Arte corporal y BDSM
Enviado por tundraxxi • 22 de Abril de 2019 • Ensayo • 776 Palabras (4 Páginas) • 172 Visitas
Hace un par de noches leí en el grupo un artículo muy interesante acerca del chaleco o camisa de fuerza, como objeto de fetiche y su uso en el BDSM. Me pareció muy grato observar como la curiosidad y el morbo alrededor de la camisa de fuerza como "objeto del deseo" fue dando paso a una investigación mucho mas amplia en la que se desarrolló prácticamente un marco teórico alrededor del chaleco, con acotaciones históricas, antecedentes, posibles riesgos... Todo aderezado con un par de sugestivas imágenes.
Todo esto me hizo reflexionar acerca de mi propia experiencia corporal, no con las camisas de fuerza, ya que en mi vida he usado una,(Aunque empiezo a considerarlo). Pero si con la sensación de inmovilidad, opresión, contención e.t.c… Que podría generar dicho artilugio.
Si reviso mi experiencia como artista plástico y mas exactamente como performancista, encontraré en el camino una y otra vez la presencia de cuerdas, cadenas, dispositivos que dificultan la respiración, corsets de toda clase de materiales, mascaras bastante opresivas… En fín, una cantidad de momentos en los que me expuse voluntariamente, a ciertas incomodidades corporales reiterativas como la inmovilidad, la asfixia, la opresión… Mi excusa: la investigación artística.
Los artistas, al igual que los brujos y algunos delincuentes, trabajamos con códigos que están de alguna manera encriptados dentro de la sociedad. Quiero decir esas cosas que están allí, pero no expuestas... Sino mas bien muchas veces ocultas o por lo menos disimuladas bajo una cantidad enorme de conceptos. En mi caso particular, yo basaba mi investigación en las dinámicas femeninas. En ese masoquismo "normalizado" que no solo nos permite, sino que muchas veces nos induce a las mujeres a usar tacones de vértigo, que son una verdadera tortura, brasiers especialmente diseñados para levantar el busto, con unas varillas insufribles que se clavan por todos lados, medias de nylon incluso en el trópico mas calcinante… Y eso sin entrar en otras profundidades como las operaciones estéticas. Es decir yo estaba poniendo sobre el tapete una situación que miles de mujeres viven inconscientemente. Pero Aun me quedaban muchas cosas que revisar ya no dentro de las dinámicas femeninas en general, sino dentro de mis dinámicas personales.
Y fue durante el curso de una entrevista, mientras sostenía una amena conversación con un colega que lo encontré… El me preguntó como me había sentido durante una determinada performance en la que me amarré de pies a cabeza con medias pantys e induje a un público bastante entusiasta a ayudarme en la tarea de convertirme en un "capullo de seda". Le comenté a mi entrevistador que había sido una vivencia dura, pero que había una búsqueda corporal que me incitaba a repetir ese tipo de experiencias una y otra vez… Será que buscas somatizar las dinámicas femeninas? Se me preguntó… Y la respuesta que surgió en mi cabeza, aunque no lo manifesté abiertamente en ese momento fue: "No, simplemente me da placer".
No era tan difícil llegar a esa conclusión, pero para mi fue como una revelación… Aunque para este momento ya manejaba una estética en mi carrera bastante "sado" en algunos casos, nunca se me había pasado por la cabeza que pudieran atraerme este tipo de prácticas… Y la verdad es que ya venía incurriendo desde hace bastante tiempo en el asunto de conseguir placer mediante la incomodidad, la inmovilidad y en algunos casos incluso el dolor… Pero con la perfecta excusa de estar realizando una investigación corporal. Ahora me pregunto… ¿Por qué nos cuesta tanto algunas veces sincerarnos acerca de lo que realmente sentimos? ¿Por qué nos conformamos con acomodar nuestras sensaciones al limitado y cómodo abanico de posibilidades que ya tenemos aprendido?
Yo siempre he utilizado mi "yo artista" para transgredir… Para poder jugar, o disfrazarme o hacer prácticamente lo que me de la gana. Pero siempre en un contexto adecuado. Y me pesó un poco darme cuenta de eso… Ahora ya con una visión menos solapada de mi misma, puedo entender que me había dejado llevar por esa enorme marea de conceptos tradicionales que conformaban nada más y nada menos que mi forma de ser mujer. Y por eso me encuentro profundamente admirada de conocer y reconocerme en otras personas que asumen y aceptan su naturaleza, su sumisión o empoderamiento. Que tienen la capacidad de reconocer que pueden sentir placer ante ciertas situaciones de presión, dolor o humillación sin caer en un circulo nocivo para ellas mismas o su entorno, sencillamente porque ya lo entendieron y saben como manejarlo. Me gustaría conocer mucho más y les invito a acercarse y compartir anécdotas o experiencias que puedan ayudarnos a internarnos cada vez mas en el amplio camino del autoconocimiento.
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