Certezas en tiempos de crisis

Las certezas en tiempos de crisis.

Noviembre 21 del 2020

Por, Eric Stevens Rodríguez Rojas.

El miedo a morir infectado por el covid19 o coronavirus está desmoronando las más fuertes Instituciones. Caen como castillos de naipes los más consolidados discursos, día tras día de pandemia pierden validez los sistemas de valores de poderosas instituciones que se creían encarnadas hasta el fin de nuestros días.

Con un poco de calma se puede observar cómo dios, dinero y armas, pilares de nuestra medieval sociedad Colombiana empiezan su debacle sin pena ni gloria ante una crisis simétrica, a diferencia de otras, que no respeta, credo, riqueza o ideología, demostrando la importancia de la vida misma, recordándonos que todos somos iguales.

Los grandes emporios económicos, políticos y gobiernos, también fuerzas amadas - regulares o no-, tambalean ante un fenómeno que sobrepasa sus capacidades, conmociona sus masas cautivas, activan preocupaciones, fugas incontrolables, y más que nada, anuncian cambios profundos en sus estructuras.

Los devotos dejan de lado sus tradiciones y acuden a cumplir las instrucciones no divinas, incluso, esperan la solución de manos de hombres, lentamente los palacios de la fe se quedan sin rebaño, empiezan a hacerse más importantes los razonamientos, cálculos, investigación, así médicos y hospitales se convierten en la única esperanza cierta, basándose en las personas y en la ciencia que por muchos años fue traslapada por el dogma.

Mientras tanto, los consagrados neoliberales empiezan a ver limitado su capacidad adquisitiva, incluso, aplauden y ven con buenos ojos medidas de inversión social que antes llamaban populistas o comunistas, ahora son razonables. Hoy por hoy muchos demandan a los gobiernos apoyos sociales, como método de contener una inevitable recesión económica, posturas que hacen sonrojar a más de un capitalista radical, que empieza a entender que el consumismo exacerbado, egoísta devasta el planeta y la humanidad. Se requiere de una reforma sustancial del sistema socio-económico.

Paralelamente observamos como las armas pierden su poderío, últimamente el enemigo no se vence con estos artefactos, es poderoso, invisible.  Pasan a un segundo plano, hoy simples artilugios que reposan callados, sin apuntar, sin ruido, aunque hay lamentables casos donde encuentra fríamente en quien activarse en medio de otras crisis, incluso, más dramáticas, silenciando las voces de quienes reclaman el abandono del estado.

Pero el panorama no es del todo desolador, la pandemia está actuando como un gran espejo que aumenta nuestras realidades. Toma sentido algunas preguntas que cuestionan lo preestablecido, nacen sentimientos que coadyuvan a materializar vínculos sociales, respuestas colectivas que empujan al ciudadano a alzar la voz y reclamar lo común, incluso, en algunos casos, se ha despertado un espíritu de resiliencia y de cooperación con los menos favorecidos.

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