Apuntes de Derecho Mercantil respecto a las cámaras de comercio

Conclusión

Como conclusión, hemos podido dilucidar a través de esta investigación, que, los actos y hechos jurídicos, son sin ninguna duda puntos íntimamente imprescindibles para explicar la naturaleza de los elementos de comercio que competen a la rama de Derecho mercantil.

Todas estas vertientes, en específico los actos de comercio, son ampliamente caracterizados por ser sinalagmáticos y más concretamente, en los contratos que estos celebran. Nos referimos a que las dos partes intervienen en su ejecución.

Es frecuente que en estos casos una de las partes realice un acto de comercio en cuanto su intención sea especulativa y que la otra efectúe un acto civil, más no uno mercantil. Con esto, reafirmamos la importancia de esta materia, pues este tipo de circunstancias siempre serán reguladas por el Derecho mercantil. Circunstancias que discurren hasta entregarnos nuevos tipos de escenarios que derivan de la misma, tal como lo son los hechos mercantiles.

Los hechos mercantiles, que si bien, son acontecimientos que no dependen de la acción voluntaria o consciente del hombre, son suscitados a partir de la existencia de las actividades comerciales que si pertenecen a la mera voluntad de los seres humanos.

Con ello, podemos observar determinadamente una pequeña parte del menester que posee el derecho mercantil no solo para las personas físicas o morales, sino que trasciende hasta acaparar las regulaciones que permiten la satisfactoria convivencia de una sociedad. Abarcando así sus categorías y clasificaciones, con las que nos podemos valer de una visión más esclarecida e idónea de estos elementos.

El derecho mercantil es una de las ramas del derecho privado más gratificantes, pues es la encargada de regular toda participación de los actos de comercio; para que ello pueda suceder es importante que se presenten tanto los actos jurídicos como los hechos jurídicos, propiamente dentro del panel mercantil, si bien, estos últimos son prescindibles y terminan fungiendo como remanentes que dependen del primero, estos dos puntos son aquellos con las cuales se estabilizan el ejercicio de las actividades de comercio que se susciten a través de sus distintos operadores, y para que esto pueda llevarse a cabo es sumamente importante comprender la función y la estructura de estas

partes, con las cuales podemos ilustrar con las herramientas ya mencionadas y que a su vez son elementos fundamentales de esta misma.

Finalmente, los hechos jurídicos y actos jurídicos, en este caso referidos a la materia mercantil, son órganos de gran importancia para esta materia que nos permiten aprovechar el conocimiento intrínseco de esta materia y que muy celosamente solo esta posee, conocimientos que van desde vicisitudes de la vida cotidiana: casos prácticos en donde se requieren operaciones celebradas por dos o más personas en un contrato; hasta las repercusiones que se lleguen a incitar a raíz de las misas, promovidas por las mismas actividades humanas. Y, sin duda alguna los tratados onerosos y privados que puedan tratarse en una celebración solemne que incluya alguna de estas particularidades, tratándose así de partes irremisibles para la correcta comprensión de la naturaleza del derecho mercantil, comprensión que logra fluctuar libremente sin discernir entre personas físicas y morales; recabando una trascendencia inefable para la correcta composición y concepción del derecho mercantil.

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