“Concepciones jurídico-políticas de Jean Bodin y Thomas Hobbes a la teoría del Estado”

Facultad de ciencias humanas[pic 1][pic 2]

Escuela de Derecho y ciencias políticas

“Concepciones jurídico-políticas de Jean Bodin y Thomas Hobbes a la teoría del Estado”

Autores

Valencia Ramírez, Brunela

Roca Díaz, Mahogany

LIMA, JUNIO DE 2017

El hombre, es un lobo para el hombre

Thomas Hobbes.

“La soberanía es el poder absoluto

y perpetuo de una República…”

Jean Bodin

Introducción

El Estado desde tiempos inmemorables ha sido calificado como una  forma política dominante, la concentración del poder político fue considerada esencial por los teóricos del Estado y de la soberanía como medio de garantizar el orden y la seguridad de la comunidad. Por lo tanto, gracias a las diferentes concepciones de Estado que fueron aportados por numerosos filósofos a través del tiempo se ha podido recolectar información de vital importancia para armar el concepto que se ve hoy en día.

Para la realización de dicho trabajo se destacaron dos filósofos que tuvieron una gran influencia en las elaboraciones de concepciones, estos son: Thomas Hobbes y Jean Bodín.

En sí el surgimiento del Estado es incierto, puede que se haya dado como fruto de la praxis política o de las numerosas aportaciones teóricas.

Cada uno de estos dos grandes filósofos parte con una perspectiva de Estado diferente, Hobbes por ejemplo, habla de que este surgió como una creación humana de tipo convencional dando como referencia que el hombre es un ente egoísta que únicamente persigue su satisfacción por lo que él destaca la necesidad de un contrato social para una correcta convivencia ordenada. En cambio, Jean Bodín argumenta en base a la “soberanía”, que es el símbolo máximo de poder sobre la tierra; es aquella manifestación a la que el hombre le debe obediencia y lealtad. El rey, es el soberano y Dios fue quien le otorgó esa potestad. No había alguien que  pueda poseer un poder mayor o igual a él.

La presente monografía, pretende identificar y definir la evolución de Estado a lo largo del tiempo y así buscar informar sobre los aportes dados por estos dos grandes filósofos.

Biografía de Jean Bodin:

Jean Bodin, nació en el seno de una familia de padres artesanos acomodados, el lugar donde su madre, Doña Margarita, da a luz es en la ciudad de Angers (Francia) en el año 1530. Bodin ingresó, a los 16 años, donde obtuvo formación en los claustros de los carmelitas de la misma ciudad en donde nació. Ahí aprendió latín, griego y hebreo, se familiarizó con los métodos tradicionales de argumentación formal y se empapó de pensamiento aristotélico, sin embargo, sus teorías lo alejaron de la congregación al ser acusado de herejía.

Sus estudios universitarios los hizo en París, abogado de profesión, quien se impregnó con la escolástica medieval y el humanismo renacentista. Fue profesor de derecho romano en la Universidad de Toulouse en los años 1550.

Jurista de formación, Bodin ocupó diversos cargos uno de ellos fue como abogado en el Parlamento de París desde 1560. A partir de 1566 comenzó a dedicarse a los temas que marcarán su pensamiento: la filosofía de la historia, la filosofía del Estado y la Economía. En 1571, la carrera política de Bodin dio un gran salto hacia adelante: entró al servicio del duque Francisco de Alecon, como maestro de peticiones y consejero. Esto lo introdujo al mundo de la alta política en el momento en que ésta le interesaba más. Tuvo la oportunidad de enterarse de secretos de estado, de leer correo diplomático y de entrevistarse con príncipes, ministros y embajadores extranjeros. Además, acompañó al duque de Alecon a Inglaterra, donde conoció personalmente la corte de Isabel I y la Universidad de Cambridge, y a los Países Bajos, donde contempló otra cara de la Guerra de Religión.

Además ocupó el cargo de procurador del Tercer Estado en los Estados Generales de 1576. En aquella época Francia se encontraba desangrando por las guerras civiles entre los católicos y protestantes (hugonotes). Buscando el modo de superar este clima permanente de violencia que además debilitaba a Francia en su relación con otras potencias. En medio de los dos grupos, y oponiéndose a ambos, se encontraba el partido de los politiques (un tercer partido), al que, Bodin abrazó, que proponía la tolerancia religiosa y el reforzamiento de la autoridad del Estado como árbitro que garantizara la paz entre las comunidades enfrentadas.

Su lema era una frase de Michel de l´Hopital, canciller de Catalina de Medicis, pronunciaba ante los Estados Generales: “Une foi, une loi, un roi” (una fe, una ley, un rey). Aunque la mayoría de ellos eran católicos, eran ante todo nacionalistas, por lo tanto, defendían la política de salvar el naufragio de lo que se pudiera salvar; permitir las diferencias religiosas que no podían deshacerse y mantener unida a la nación francesa, aunque se perdiera la unidad de religión.

Bodin fue un gran pensador del campo de la economía y de la política.

Para 1574, las persecuciones religiosas eran cada vez más cruentas y las diferencias se habían vuelto evidentemente irreconciliables. En junio, Carlos IX murió en circunstancias sospechosas, más achacables al veneno que a la enfermedad: el Estado parecía al borde del colapso. Fue en este contexto de miedo e incertidumbre en que Bodin empezó a escribir, plasmando las ideas que sustentaban su postura en un libro fundamental para la historia del pensamiento político occidental: Los seis libros de la República (1576), publicado sólo cuatro años después de la gran matanza de hugonotes de la Noche de San Bartolomé. En ellos plasmó el concepto de soberanía (fuerza de cohesión social)
 como el poder único, perpetuo, absoluto e indivisible que impone el orden en un Estado impidiendo la guerra entre sus súbditos; bajo ningún concepto consideraba legítima la insurrección contra el soberano, pues estimaba que siempre era preferible la tiranía a la anarquía.

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