Conformismo y Utopia
Enviado por Charlotte Andrade • 23 de Enero de 2016 • Ensayo • 2.788 Palabras (12 Páginas) • 284 Visitas
- CONFORMISMO SOCIAL
INTRODUCCION
EL conformismo social es un tipo de comportamiento cuyo rasgo más característico es la adopción de conductas inhibitorias de la conciencia en el proceso de construcción de la realidad, su articulación social está determinada por la creación de valores y símbolos que tienden a justificar dicha inhibición en favor de un mejor proceso de adaptación al sistema-entorno al que se pertenece.
EL conformismo social se manifiesta tanto individualmente como en la dimensión colectiva. Construimos una realidad social donde la renuncia al estado de conciencia se plantea como un objetivo por el cual luchar.
Actuar sin unir al acto el sentido y valor ético que posibilita resistir, criticar y, finalmente rebelarse ante una orden construye un estado de sumisión colectiva donde todos se defiendes a sí mismos y con ello defienden al otro.
Tres hechos pertenecientes a diversos campos de la actuación social pueden darnos una idea de lo planteado:
- LA GUERRA: Cuando se incita a la guerra ésta no se piensa y relaciona con la vida o la muerte de seres humanos. Su vínculo se establece en referencia a una necesidad vital que obliga a defender el orden por un medio violento. La guerra pude ser considerada eficiente y sus fines estratégicos potenciados.
- LA EXPLOTACION: Pensar y relacionar la explotación con la condición humana puede terminar creando una existencia tortuosa. La vida de niños sometidos a trabajo esclavo, la precariedad del empleo, la trata de blancas entre otras modalidades de explotación, son consideradas actividades empresariales dignas de elogio, portadoras de dinero semilla, formadoras de yacimientos de empleo y de nichos de trabajo.
- LA COMPETITIVIDAD: Pensar en ella como una construcción que rompe la conducta social de cooperación inherente a toda especie, parece una temeridad. La competitividad debe relacionarse con conductas individuales solidarias y con comportamientos altruistas o egoístas, en ningún caso con conductas cooperativas y sociales.
Cualquier cosa que destruya o limite la aceptación de otro junto a uno, desde la competencia hasta la posesión de la verdad, pasando por la certidumbre ideológica, destruye o limita el que se dé el fenómeno social y, por tanto, lo humano, porque destruye el proceso biológico que lo genera.
Al señalar que el conformismo social teje redes cuyo objetivo es atrapar a todo tipo de sujetos, independientemente de sus ideologías, sus formas de vida y de pensar. A diferencia de otros comportamientos sociales, cuya estructuras mentales potencian el desarrollo de la creatividad y de la imaginación, las estructurales mentales del conformismo se basan justamente en lo contrario.
La destrucción de los principios éticos y de la voluntad como factores constitutivos del ser y la condición humana permiten el surgimiento de la personalidad y el carácter conformista. El pacto social se fundamenta en inhibir conductas anti sistémicas.
Las estructuras fundamentales del conformismo social modifican la conducta y alteran los significados sociales del comportamiento colectivo. Él yo ético-consciente es reemplazado por “otro” yo, y un alter ego autocomplaciente.
Lentamente se impone un orden social que anula la voluntad, inhibe la conciencia y destruye los valores éticos. Estos tres factores hacen posible la aparición de un carácter prototípico del conformista social perfectamente habituado a desarrollar su comportamiento a partir de interiorizar las estructuras mentales del social-conformismo: un sujeto sin responsabilidades, lleno de culpas y sin confianza, salvo la derivada de los principios autorreferenciales que produce el pensamiento conformista.
El individuo social-conformista se orienta y se reconoce en otros cuando se observa que ellos actúan de igual manera. Las estructuras, mentales del conformismo social pretenden construir una acción y una relación social lo más simplificadora de la realidad posible. La teoría de sistemas, el conductismo, la teoría de la acción social comunicativa; la pragmática social y lingüística son los referentes teóricos que definen la estrategia de socialización que producen las estructuras fundamentales del social-conformismo, generando un estado de ánimo colectivo autocomplaciente por la inyección de creencias y valores que alimentan y mantienen vivos el sistema.
¡Qué le vamos a hacer, los humanos somos así y no cambiaremos nunca! Esta frase nos ayuda a justificar cualquier tipo de comportamiento individual y colectivo.
El silencio y la falta de compromiso social son los que facilitan una acción miserable que vuelve las espaldas al mundo y a la realidad.
Vicios privados, virtudes públicas, así bautizó Mandeville al comportamiento humano en sociedad. En una especie de locura colectiva, damos cabida en nuestra vida a comportamientos antidemocráticos, racistas, xenófobos, autoritarios, y en ocasiones podemos señalar que la explotación y a la pobreza son una fuente para realizar el progreso, material de toda la sociedad.
Los seres humanos no deberíamos poseer un juicio crítico ni inteligencia, tampoco imaginación y, menos aún, pensar libremente, ya que tiene resultados catastróficos, nos obligan a tener un comportamiento ético-moral, un compromiso, vida crítica y conflictiva. Critica y conflictiva con nosotros mismos y la realidad social que construimos y meditamos; una crítica que plantea sus luchas y da batallas cotidianas.
Compleja decisión es aquella que nos lleva a una opción dual, a elegir entre la razón y el interés. En definitiva, la lucha es entre una definición social del ser o una definición individual del ser social.
El conformismo social es asumido y presentado a los ojos de todos nosotros como una actitud responsable, se hace acompañar de un discurso sofista y una fundamentación teórica pragmática nacida en las ciencias sociales cada vez más institucionalizadas que las hacen cómplices del conformismo social.
1 EL PENSAMIENTO SOCIOLOGICO DEL SOCIAL-CONFORMISMO
La sociología es una ciencia social contemporánea, relativamente nueva, tiene dos siglos de vida. Nace con los cambios sociales de fines del siglo XVIII y se consolida en el contexto de la revolución burguesa e industrial científico-técnica del siglo XIX.
La caracterización de la modernidad como un «tiempo líquido» es uno de los mayores aciertos de la sociología contemporánea.
Pero la incertidumbre en que vivimos se debe también a otras transformaciones entre las que, en el lúcido análisis de BAUMAN, se contaría la separación del poder y la política, el debilitamiento de los sistemas de seguridad que protegían al individuo, o la renuncia al pensamiento y a la planificación a largo plazo: el olvido se presenta como condición del éxito.
Este nuevo escenario implica la fragmentación de las vidas, exige a los individuos que sean flexibles, que estén dispuestos a cambiar de tácticas; a abandonar compromisos y lealtades. BAUMAN propone un acercamiento que no busca respuestas definitivas.
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