Construcción social de la sexualidad

Alondra Yareth Hernández García 2º2 Psicología                                                      

Teorías del género y la sexualidad

REPORTE DE LECTURA:

LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA SEXUALIDAD

Esta comprende las maneras múltiples e intricadas en que nuestras emociones, deseos y relaciones son configurados por la sociedad en la que vivimos. La mayoría de los autores suponen que el sexo es una energía natural irresistible controlada por una delgada corteza de civilización. El visón más relevante es la de Kraff-Ebing (finales del siglo XIX) quien dice que el sexo es un instinto todo poderoso que exige cumplimiento contra lo que proclaman la moral, las creencias y las restricciones sociales. Por otra parte, suponen que el sexo es un mandato biológico básico que al presionar contra la matriz cultural es restringido por la misma. Entonces podemos ver que la sexualidad tiene un enfoque esencialista, es decir, adopta muchas formas, pero todos parten de un estado de naturaleza que proporciona la materia prima que debe usarse para la comprensión social. La sexualidad está configurada por fuerzas sociales en vez de ser el elemento más natural. Si bien, la biología, fisiología y morfología del cuerpo proporcionan condiciones previas para la sexualidad humana estas no son las causas de la vida sexual.

Habla de que hay un rechazo general del sexo como un reino autónomo, un campo natural con efectos específicos, una energía rebelde controlada por lo social, es decir, el sexo y la sociedad van de la mano y en segundo lugar hay un amplio reconocimiento de la variabilidad social de las formas, creencias, ideologías y conductas sexuales. En tercer lugar, menciona que debemos abandonar la idea de que podemos comprender fructíferamente la historia de la sexualidad como unja dicotomía entre la presión y desahogo, represión y liberación. La sexualidad es algo que la sociedad produce de manera compleja, resultado de distintas prácticas sociales que dan significado a las actividades humanas, de definiciones y autodefiniciones. La sexualidad no es un hecho dado, es un producto de negociación, lucha y acción humana.

Según Plummer nada es sexual pero el hecho y nombrarlo hace que lo sea. Las decisiones varían enormemente dependiendo la cultura y en su caso las creencias especificaste. Y menciona que el matrimonio no es necesariamente heterosexual y la homosexualidad no es del todo un tabú universal ya que hay diversas formas de homosexualidad institucionalizada.

Cada cultura establece lo que Plummer llama restricciones de quién y restricciones de cómo que tienen muchos aspectos tanto formales e informales como legales y extralegales tienden ano corresponder de manera indiferenciada a la totalidad de la sociedad.

Hay 5 grandes áreas marcadas en la organización social de la sexualidad:

1. Parentesco y sistemas familiares. Los vínculos de parentesco no son vínculos naturales sino relaciones sociales entre grupos y quien es pariente y a que llamamos familia son hechos que dependen claramente de varios factores históricos, estos esquemas se configuran y reconfiguran por factores económicos, reglas de herencia, intervenciones del Estado para reglamentar el matrimonio y el divorcio.

1. Organización económica social. Las condiciones de trabajo pueden configurar la vida sexual. Las relaciones entre hombre y mujeres se ven afectadas constantemente por los cambios en las condiciones económicas. La sexualidad no está determinada por el método de producción, la vida económica proporciona las condiciones básicas y los límites para la organización de la vida social.

1. Reglamentación social. Las formas reales de reglamentación de la sexualidad tienen una autonomía considerable. En todos estos fenómenos hay reglas complejas implícitas, aunque solo seamos semiconscientes que limitan lo que puede y lo que no puede hacerse.

1.  Intervenciones políticas. El equilibrio de estas fuerzas en un momento dado puede determinar el grado de control legislativo o la intervención moral en la vida sexual. La existencia de líderes de opinión hábiles, capaces de articular y hacer surgir corrientes incipientes de opinan puede ser decisiva para hacer que se cumpla la legislación existente o para generar una nueva.

1. Culturas de resistencia. La historia de la sexualidad, también es una historia de oposición y resistencia frente a los códigos morales. Las formas de reglamentación moral hacen surgir culturas de resistencia.

Lo que tanto conocemos como sexualidad es el producto de múltiples influencias e intervenciones sociales, es un producto histórico a esto nos referimos cuando hablamos de construcción social de la sexualidad.

Mencionan también la importancia de sexo que en todas las sociedades deben tomar medidas para la organización de la vida erótica y esto es producto de una historia larga y complicada con tres momentos clave para su evolución: el primero tiene lugares en el siglo I de nuestra era donde se manifiesta una nueva austeridad y una desaprobación cada vez mayor del sexo realizado meramente por placer. La iglesia decía que el objetivo del sexo era la reproducción y el matrimonio era una especie de medicina preventiva dada por dios para salvar al hombre de la inmoralidad; el segundo momento fundamental lo situamos en el siglo XII y XIII donde se estableció una nueva norma impuesta tanto por el brazo religioso como por el secular. El matrimonio era un asunto de acuerdo familiar; el último momento es a finales del siglo XIX y principios del XX donde el surgimiento identidades claras producto de lucha contra las normas prevalecientes que tenían efectos en hombre y mujeres. Es decir, el desarrollo de una identidad lesbiana sexualizada.

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