Contexto en México de la educación superior
Enviado por vianadisaide • 20 de Junio de 2021 • Documentos de Investigación • 5.169 Palabras (21 Páginas) • 138 Visitas
Contexto en México de la educación superior
Una vez abordado el panorama general de la educación superior, resulta necesario volcar la mirada en dirección a nuestra circunstancia. México es uno de los países de América Latina con mayor porcentaje de personas con grado de escolaridad de entre 10 y 12 años, pero con un bajo porcentaje de escolaridad de entre los 13 años en adelante, lo que nos indica en términos teóricos que nos encontramos en una franca desventaja, enfrentando a la pobreza de forma mediática, ya que en educación superior aun continuamos por debajo del porcentaje ideal.
Ahora bien, al medir y comparar los resultados de PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) situados en educación media superior, arroja datos alarmantes, debido al bajo índice que tiene México en contraste al resto de los países del mundo en el 2018, siendo el porcentaje del 1% aquellos que lograron un desempeño en el nivel alto en la prueba PISA (nivel 5 o 6), así como el 35% no logro el nivel mínimo (nivel 3) de competencia en las tres áreas; lectura, matemática y ciencia.
Según la OCDE, en México un factor de relevante importancia es el nivel socioeconómico, ya que, hubo un contraste de promedios entre alumnos aventajados de 81 puntos en PISA 2018 sobre los que padecen una desventaja. El género fue otro factor a consideración en la prueba PISA, en el que arrojaron los siguientes datos: las mujeres obtuvieron una ventaja de 11 puntos sobre los hombres en lectura, sin embargo, en el campo de matemática y ciencia los chicos lograron obtener mejores resultados, de 11 y 9 puntos respectivamente sobre las mujeres.
Estas consideraciones son de relevante importancia, puesto que, indican el nivel de conocimientos de las nuevas generaciones al haber egresado de la educación básica, y, por lo tanto, sobre el estado en que se recibe a los estudiantes, en cuanto a habilidades, conocimientos y competencias, en el nivel media superior y, posteriormente, a nivel superior. Estos datos, además, indican las fortalezas y necesidades de la juventud mexicana en contraste al resto del mundo y permite crear las estrategias necesarias para lograr un mejor rendimiento, previendo el hecho de que se educa para provecho de la vida en sociedad.
Durante el siglo en curso el Estado Mexicano ha dado una atención especial a la educación media superior con el objetivo de disminuir el porcentaje de deserción escolar en dicha etapa y, en consecuencia, aumentar el número de alumnos que hayan concluido satisfactoriamente los estudios en este nivel. Este interés está estrechamente vinculado con las instituciones de educación superior, aunque sea de manera oblicua, ya que aumenta el número de alumnos potenciales a ingresar a ellas.
De hecho, el incremento de la eficiencia terminal en educación media superior, según datos del INEGI, es sumamente significativo:
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Gráfica 1. Eficiencia terminal en educación media superior en México
Si bien el registro de datos termina en 2016 podemos tomar en cuenta la tendencia histórica al crecimiento en la eficiencia terminal. Incluso podemos hacer notar que, aún con sus altibajos, en unos años aumente la población de mexicanos que hayan concluido de manera satisfactoria sus estudios de bachillerato. Pese a estos avances, no podemos obviar que la cobertura en educación superior para la población escolar aún es baja si la comparamos con otros países, esto implica que aún tenemos mucho tramo por avanzar para alcanzar a la población objetivo. Asimismo, podemos destacar que en nuestro país la proporción de alumnas y alumnos en nivel terciarios es de 1.04, lo cual nos sitúa, prácticamente, en un contexto de igualdad en el que no existe una clara diferencia entre la población estudiantil. Este indicador es muy importante, sobre todo, porque nos demuestra los avances en la sociedad mexicana hacia un país más democrático en el que todas las personas, sin distinción de su sexualidad, puedan tener acceso a una educación de calidad.
Ahora bien, es menester considerar la otra parte de la moneda. Veamos los datos del PIB en México:
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Gráfica 2. Producto Interno Bruto en México a partir de la década pasada.
La gráfica número dos nos muestra un importante decrecimiento a partir del segundo trimestre del año 2019, mismo que se acentúo con los efectos de la pandemia a partir del segundo trimestre del año siguiente. No obstante, hay una tendencia a la recuperación, aunque lenta, motivada por el inicio de la vacunación a la población. Es importante tener en cuenta este indicador, puesto que, el PIB está vinculado con la creación de empleo en un país, entre mayor sea su crecimiento mayor es la tendencia a la creación de nuevos empleos, por otro lado, si decrece el PIB la tendencia de los empleos puede disminuir generando un incremento de los ciudadanos desempleados.
Esta situación debe ser considera en el seno de cada universidad, sea pública o privada. Recordemos que los alumnos que egresan de la educación superior esperan encontrar un nicho laboral en el cual emplearse o al menos las condiciones para poder iniciar un negocio propio, en otras palabras el número de egresados en un país y el crecimiento del PIB guardan una interrelación que permite un equilibrio en la bolsa de trabajo y en el salario de los egresados, por ejemplo, ante una contracción económica con altos índices de egresados nos hablaría de una alta tasa de desempleo y salarios un tanto bajos.
En el mismo orden de ideas, la recomendación oficial brindada por la UNESCO sobre el presupuesto que los países deben destinar a la educación pública es del 8% del PIB, sin embargo, México se ha mantenido por debajo de este presupuesto: en 2015 destino un 3.7% hasta decrecer al 3.0% en 2020. Según los datos de la Secretaria de Educación Pública, de este porcentaje, se consigna un 64% a la educación básica, un 13.3% a la educación media superior, un 17.2% dirigido a la educación superior, así como un 5.5% destinado al resto, por ejemplo, a la educación para adultos.
De la inversión total presupuestado a la educación superior, según el Centro de Inversión Económica y Presupuestaria, con información del Presupuesto de Egresos de la Federación, el 85.6% está dirigido al pago de la nómina educativa, 4% se destina a becas, 2.5% apoyo administrativo, 3.2% a gastos en infraestructura y equipamiento, y un 4.4% en otros.
Según ANUIES, el presupuesto que se destina a la educación superior no ha sido proporcional al crecimiento de matrícula de la misma, ni a la expansión territorial de los servicios educativos, ni al crecimiento de la plantilla académica y administrativa, ya que mientras todos estos aumentan, no así, el presupuesto, ya que en el periodo del año 2015 al 2020 se observa un crecimiento de matrícula en educación pública de 2,444,128 a 2,849,433 alumnos en educación superior, en cambio, en cuanto a la fuente de ingreso presupuestal pasamos de 167,654.3 a 162,772.5 pesos constantes, lo que representa un problema para la inversión en fondos extraordinarios, como los son; proyectos de innovación, ampliación y diversificación de la oferta educativa, por mencionar algunos, entre otros aspectos de relevancia para el desarrollo adecuado de las instituciones.
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