 2013)

La segunda bifurcación es en la cual la mujer decide dejar la relación, esto en si tiene otras implicaciones, en nuestra sociedad patriarcal y heteronormada, las relaciones heterosexuales son la cúspide del éxito social y cuando estas fallan se ve como un fracaso no solo personal si no social, los hombres, que no tienen los recursos emocionales para recuperarse de dicha perdida, recurren a la violencia para remediar lo que ellos consideran, la perdida de su honor, es por eso que es tan común que los hombres violenten a aquellas mujeres que dicen amar, porque un hombre no puede lidiar con la humillación social y personal que presenta la perdida de “su” mujer, por esto opta por “soluciones” violentas antes de dejarle vivir fuera de su control. Tiene también su expresión de violencia en forma de la necesidad de reprimir, puesto que mientras las mujeres más buscan su autonomía puesto que para conseguir que las mujeres no se desprendan del control masculino, los hombres generan violencia y terror hacia estas para que la idea de la autonomía se relacione con la de la violencia y se pierdan los deseos de querer ser libre.

Una de las formas más comunes en la que esta violencia pasa del entorno privado al público, es la manera en la que los medios de comunicación y las personas manejamos los casos de violencia de género, se empeña siempre por recordar cualquier cosa que la victima de dicha violencia pudiera haber hecho para merecer ser violentada: “Había bebido”, “estaba sola en la calle a altas horas de la noche”, “le gustaba el dinero”, “le gusta la mala vida”,  etc. Esta clase de afirmaciones vuelven a la victima la culpable de su propio malestar y exoneran al violentador de cualquier responsabilidad lo cual alimenta el ciclo de violencia y permite la normalización de esta.

...