Análisis internacional de la Crisis de Venezuela
Enviado por Leonel De Ruba • 17 de Agosto de 2019 • Ensayo • 1.468 Palabras (6 Páginas) • 141 Visitas
Trabajo Práctico N° 1 – Aspectos Internacionales de la Crisis de Venezuela
La crisis de Venezuela genera implicancias no sólo en el terreno local o nacional, sino también en el plano regional latinoamericano, continental -por la activa participación de EE.UU- e internacional, ya que, intervienen distintos actores que no pertenecen al bloque regional, como lo son Rusia, China y la Unión Europea.
Asimismo, el evidente deterioro de este país es multifacético debido a que lo afecta una crisis que atraviesa transversalmente lo social, económico y humanitario. Hiperinflación, desabastecimiento de medicamentos y alimentos, las dificultades institucionales y políticas, producen el alejamiento de millones de venezolanos que han debido emigrar de su hogar hacia los países vecinos en busca de mejores condiciones de vida.
Desde mediados del año pasado y comienzos del presente año, la crisis venezolana ha tenido una relevancia importantísima por qué se convirtió en el epicentro de la política internacional debido a que los distintos hechos que se han desencadenado en el país caribeño han tenido un impacto global.
El prólogo de estos hechos, fue la celebración de los comicios del 20 de Mayo del año 2018, donde fue reelecto el presidente Nicolás Maduro. Este proceso estuvo bajo sospecha de fraude como de evidentes faltas de transparencia, por varios Estados, entidades y organizaciones internacionales antes, durante y luego de haberse celebrado, por lo que, automáticamente se gestó un desconocimiento del proceso eleccionario.
Por causa de éste desconocimiento del proceso, el régimen de Maduro cayó en una deslegitimación de origen, y en consecuencia, desde el 10 de enero pasado cuando asumió su nuevo mandato presidencial, el gobierno perdió reconocimiento, tanto dentro como fuera del país.
Asimismo, como consecuencia de dicha deslegitimación por la comunidad internacional el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, desconoció a Maduro, dictaminó un vacío de poder y asumió interinamente la Presidencia del país, de acuerdo a lo que dicta su Carta Magna en el Art. 233°.
La Comunidad Internacional debió tomar posiciones debiendo optar por brindar un respaldo al actual régimen que gobierna Venezuela, ó por reconocer la autoproclamación presidencial del diputado Guaidó como Presidente Interino, quien propone liderar un gobierno de coalición que desbanque del poder a Maduro - a quien define como un “usurpador”-, morigere la crisis que sufre el país para luego efectuar el llamado a elecciones libre y transparentes.
En consecuencia de ello, el tablero mundial se dividió entre quienes daban su apoyo a Maduro o a Guaidó.
Comenzando por Estados Unidos, que posee claros intereses políticos internos, geopolíticos como económicos -sobre todo en lo que respecta al petróleo venezolano- quien reconoció rápidamente al diputado Guaidó como Presidente Interino, una vez este autoproclamado. Automáticamente, Guaidó fue reconocido por la mayoría de los países del continente americano, sobre todo aquellos que se enrolaron en el Grupo de Lima, organismo multilateral creado en 2017 para contribuir a solucionar la crisis venezolana y también así lo hizo la Organización de Estados Americanos (OEA) a través de su Secretario General, Luis Almagro.
De esta manera, se abandona una política de no intervención sobre los asuntos internos de otros estados, sostenida en política exterior por varios países latinoamericanos.
Además, la Unión Europea antes de tomar una posición solicitó a Venezuela, para que en un plazo de ocho días, se tomara la decisión de celebrar elecciones presidenciales libres, transparentes y creíbles de acuerdo con los estándares democráticos internacionales y el orden constitucional venezolano. Sin embargo, al no tener respuesta y luego de una consulta a sus países miembros, 20 de los 28 Estados integrantes de dicha organización supranacional, reconocieron a Guaidó como presidente encargado.
Igualmente, y fuera del territorio americano o europeo, el diputado Guaidó recibió los apoyos de Australia, Israel y Ucrania, pesé a la dificultad de sus propias relaciones con Rusia.
En el caso de Maduro, en primer lugar, fue apuntalado por las instituciones chavistas existentes, y especialmente, por la fuerza armada nacional de Venezuela. Luego, recibió los apoyos internacionales de países latinoamericanos que históricamente se inscribían en el “socialismo del siglo XXI” proclamado por Hugo Chávez. Ahí se encuentran Bolivia, Cuba y Nicaragua. A su vez, también algunos países caribeños demostraron su apoyo más que nada aquellos que dependen del Petrocaribe.
Es evidente como lo que sucedía anteriormente en lo que corresponde con el apoyo regional hacia Venezuela, hoy ha empequeñecido. Los procesos electorales del resto de países sudamericanos supusieron un cambio de actores, y eso delimitado el “cordón ideológico” desarrollado tiempo atrás por Hugo Chávez.
China, quien para su estrategia de desarrollo y su propia expansión mundial, comprende que el petróleo venezolano es una clave de vital importancia. Por ello, brindó su apoyo al líder deslegitimado.
De esta manera, también desafía a Estados Unidos acrecentado su influencia en la región, pero de una forma, muy sutil. Esto es no sólo por qué no quiere generar alguna rispidez con el gigante norteamericano sino que tampoco prefiere desgatar su relación con el resto de países sudamericanos que considera igual de estratégicos para su comercio exterior y qué podrían extrañarse de una postura radical del país oriental.
Rusia, que también tiene una estrategia geopolítica abiertamente desafiante llevada a cabo por su Presidente Putin en contra de los Estados Unidos, aprovecha esta situación para poner una ficha más en este juego que revitaliza los recuerdos de la guerra fría. Su claro objetivo es intervenir abiertamente, ya que, desde hace tiempo rivaliza con las administraciones y políticas propuestas internacionalmente desde Washington, tratando de desgastarlas sistemáticamente. El envío de tropas, equipamiento militar y provisiones a Venezuela es prueba cabal de ello.
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