Cláusulas Sociales, Comercio Internacional Y Derechos Laborales. La Perspectiva De Los Países Subdesarrollados

Cláusulas sociales, comercio internacional y derechos laborales.

La perspectiva de los países subdesarrollados

En los últimos años se ha ido apuntalando entre la clase política y empresarial de los países desarrollados la creencia que no se puede competir con los países en desarrollo, ya que los costes laborales de estos últimos son tan bajos que dejan prácticamente fuera de mercado a muchos fabricantes europeos.

La explicación que dan los países desarrollados en esta idea es que, en los países en desarrollo, la protección social de los trabajadores es muy reducida, las condiciones de trabajo muy duras, el número de horas de trabajo muy elevado y los salarios muy bajos, por lo tanto estos países están exportando a través de sus productos estas condiciones sociales que no son aptas a los países desarrollados, y por consiguiente lo ven como una forma “desleal de comercio” en el que terminan siendo “los más afectados”.

Es decir, este argumento que dan los países en desarrollo, por un lado, produce un paro ya que las consecuencias que generan es el cierre de empresas que no pueden competir y, si no llega a producir desempleo, tienden a reducir los salarios de las personas que trabajan en ellas y trabajar en condiciones mínimas laborales. Por otro lado, muchas empresas se ven obligadas a tener que retirarse del país donde se encuentran localizadas, o a instalarse en estos países en desarrollo donde se van a tener que ver obligados a adquirir las mismas condiciones que las empresas productoras de estos países en desarrollo.

Esta justificación puede aplicarse a algunos sectores de los países desarrollados, por ejemplo al dar un análisis de las ventajas comparativas que han tenido muestran que estos sectores donde utilizan mano de obra muy intensiva se ha estancado las importaciones mundiales o disminuido en los últimos años. Un ejemplo son los países asiáticos, donde utilizan mano de obra no cualificada, han desplazado a algunos países desarrollados en el ranking de los principales exportadores de diferentes productos.

En conclusión, los países en desarrollo han tenido un excesivo temor por el “dumping social” por lo tanto no está totalmente justificado, ni diferenciado con la realidad de las cifras económicas y que, por tanto, es en el mejor de los casos anticipado.

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