Casos motivo de consulta

Consultante: mujer de 30 años.  Separada de hecho hace 1 mes.  Trabaja en una tienda de ropa vintage que ella misma instaló en el centro de la ciudad y de la que está orgullosa.  Vive con su único hijo, de 3 años, en el departamento que compartían con su ex pareja y padre del niño.  Ve poco a sus padres y hermana, que viven en Santiago.

El motivo de la separación no está claro para ella.  Él le había dicho en otras ocasiones que no estaba conforme con la relación, pero hace un mes le planteó que había tomado una decisión y que se iba a vivir con sus padres.  Era de noche, el niño dormía, y ella lo despertó para que viera que el papá los estaba abandonando.  Esperaba que él volviera, pero cuando fue a la semana siguiente solo le interesaba ver al niño.  Ella pidió que la visita fuera dentro del departamento.  A la semana siguiente se repitió la escena, pero él le planteó que se sentía incómodo en ese escenario.  La llamó por teléfono después para intentar negociar que los futuros encuentros fueran distintos, pero ella no quiso, y desde entonces no ha vuelto a ver al niño.

Petición a la terapeuta: quiero que me hagas un certificado que diga que mi hijo necesita ver a su padre más seguido, para mostrárselo a él.

Consultante: mujer de 35 años.  Trabaja en una empresa pequeña del rubro contable hace diez años.  Tuvo una hija siendo soltera y la ha criado sola.  Vive con esta hija (que ahora tiene 15 años) y con su propia madre, de 63 años.

Tiene un embarazo de 6 meses.  No tiene pareja.  Un compañero de oficina con quien alguna vez tuvo “onda” se le acercó un día que se quedaron hasta más tarde y le propuso tener “algo”.  Ella dijo que no pero él insistió.  No había más gente en la oficina, las oficinas vecinas probablemente estaban vacías o vivían familias del edificio.  Tampoco se imaginaba gritar como si fuera atacada por un desconocido, la situación fue extraña.  No siguió oponiéndose y tuvieron sexo, sin protección, y de ahí su actual embarazo.  Nadie sabe quién es el “causante”: ni los demás compañeros de oficina, ni su familia, ni sus escasas amigas.  

Tiene decidido tener al bebé y darlo en adopción en el mismo hospital, y decirle a la familia que nació muerto.  Lo solicitó así a la Asistente Social del hospital, pero la mandan a terapia para que lo piense bien.  Le han dicho que se lo entregarán para que lo tenga en brazos cuando nazca, y que seguramente ahí va a cambiar de opinión.

Ella plantea con claridad su posición: no quiere volver a ser madre, no tiene ni quiere tener ningún vínculo con el padre de ese hijo, ni con el bebé mismo, ni ahora ni en el futuro.    Definitivamente, todo eso no debió suceder.  No se considera traumada ni víctima de una violación, pero tiene claro que no quiere cambiar el curso de su vida producto de lo sucedido esa noche.

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