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Comerciantes Milenarios


Enviado por   •  22 de Febrero de 2015  •  2.197 Palabras (9 Páginas)  •  171 Visitas

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Comerciantes milenarios

Hay una estrecha relación entre ríos y comercio.

POR JOSÉ LUIS ESCOBAR

Con ciudades como Nakbé, Tikal, Yaxhá, Uaxactún, Dos Pilas, El Mirador o Nakum, el departamento de Petén es una referencia inmediata de la civilización maya. Destaca el esplendor que alcanzaron estos y otros centros ubicados en las tierras bajas guatemaltecas, ricas en piedra caliza, pero sin fuentes que proveyeran materiales determinantes para sostener la monumentalidad de sus urbes. Si bien su posición estaba favorecida por recursos hídricos y forestales, en esas tierras —hoy, Petén— no contaban con abastecimientos de jade u obsidiana, esta última esencial para tallar la roca y fabricar armas de caza y labranza.

La evidencia arqueológica demuestra que, por ejemplo, el jade de la cuenca del río Motagua —El Progreso y departamentos vecinos— circuló en toda Mesoamérica —desde el centro de México a Centroamérica— y que la obsidiana del altiplano guatemalteco —El Chayal, Quiché y de San Martín Jilotepeque, Chimaltenango— también fue distribuida en el mismo territorio. Igual movimiento tuvo la cerámica proveniente de ciudades en la costa sur o del valle central de nuestro país, como Kaminaljuyú.

El intercambio comercial explica el desplazamiento de estos productos y de otros perecederos que se utilizaron para la ornamentación o la alimentación, tales como plumas de quetzal o cacao.

El comercio de los mayas optimizó la red hidrográfica, lacustre y marítima mesoamericana, pero fue por las cuencas de los ríos donde se concentró el vaivén de sus productos.

Investigadores como Édgar Carpio, Marion Popenoe de Hatch, Carlos Alvarado y otros que han centrado su trabajo en las tierras altas y costeras de Guatemala, revelan que por estas latitudes hubo un intenso comercio, con productos que se exportaron al mundo maya por rutas establecidas por los primeros asentamientos humanos.

Las palabras de Popenoe de Hatch y Alvarado en su investigación Rutas comerciales del Preclásico entre el altiplano y la Costa Sur de Guatemala: Implicaciones Sociopolíticas captan la relevancia del tema: “El análisis de la cerámica y del arte escultórico de los sitios arqueológicos provee información importante respecto de las relaciones entre los sitios, al sacar a luz los patrones de comunicación y de comercio que existían antes del contacto europeo. Las inspecciones geográficas ayudan a especificar de manera más precisa las rutas reales por las que se llevaba a cabo el comercio. Muchos de los caminos actuales siguen las antiguas trayectorias comerciales y de intercambio”.

Una primera referencia permite establecer las rutas a partir de los recursos naturales, especialmente hídricos. Se complementan —la segunda— con la cercanía de productos indispensables y exportables. La tercera es la política, las diferentes alianzas entre las ciudades. “El surgimiento y crecimiento de los grandes centros de Petén es producto de las rutas de intercambio. Cambiaron por vaivenes políticos y guerras que marcaron la función, el colapso o abandono”, indica Carpio, quien encuentra en las vías férreas una analogía de las oscilaciones de las rutas precolombinas: “El mejor ejemplo en la época contemporánea es el tren. Su paso fue motivo de nacimiento y progreso de muchos pueblos, pero al decaer su uso como medio de transporte y comercio, hubo poblados que desaparecieron”.

Tres rutas importantes

La ponencia de los arqueólogos Popenoe de Hatch y Alvarado fue presentada en del Simposio Nacional de Arqueología del 2009, evento que en la edición de este año se llevó a cabo del 16 al 20 de julio. En las conclusiones de su trabajo, los expertos determinan, a partir de evidencia arqueológica, que pueden esbozarse tres rutas comerciales del período Preclásico: (1) la ruta de la Costa Sur, (2) la ruta de Kaminaljuyú, en el departamento de Guatemala y (3) la ruta de El Portón/Motagua, que comprende parte del centro y oriente del país.

La investigación distingue con claridad la presencia e influencia de la cultura olmeca en estas latitudes, antes de que cobrara auge la maya, desplazando a la primera. “En la primera parte del período Preclásico Medio las entidades políticas olmecas tenían el control, tanto en materia económica como en conceptos ideológicos, pero para la parte final de ese período los mayas estaban manejando la red de intercambio de Guatemala”, cita el trabajo de investigación.

Anotan además los arqueólogos que al seguir el registro precolombino de las relaciones comerciales a lo largo de estas rutas, pueden observarse tres cambios radicales.

Primero. Ocurrió una ruptura entre los grupos olmecas y mayas. Los mayas tomaron el control del transporte de bienes a lo largo de la ruta comercial de la costa sur.

Segundo. Kaminaljuyú y presumiblemente también El Portón, bloquearon el intercambio comercial con el altiplano noroccidental. En esta estrategia el principal interés parece haber sido el control del jade y la obsidiana de El Chayal, el cual quedó en manos de ambas entidades políticas.

Tercero. En el período Clásico Temprano sucedió una intrusión mayor de grupos —probablemente mayas del altiplano—, que llegaron desde el altiplano noroccidental. Estos grupos no tallaban monumentos de piedra con textos jeroglíficos ni usaban símbolos iconográficos mayas, como lo hacían los mayas clásicos de otros lugares.

La mencionada investigación, así como otras que abordan el tema de las rutas de comercio maya —está disponible en el sitio asociaciontikal.com—, que reúne la mayoría de los temas expuestos en los diferentes encuentros del Simposio Nacional de Arqueología, el cual se desarrolla desde 1987.

Navegantes

Las naves que los mayas utilizaban eran tipo canoa, trabajadas a partir del tronco de los árboles. Eran vaciadas a mano, posiblemente con obsidiana u otro material para cortar.

El tamaño determinaba su uso pluvial o marítimo. Las utilizaban en los tramos navegables de los ríos y se presume que en diferentes puntos de su trayecto las cambiaban o que incluso las pudieron llevar a cuesta junto a la carga, cuando había que sortear quebradas o rápidos.

Hay varios pictogramas del período Posclásico —en lienzos o murales—, que proporcionan información de uso y aspecto, como los del lienzo de Quauhquechollan —lienzo.ufm.edu— o el fresco del Templo de Los Guerreros, ubicado en Chichén Itzá, México.

Se sabe que los mayas tenían rutas comerciales definidas por la península de Yucatán y que se aventuraron más allá de bordearla.

Acerca del tema, destaca un dato recogido por Cristóbal Colón durante su cuarto viaje a América.

En 1502 el navegante observó una canoa maya de grandes

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