CONDICIONES EN LA CÁRCEL
Enviado por quijotedulcinea • 9 de Diciembre de 2015 • Apuntes • 1.020 Palabras (5 Páginas) • 170 Visitas
CONDICIONES EN LA CÁRCEL
“Los presos se encontraban en lo último de la flacura; los huesos les agujeraban la piel; estaban extenuados, amarillos, azulosos, casi etéreos, trastabillados de debilidad, como si hubiesen salido del sitio de Cuautla o del de Gerona que creo que han sido los más estrechos y los de más larga duración según se lee en las historias. La mayor parte de los presos no poseían ni siquiera aliento para hablar, y con tan sólo pronunciaran dos monosílabos caían desmayados por el esfuerzo grande que realizaban.” Pág. 211sergio García Ramírez manual de prisiones
México a partir de 1860 se practicó el traslado penal de rateros y vagos a Yucatán, y posteriormente al Valle nacional –valle de la muerte- en Oaxaca, entre otras formas de deportación, y fue hasta 1905 que en un decreto del General Porfirio Díaz, se destinó a las Islas marías para el establecimiento de una Colonia Penitenciaria dependiente del Gobierno Federal.
El ayuntamiento aportaba 6 centavos diarios para cada reo, de ahí las penosas condiciones alimentarias de los reos, además de la insalubridad, ausencia de servicios y talleres.
El juez Othón, cuando fue a inspeccionar penitenciarías en el interior de la republica hacia 1858, se horrorizó de las condiciones, empezó a dirigir una de las cárceles y le permitió a los presos salida diaria para pedir comida a las casas, “un taquito para que se les acabe esa hambre canina” según decía el juez Manuel José Othón y los 6 centavos los utilicen para comprar marihuana o cigarros o tortillas para los que se quieran nutrir más. En a que tiempo drogarse en las cárceles estaba permitido y era muy común. Después de unos meses los reos empezaron a escaparse hasta que la cárcel quedó vacía, a pesar de la inminente amenaza que le hizo a los presos: “el que no vuelva, le va a caer la grande”. A la siguiente inspección de la cárcel, como no había reos, contrataron rancheros para fingir con el nuevo inspector. Esto le costó 3 años de pena por mentiras.
La acordada o cárcel pública era muy grande y sólida, espaciosa y ventilada. Las mujeres de las mejores familias de México acostumbran ir a enseñar a las mujeres presas, encarceladas casi todas por matar a sus maridos, ya sea por pasiones, celos, defensa propia o simplemente por tedio, según sus testimonios. Muy pocas se veían tristes, la mayor parte indiferentes y hasta felices, ninguna avergonzada, decían que aún muertos sus esposos, seguían siendo unos pendejos. Se acostumbraba nombrar a una presidenta, también prisionera, que después de unos años de buena conducta, vigilaba a sus compañeras. La zona de mujeres estaba dividida en dos, la primera con algunas damas influyentes y de familia o de clase media-alta y en las regiones profundas de la cárcel, se encontraban otras presas pobres haciendo tortillas para los hombres presos, harapientas, en el purgatorio. Los hijos de las presas vivían en la cárcel con ellas. Se les veía en los patios jugando, el Estado mantenía también a los hijos de las presas.
En la galera de hombres había centenares de presos revueltos sin distinción de crimen, estaban juntos los asesinos con los ladrones de pan, los violadores con los traidores de Estado. Había muchos rufianes mal encarados y de rostros feroces, pero había también muchos de semblante amable y buen humor. Algunos hacían cosas para vender, descansaban o conversaban, pero en general reinaba el ocio. Se acostumbraba que realizaran trabajos forzados en la ciudad reparando calles. Había una capilla y al lado un pequeño cuarto en donde los condenados a muerte pasaban sus últimos 3 días acompañados con un padre.
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