Análisis sobre la salud como responsabilidad social e individual

Análisis sobre la salud como responsabilidad social e individual en torno a modelos multifactoriales y equidad

Introducción

En este trabajo se revisarán brevemente los objetos de estudio de los modelos teóricos multicausal e interdisciplinario sobre el proceso salud-enfermedad, y cuál ha sido el desarrollo del análisis de dicho proceso a partir de estas concepciones, además de presentar las problemáticas principales que existen en el abordaje teórico de estos modelos y en el ejercicio equitativo de la salud, así como los motivos que hay detrás de ellas.

Desarrollo

Para mejor comprensión de este trabajo, comenzaremos por afirmar que resulta imposible separar a la salud de la enfermedad al tratarse de los componentes de un proceso que no puede ni debe prescindir uno del otro, definiendo, entonces, a la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones, mientras que la enfermedad se define como la alteración fisiológica en una o varias partes del cuerpo, por causas generalmente conocidas, síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible.

La visión unificada de la salud es importante porque la cantidad de factores que afectan al individuo no debe reducirse a los meramente patológicos, sino que, como lo muestran los modelos multicausal e interdisciplinario, los principales determinantes de la salud son el estilo de vida del individuo, redes sociales y comunitarias, condiciones socioeconómicas, culturales y ambientales, contemplando además el ambiente, la biología humana y los servicios de salud; estos se toman en cuenta para explicar y analizar su proceso salud-enfermedad. Es por esto, que, a pesar de que se recurre primeramente en la biología para conseguir causas y consecuencias de dicho proceso, esta misma disciplina ha incorporado en su ejercicio conocimientos propios de la psicología, sociología y geografía, ampliando las nociones que se tienen en el campo de la morbilidad (Arredondo, 1992).la comprensión de la salud va más allá del orden biológico, se necesita reconocer las relaciones que articulan dimensiones económicas, culturales, ambientales, políticas e ideológicas y que se expresan en formas específicas de vida y trabajo de las poblaciones determinando su salud (Laurell, 1982)

Una de las principales problemáticas que han enfrentado los diversos modelos teóricos sobre el proceso salud-enfermedad es la discrepancia existente en cuanto a la importancia o peso que posee cada factor, pues no se ha puesto suficiente empeño en determinar cuantitativamente dicho impacto. Una causa probable de esta deficiencia puede radicar en que, si bien los aspectos social y económico pueden ser compartidos por un amplio número de personas, las cuestiones meramente individuales constituyen un terreno en el que un mapa general de salud puede no ser aplicable para todos y, por lo tanto, resulta complicado asignar un valor a cada factor.

Otro aspecto importante es la equidad en la salud, que se considera como el acceso, financiamiento y/o distribución equitativa de servicios según la necesidad sanitaria, así mismo se han propuesto los principios de acción en equidad y salud para orientar esfuerzos hacia este sentido, tales como el mejoramiento de las condiciones de vida y trabajo, facilitar estilos de vida más saludables, asegurar acceso a servicios de calidad, estas políticas de equidad deben basarse en investigación adecuada, monitoreo y evaluación, siendo así la equidad un componente fundamental de justicia social que indica la ausencia de diferentes evitables, injustas o remediables entre grupos de personas debido a circunstancias sociales, económicas  demográficas o geográficas. Hay que considerar que, de hecho, no existe total equidad en salud, puesto que la distribución de población que se toma como equitativa en realidad no lo es, si se entiende que los recursos se distribuyan entre el territorio de acuerdo a las poblaciones en riesgo. Es necesario, entonces, comenzar por combatir las desigualdades que existen en el modo en que está organizada la sociedad, dar legitimidad y promover un sector privado responsable; se afirma que, para realizar de manera efectiva estas propuestas, es esencial contar con un Estado (sector público) comprometido y capaz económicamente para garantizar la equidad desde un nivel comunitario hasta las instituciones internacionales, priorizando el mejoramiento de las condiciones de vida bajo las que la población nace, crece, vive y envejece, luchando contra la desigualdad de poder y recursos a nivel nacional y local (Commission on Social Determinants of Health, ‎2008).

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