Cortazar
Enviado por Florchiiis • 18 de Noviembre de 2014 • Tesis • 3.060 Palabras (13 Páginas) • 228 Visitas
LA SEÑORITA CORA:
Pablo, un adolescente de 15 años, es internado en una clínica por padecer apendicitis. La madre quiso atenderlo personalmente y quedarse con él, pero no se lo permitieron. Así que, como es una madre sobre protectora, le explicó a una de las enfermeras que iban a atender a Pablo de cómo debía cuidarlo, pero se lo explicó de una manera por la cual la enfermera se sintió rebajada. Pablo estaba muy avergonzado por culpa de su madre y supone que la enfermera le va a tener bronca por culpa de las acusaciones de su madre.
A Pablo le pareció que la enfermera era simpática, joven y linda, podríamos decir que empezó a sentirse atraído por ella. Pablo siguió pensando que la enfermera lo trataba de forma indiferente y como a un chiquilín por culpa de su madre. El se portaba tímidamente con la enfermera ya que cada vez que lo miraba, le hablaba o le pedía algo, él se ponía colorado o le daban ganas de llorar. Pablo deseaba saber el nombre de la enfermera, que luego gracias a la enfermera de la mañana se enteró que era Cora.
Pablo pensaba que su madre era exagerada ya que no entendía que una operación de apéndice es una tontería a su edad, y él estaba seguro que iba a salir todo bien, aunque Cora lo notaba medio asustado. La enfermera Cora se burló de Pablo tratándolo como a un chiquilín y no le permitía llamarla por su nombre sino que debía llamarla señorita Cora, y esto a Pablo le dolía porque pensaba que todo era producto del problema que habían tenido su mamá y la enfermera.
La operación de apéndice de Pablo duró mucho tiempo y eso significó que hubo alguna complicación y Marcial, el anestesista y novio de Cora, descubre que hay algún problema con Pablo ya que le costó salir de la anestesia. Luego de salir de la anestesia, Pablo durmió la mayor parte del tiempo y empezó a sentir que la enfermera Cora ya no le tenía rencor ya que mientras él estaba en shock, cuidaba de que no se saque el vendaje, le pasaba un hielo por la boca y le ponía colonia en el pelo y la frente. Pero Pablo sigue deseando que la enfermera le pida perdón y lo deje llamarla solo Cora.
Cora ve a Pablo como un chiquilín y un tonto, y siente que no tiene buena suerte ya que prefiere estar con un adulto antes de estar con un chico como él considerando que Pablo se iba a quedar más tiempo de lo previsto internado, a pesar de que el se sentía mejor. Una noche cuando Cora va a tomarle la temperatura, ve que Pablo tenía fiebre muy alta y a raíz de esto lo operaron de nuevo. Luego de la operación, el Dr. Suárez, médico cirujano que operó a Pablo, le propuso a Cora ser relevada por otra enfermera, pero ella no quiso porque quería seguir cuidándolo. Pablo continuó desmejorado y cada tanto seguía vomitando. En una de estas ocasiones mientras Cora lo atiende le pide que la llame Cora (el deseo de Pablo) y que sean amigos, pero Pablo le responde “señorita Cora” de forma ofendida. Al rato, Pablo no le contesta más y, por lo que se da a entender en la historia, fallece.
Por Julio Cortázar
El sentimiento de lo Fantástico
(Conferencia de Julio Cortázar en la U.C.A.B)
...Escribí un cuento fantástico que se llama "Instrucciones para John Howell", no les voy a contar el cuento; la situación central es la de un hombre que va al teatro y asiste al primer acto de una comedia, más o menos banal, que no le interesa demasiado; en el intervalo entre el primero y el segundo acto dos personas lo invitan a seguirlos y lo llevan a los camerinos, y antes de que él pueda darse cuenta de lo que está sucediendo, le ponen una peluca, le ponen unos anteojos y le dicen que en el segundo acto él va a representar el papel del actor que había visto antes y que se llama John Howell en la pieza. "Usted será John Howell". Él quiere protestar y preguntar qué clase de broma estúpida es esa, pero se da cuenta en el momento de que hay una amenaza latente, de que si él se resiste puede pasarle algo muy grave, pueden matarlo. Antes de darse cuenta de nada escucha que le dicen "salga a escena, improvise, haga lo que quiera, el juego es así", y lo empujan y él se encuentra ante el público... No les voy a contar el final del cuento, que es fantástico, pero sí lo que sucedió después. El año pasado recibí desde Nueva York una carta firmada por una persona que se llama John Howell. Esa persona me decía lo siguiente: " Yo me llamo John Howell, soy un estudiante de la universidad de Columbia, y me ha sucedido esto; yo había leído varios libros suyos, que me habían gustado, que me habían interesado, a tal punto que estuve en París hace dos años y por timidez no me animé a buscarlo y hablar con usted. En el hotel escribí un cuento en el cual usted es el protagonista, es decir que, como París me ha gustado mucho, y usted vive en París, me pareció un homenaje, una prueba de amistad, aunque no nos conociéramos, hacerlo intervenir a usted como personaje. Luego, volví a N.Y, me encontré con un amigo que tiene un conjunto de teatro de aficionados y me invitó a participar en una representación; yo no soy actor, decía John, y no tenía muchas ganas de hacer eso, pero mi amigo insistió porque había otro actor enfermo. Insistió y entonces yo me aprendí el papel en dos o tres días y me divertí bastante. En ese momento entré en una librería y encontré un libro de cuentos suyos donde había un cuento que se llamaba "Instrucciones para John Howell" . ¿Cómo puede usted explicarme esto, agregaba, cómo es posible que usted haya escrito un cuento sobre alguien que se llama John Howell, que también entra de alguna manera un poco forzado en el teatro, y yo, John Howell, he escrito en París un cuento sobre alguien que se llama Julio Cortázar. Yo los dejo a ustedes con esta pequeña apertura, sobre el misterio y lo fantástico, para que cada uno apele a su propia imaginación y a su propia reflexión...
LA ISLA AL MEDIODIA:
“La isla al mediodía” es uno de esos relatos que, si no lees bien, te dejan aturdido, sin entender nada; y si lo lees mejor, varias veces, tu desconsuelo es aún mayor, ya que descubres que siempre hay algo que escapa a la razón, por más que intentes darle forma.
Se podría decir que dentro del texto se encuentran planos paralelos. El primero es lo que se nos da a conocer como realidad. La “realidad” como la conocemos nosotros es una mundana, aburrida y sofocante.
La segunda es la imaginación de Marini, la cual logramos entender al final del relato. A pesar de que la cronología es lineal y lógica, sin retrospectivas ni variaciones de otro tipo y el nivel de narración es simple y no tan rebuscado
se hace difícil de comprender este texto, ya que estos dos planos en un momento
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