Comercio Exterior

México se encuentra inmerso en el proceso de globalización desde el momento mismo de haber aperturado su economía. Después del TLCAN, el comercio exterior del país se impulsó a tal grado que las exportaciones destinadas a nuestros socios comerciales del norte, llegaron a un crecimiento mayor al del resto de los otros países. De esta forma el comercio exterior se definió como un parteaguas en el desarrollo de México, por lo que se negociaron posteriormente una docena de tratados más, que permitían el acceso preferencial de sus productos a más de 40 países. Sin embargo las autoridades actuaron de forma irresponsable al momento de suscribir todos los demás tratados, ya que no dejaron que la relación con los socios del TLCAN madurara y la posición de México se consolidara en esos mercados, aprovechando la ventaja preferencial que se tenía en relación a otros países.

Ahora bien, en este proceso globalizador, la economía de México había perdido competitividad a razón de la ausencia de reformas en materia, fiscal, laboral y energética, que hasta hoy se empezaron a discutir, así como los altos costos de transacción generada por una infraestructura deficiente y costosa, rematando con una ausencia de política de comercio exterior coherente, con programas, proyectos y estrategias que capitalicen las ventajas comerciales, han generado un reducido dinamismo de nuestras exportaciones y que al día de hoy se genere un menor valor agregado a las exportaciones del país. De tal forma que la promoción de nuestro comercio exterior se encuentra basado en la improvisación y simulación con los resultados negativos que son palpables.

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