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CAMBIO CLIMÁTICO EN LAS ESTRATEGIAS DE SEGURIDAD Y DEFENSA NACIONALES


Enviado por   •  25 de Octubre de 2021  •  Trabajo  •  2.147 Palabras (9 Páginas)  •  85 Visitas

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CAMBIO CLIMÁTICO EN LAS ESTRATEGIAS DE SEGURIDAD Y DEFENSA NACIONALES

(Reino Unido, Canadá, Francia, Holanda y Estados Unidos)

En los últimos años, las diversas Estrategias de Seguridad Nacional de diferentes países, han sido profundamente modificadas para adaptarse de la mejor manera posible a los nuevos riesgos y amenazas.

En estos nuevos riesgos y amenazas, se contemplan los casos “clásicos”, que abarcan desde las nuevas formas de terrorismo a conflictos lejanos que se deben estabilizar (caso Somalí por ejemplo), pero poco a poco se van tratando las amenazas “novedosas”, al menos en lo que a tratamiento por parte de estas estrategias se refiere.

Estos nuevos casos son, por ejemplo, la aparición en la Estrategia Holandesa del abandono escolar como un posible riesgo para el futuro, o en el caso que procedemos a estudiar, la amenaza provocada por el cambio climático y sus diferentes tratamientos en las Estrategias de Seguridad y Defensa.

Siendo éste un asunto controvertido, muy polémico y con importantes intereses en juego (no todos los países aceptan sus riesgos derivados en la misma proporción, se mezclan importantes intereses de grandes empresas, fuertes presiones sociales…) destaca desde un primer momento los diferentes enfoques que se le da a este tema.

La evolución del tratamiento que recibe el cambio climático se puede observar perfectamente en el estudio de la ESN Estadounidense:

En su anterior Estrategia, de Marzo del año 2006, no aparecía absolutamente ninguna referencia a los riesgos relacionados con el cambio climático, ni directa ni indirectamente se trataba ninguna de sus consecuencias; y no ha sido hasta su reciente ESN de Mayo de 2010 en que se ha empezado a tratar ya como una realidad

Su principal enfoque, viene relacionado con la independencia energética de la que deben disponer los EEUU, insistiendo en numerosas ocasiones sobre la evolución que debe sufrir la industria energética, para superar la dependencia que sufren del petróleo y desarrollar nuevas energías renovables que les otorguen esa autosuficiencia de recursos.

Hay que destacar que si bien hay un gran progreso en este asunto entre las dos ESN, en la actual se sigue tratando al cambio climático como un punto secundario. La siguen sin ver como una de las principales amenazas que se puedan cernir sobre ellos, pese a que en los últimos años han podido ver y sufrir lo que ello pueda ocasionar, como pueda ser una subida del nivel del mar que afecte a sus ciudades costeras como Nueva Orleáns, o un incremento en la violencia de los huracanes y tornados que amenazan grandes partes del país.

Se sigue enfocando este problema casi en su totalidad como un problema energético, de recursos y de economía, pero apenas como un problema medioambiental, no se le da la suficiente importancia a los riesgos que pueda tener para su estabilidad interna (posibles desplazamientos masivos de población en caso de sequías o inundaciones) o para el entorno mundial, haciendo apenas por ejemplo una mención de pasada al deshielo de la zona del ártico, pese a toda la importancia geoestratégica que ello pueda conllevar.

Adicionalmente, hace mención a los tratados ya firmados como único objetivo a cumplir, no sugiere nuevos métodos de trabajo ni nuevas metas a alcanzar, quedándose en una exposición de los hechos ya acontecidos y de los compromisos adquiridos, pero no tratando en ningún momento de innovar al respecto, proponer nuevas iniciativas ni propuestas futuras de mejoras en este campo, viéndose claramente cómo se desmarca en estas iniciativas para “dejarse llevar” por las decisiones que se tomen en los foros internacionales, remarcando la importancia de que todas las iniciativas que se tomen a este respecto han de ser tomadas a nivel mundial.

Si bien es una gran verdad que es responsabilidad de todos los países hacer frente a esta amenaza, y que un solo país por mucho que actúe, no puede frenar el cambio climático por sí solo y que es vital la colaboración mundial, se ve que este argumento pueda ser usado como vía de escape para evitar tomar decisiones políticas que sean desfavorables al resto de sus intereses de forma individual, pudiéndose escudar en que si el resto del mundo no está colaborando lo suficiente, al ser ellos los únicos que toman medidas en solitario perderían grandes capacidades competitivas en los mercados mundiales, de tal manera que se dediquen únicamente a cumplir con los mínimos que se le exijan, pudiéndose desmarcar de ellos cuando así les convengan a sus intereses particulares.

En definitiva, aunque ha sufrido una importante evolución en su tratamiento del Cambio Climático desde su anterior ESN a la actual, sigue estando muy por detrás en el tratamiento y la valoración de sus posibles consecuencias en comparación con otras ESN, pese a ser ésta la más moderna y la que mejor y más actual información dispone al respecto.

Hay que tener en cuenta que esto podría ser más radical, como es el caso de la ESN Francesa, donde a lo largo de sus más de 300 páginas, no se hace una sola mención al cambio climático.

Esto se puede llegar a explicar debido a que su ESN abarca los ámbitos casi puramente militares, (ya sea en el campo político, como en el industrial o de seguridad) más cercanos a la antigua concepción del término “Defensa” que al de “Seguridad”, pero pese a ello es una ausencia de valoración y evaluación de amenazas bastante importante, ya que como se ha expresado en el análisis de la ESN de los EEUU, sus consecuencias tienen un gran impacto en la seguridad y la defensa de los países y de sus intereses, y teniendo en cuenta  además que la ESN Francesa es relativamente moderna, datando del año 2008,  año en el que ya todos los países asumían el cambio climático como una amenaza directa y se tenían suficientes evidencias de sus causas y posibles consecuencias.

Con un enfoque radicalmente distinto, nos encontramos con la ESN Británica, en la cual no se toma al cambio climático como un riesgo futuro, sino como una amenaza actual crítica, haciendo un profundo análisis de las consecuencias actuales que está aconteciendo, y de las consecuencias futuras que están por venir, analizándolas desde diferentes aspectos, ya sean los puramente climatológicos (sequías, inundaciones…), demográficos (migraciones masivas, riesgos para la salud) o geoestratégicos (acceso a nuevas fuentes de materias primas o la pérdida de las actuales, nuevas rutas marítimas…).

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