Caso Julian Asange
Enviado por Chiinthiia • 4 de Abril de 2013 • 900 Palabras (4 Páginas) • 533 Visitas
Caso Julian Assange.
"Tu única solución es la de buscar el asilo en alguna embajada de país latinoamericano." Esto fue probablemente lo que pensó Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, el pasado 19 de junio, cuando solicitó asilo diplomático para evitar la extradición que Suecia exige al Reino Unido por los supuestos delitos sexuales que cometió durante su visita a Estocolmo en el verano de 2010.
"Piensas en la de México, tan hermosa, con su gran jardín adornado de flamboyanes. Piensas en la de Brasil, que tiene buena piscina. Piensas en la de Venezuela, que tiene una magnífica biblioteca y donde dan arepas con el desayuno. Pero están muy lejos." Quizá de esta manera evaluó la situación Julian Assange antes de decidirse por la embajada ecuatoriana de la capital londinense.
Estas frases entrecomilladas, que parecen calzar a la perfección con la situación que vive hoy el creador de la mayor plataforma de filtraciones, son las palabras del personaje que protagoniza el cuento El derecho de asilo de Alejo Carpentier, un secretario de la presidencia que pide asilo en la embajada de un país fronterizo y que, ante la imposibilidad de salir de ese recinto, permanece asilado durante años, hasta convertirse en el nuevo embajador del propio país que le dio refugio.
Este relato que el escritor cubano publicó en 1972, salvo por el carácter irónico que encierra, parece proyectarse hoy en las dificultades que está encarando Julian Assange para abandonar Londres y llegar a Quito. Por tratarse de un asilo diplomático, el asilado requiere de un salvoconducto para salir de la embajada rumbo al país que le ha dado también asilo político. Reino Unido se niega a conceder el salvoconducto porque asegura tener la "obligación legal" de extraditarlo a Suecia, y amenaza con anular el estatuto que le impide entrar en la sede diplomática ecuatoriana para detener al implicado. Como en el cuento de Alejo Carpentier, dos guardias custodian la entrada de la embajada, pero en este caso no son soldados con bayoneta en mano, sino dos países: por un lado, Suecia y, por otro, Estados Unidos.
En su autobiografía no autorizada, cuya edición tuve el gusto de coordinar bajo el sello editorial Los libros del lince, Julian Assange afirma que la política de WikiLeaks es filtrar materiales importantes, nuevos y que están siendo sometidos a la censura. Es la lucha contra la falta de transparencia por parte del poder, sea el Gobierno que sea. Pero Estados Unidos, como muchos otros Estados, no entiende de matices, y menos aún si se trata de filtraciones que ponen al descubierto una política opresiva, como el sistema de detención de los presos en Guantánamo, o las mentiras con las que han justificado determinadas operaciones bélicas, como en las guerras de Irak y Afganistán, por citar algunas de las filtraciones que más han incomodado al Pentágono.
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