Condiciones de vida de la mujer del siglo pasado vs. el actual

Mujeres: no todo está perdido[pic 1]

En la actualidad, es moneda corriente leer numerosos artículos acerca de las condiciones de inferioridad que aun hoy, en pleno siglo XXI, continúan sufriendo las mujeres.

Sin embargo, quienes tenemos conocimiento histórico nos encontramos en condiciones de afirmar que, durante el siglo pasado tuvo lugar una evolución y transformación del modelo femenino; obteniendo sus mayores logros.

La postura de una mujer de la era medieval no es la misma que la de una mujer del siglo XX. Tradicionalmente la figura femenina fue considerada como un ser sensible que condicionó su accionar en el amor que sentía por sus seres queridos.

Ese sentimiento de amor, la llevó a limitar sus actividades y construir un modelo femenino dependiente y subordinado a la figura masculina. La educación que se les brindaba se basaba principalmente en perfeccionar su conducta, modales y posturas. Aprendían sobre los quehaceres domésticos, y sobre la administración económica del hogar. Obviamente, la idea de que la mujer trabajase fuera del ámbito doméstico era nula.

Pero esto en un momento cambió. Con la Revolución Industrial, tras la ausencia de la figura masculina, la mujer se convirtió en la nueva jefa del hogar; ya que no solo debió cargar con la responsabilidad de criar a sus hijos y de la administración doméstica, sino que tuvo el valor de traspasar la esfera privada e insertarse en el mundo laboral como municionera, conductora de tranvías e incluso auxiliar del ejército.

Asimismo, la figura femenina pudo acceder a la educación superior en universidades como La Sorbona, u Oxford, donde en tiempos anteriores, no era permitido su ingreso.

Esta movilidad y confianza adquiridas, demostraron el avance de la figura femenina en la sociedad, dejando a la vista que la mujer podía cumplir las mismas tareas que el hombre.

A la par que creció como individuo autónomo, necesitó un respaldo para luchar en conjunto ante un sistema dominado por el sexo masculino, por lo que se asoció y movilizó hasta conseguir su reconocimiento, su calidad como ciudadana, igualdad de condiciones, métodos anticonceptivos y libertad sexual.  

En esta época revolucionaria, manifestaba Simone de Beauvoir; una de las mentes más concienciadas con el movimiento feminista de todo el siglo XX: “No se nace mujer: llega una a serlo. Ningún destino biológico, físico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; la civilización en conjunto es quien elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica como femenino”.[pic 2]

Asimismo, la posguerra representó la libertad del cuerpo y la facilidad de movimientos, con la muerte del corsé, el acortamiento de las polleras, la implicación de la indumentaria y la implementación de pantalones y chaquetas. Por lo que la Primera Guerra Mundial trajo aparejado los primeros conceptos modernos sobre la mujer.

...