Como Iniciar En Cero Y Volverse Millonario

A base de sudor y cerebro, el paquistaní Shahid Khan creó un imperio manufacturero descomunal –valuado en 3,400 MDD- a partir de las ruinas de una refaccionaria automotriz en Illinois.

Decidí investigar sobre Khan por la manera en la que forjó su fortuna, es un ejemplo a seguir y el vivo ejemplo de “el que persevera alcanza”. A pesar de que al comenzar a leer esto le puede dar la impresión de que es una biografía aburrida, no lo es. Para poder apreciar la grandeza de este tipo es necesario saber dónde comenzó y es lo que comienzo a explicar.

Khan nació en Lahore, Pakistán siendo de clase media, su padre trabajaba en la industria de la construcción y su madre una maestra de matemáticas. Se mudó a Estados Unidos en 1967 para estudiar ingeniería en la Universidad de Illinois Urbana-Champaign. El único dinero que traía eran 500 dólares que su padre le había ahorrado.

Cuando arribó pasó su primera noche en un cuarto de los dormitorios de la universidad, cosa que le costó 2 dólares la noche y 1 dólar por cada comida. Una cifra astronómica en su país. El dinero que tenía no iba a durarle mucho.

A la mañana siguiente mientras conocía el lugar, descubrió el primer milagro “americano”: podía recuperar su dinero en unas cuantas horas lavando platos. Este fue su primer trabajo, pagado a 1.20 dólares la hora, si comparaba esto a lo que un obrero gana en Paquistán es 99% de ganancia. Creo yo que esto explica por qué es tan común que las personas que vienen “de afuera” tengan más éxito que las personas locales. En el caso de Khan, él atesoraba ese dólar con veinte centavos la hora, en cambio los locales sería común escucharlos decir que ese sueldo es una miseria. Desde que Khan llega a Estados Unidos la forma en la que ve el dinero es diferente a la de cualquier otra persona, él ve oportunidades donde los demás ven pérdida de tiempo; pero bueno, esta es una opinión personal, procedo a contar como se hizo de su fortuna.

Se dedicó a sus estudios, ingresó en la fraternidad Theta Pi y conoció a la que sería su esposa. Un mes antes de cumplir 21 años se tituló en Ingeniería Industrial y consiguió empleo como Gerente de Ingeniería en Flex-N-Gate, una empresa local que de repuestos automotrices. En aquella época, la compañía elaboraba parachoques mediante un proceso ineficiente que constaba de soldar hasta 15 piezas sueltas, una a la vez. En los siguientes siete años supervisó el entrenamiento técnico para disminuir la complejidad del mismo, o sea para hacer más rápida la chamba pero a la larga fue obstaculizado por la mezquindad del negocio. A nadie le interesaba innovar en la venta de piezas sueltas. Para realmente crear un impacto él tendría que ir a lo grande.

Se puso a trabajar y lo que surgió fue revolucionario: troquelada por una sola pieza de metal, el nuevo parachoques de Khan adelgazaba la parte trasera de la camioneta, una “dieta” que las pick ups requerían cada vez más para la mejora en el ahorro de gasolina. Con un crédito para pequeña empresa (otro beneficio de Estados Unidos) dio su primer paso independiente y los clientes comenzaron a llegar casi inmediatamente a su taller, Bumper Works, General Motors importaba una pick up Isuzu fabricada en Japón llamada Chevy LUV, pero el vehículo no aprobaba los requerimientos de peso, Chrysler enfrentaba el mismo dilema con su Dodge D50, confeccionado por Mitsubishi. Ambos modelos se beneficiaron del parachoques “dietético” de Khan.

Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas. A una semana de haber dejado Flex-N-Gate, fue demandado por la compañía por hurto de secretos comerciales y violación de obligaciones fiduciarias. Khan (que estaba corto

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